𝐅𝐄𝐀𝐑𝐋𝐄𝐒𝐒 𓄹𓈒 Donde Jacob Black se imprima se Circe Byrne y Edward Cullen se enamora de su tua cantante Saoirse Byrne, las gemelas que acaban de llegar a Forks.
Claro que no saben el secreto que ellas esconden.
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˚˖ Ningún personaje adem...
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Los días pasaban lento para las gemelas y su nuevo tutor legal, Hudson. Tuvieron que mudarse ya que era imposible para ellos vivir en la misma casa en la que pasó, pues, eso.
El funeral se llevó a cabo dos días después ya que querían asegurarse que toda la familia pudiera llegar a tiempo. Carlisle se encargó de cubrir cualquier rastro de algún vampiro por lo que la historia que todos habían escuchado era que un animal se metió a la casa y atacó a ambos señores, asesinándolos al instante.
En la escuela las cosas habían cambiado, ahora todos las miraban con pena y personas con las que nunca habían cruzado palabra se acercaban a darles el pésame. Esto a las hermanas no les molestó, pero tampoco era algo que quisieran.
Eso sí, estaban eternamente agradecidas no sólo con los Cullen, si no también con la manada. Nunca las dejaron solas y a cada momento les recordaban que podían contar con ellos para lo que necesitaran, era algo que las hacía sentir mejor, sabían que sus papás estaban felices por ver a tantas personas cuidando de ellas.
Y así pasaron las semanas hasta que llegó el momento de su graduación, ese día se sentaron junto a los Cullen mientras observaban a la manada en primera fila, junto a ellos estaban Esme, Carlisle y Hudson. Los dos últimos cada vez eran más cercanos y eso lograba alegrar el destrozado corazón de las brujas.
De igual forma Jessica, Ángela, Mike, Eric y Tyler estuvieron con ellas cuando los necesitaron, por lo que en busca de distraerlas un poco, ayudaron a Jessica con el discurso que estaba por recitar.
— A los 5 años nos preguntaron qué queríamos ser cuando fuéramos grandes, y respondíamos cosas como astronauta, presidente… O en mi caso, princesa. — Esto hizo que todo el auditorio soltara una pequeña risa. — A los 10 volvieron a preguntárnoslo, y dijimos estrella de rock, vaquero… O en mi caso, medallista de oro. — Circe miró a su hermana con una pequeña sonrisa ya que a esa edad ellas querían usar sus dones para ser una especie de superhéroes. — Pero ahora que hemos crecido y quieren una respuesta seria… Bueno, ¿Qué tal esto?: ¡¿Quién demonios lo sabe?! — Aquello hizo que el lugar se llenara de aplausos y chiflidos ya que todos pensaban lo mismo, ¡Apenas y sabían lo que eran los impuestos! — No es momento de tomar decisiones rápidas, es momento de cometer errores, de subirse al tren equivocado y extraviarse, de enamorarse... Mucho. De licenciarse en Filosofía porque es imposible hacer carrera en ella. De cambiar de idea y de volver a cambiar porque no hay nada permanente… Así que cometamos tantos errores como sea posible. De esa manera, algún día, cuando nos pregunten qué queremos ser, no tendremos que adivinarlo… Lo sabremos.
La cantidad de vítores que recibió la chica fue abrumante, el discurso había sido épico y todos podían identificarse con él por lo que era aún mejor.
Poco a poco, los alumnos fueron pasando a recibir sus diplomas. Cuando fue el turno de ambas, los chicos Quileute chiflaron, aplaudieron y gritaron como si no hubiera un mañana, logrando así colocar una de las sonrisas más sinceras que las Byrne habían puesto desde el incidente.
