3. Trabajo Inesperado.

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Narrador Omnisciente

Era de mañana y YueYue se despertó, se levantó y los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente.

Aún estaba en la playa, por lo qué se sacudió la arena y se dirigió a la mansión, suponía qué todos aún estaban dormidos, caminó lentamente y sin preocupaciones.

Al llegar se metió a la regadera y se dió una rápida ducha, por suerte tenía ropa por si ocurría algo, se cambió y salió en dirección a su habitación.

Pero antes de si quiera abrir la puerta logró escuchar murmullos y voces hablando, ella creía qué se estaba volviendo loca.

—Bien chicos, YueYue no está desde la noche anterior, ¿alguien de ustedes sabe qué es lo que le pasa?.— preguntó HuaZe Lei preocupado.

—No, desde qué llegamos se cerró por completo en ella y no quiso hablar con ninguno de nosotros.— XiMen comentó pensativo.

—Algo le pasa y no nos dirá, ya qué siempre se guarda las cosas para ella, odio verla llorar y sufrir por cosas así.— MeiZuo se sinceró, a lo qué los demás asintieron.

—Cuando estuvimos hablando con ella, ShanCai y yo la notamos con la mirada perdida, cómo qué estaba en otro mundo y cuando le pregunté qué le pasaba ella dijo que estaba bien, después de salir a la fiesta ella desapareció.— Jing se notaba muy preocupada.

—Zhuang y yo le hemos dicho qué nunca se guarde los problemas para ella, todos pueden ayudarle, ¿tienen alguna idea de dónde está ahora?.— pregunta el menor de los DaoMing, todos excepto Lei negaron.

—Hace un momento QinGhe estaba conmigo y me comentó qué vió a YueYue en la playa llorando, la iré a buscar de seguro estará allí.—
HuaZe Lei estaba por ir a buscarla cuando la tan nombrada chica apareció ya duchada.

Cuándo estuvo frente a ellos sólo los saludó, decidió tirar su vestido a la basura.

—¿Cuáles son estas horas de llegar señorita?, ¿en dónde es qué estabas y porque nos evades a todos?.— cuestionó un DaoMing Si preocupado y enojado.

—Ah Si, estaba en la playa acostada, creí que estaban dormidos, pero bueno, aún no es tan tarde, gracias por las preocupaciones, no estoy evadiendo a nadie.— contestó tranquilamente.

—Yueyue tu hermano tiene razón, tú no eras así, ¿qué es lo qué está pasando que no nos quieres decir?, sabes perfectamente qué te podemos ayudar en cualquier cosa.— XiMen decía la verdad, pero la chica siempre les negaba todo.

YueYue suspiró fuertemente y trató de sonar lo más convincente posible.

—Si lo ponen así, debo decir qué no fue nada, sólo estrés, pero les agradezco su preocupación, si me disculpan iré a desayunar.— YueYue caminó en dirección a la cocina y comenzó a preparar un desayuno, ya qué todos estaban en pijama aún.

La chica Hou sirvió todos los alimentos y automáticamente su hermano y sus cuatro mejores amigos llegaron a probar su comida, cómo siempre su hermano se aborazaba de alimentos y los demás dieron gracias por el desayuno.

Terminando la comida todos salieron a la playa, Yueyue trató de buscar un lugar sin gente y nada concurrido para poder relajarse y cantar un momento.

HuaZe Lei y Jing la escuchaban, era una melodía qué junto con el sonido del mar era realmente hermoso, sus dos mejores amigos creían que ella debería ser cantante, pero era demasiado tímida para eso.

Después de qué YueYue terminara su canto, se levantó y cuando estaba por irse alguien le tocó la espalda, al voltear se encontró con un chico de contextura musculosa.

—Disculpa, ¿tú eres cantante?.— preguntó el muchacho de manera curiosa, a lo qué ella negó.

—Es qué, cantaste cómo si fueras una, me refiero a qué tienes la practica y el talento de una, estoy buscando a alguien qué cante en mi evento, ¿podrías ayudarme por favor?, es qué ya es mañana.— insistió apurada mente.

—Realmente no lo sé, ¿es un evento de trabajo, una boda o de celebración?.— preguntó Yueyue intrigada.

—Es la boda de mi hermana mayor, ella quiere que su boda sea cómo un cuento de hadas, ya tengo todo listo, sólo falta la cantante y el músico.—

—Oh vaya, bueno yo sé tocar el piano, no sé si gustes qué te ayude con ello.— Hou YueYue era una persona demasiado servicial y eso era lo qué la hacía ser maravillosa.

—Claro qué sí, te pagaré por todo, ¿me podrías dar tú nombre?.—

—Soy YueYue, para servirte..—

—Yo soy Tao Shou, soy CEO de mi propia empresa, cualquier cosa qué necesites te apoyo, te llamo mañana para pasar por ti.—

—Está bien gracias.— se despidió y decidió regresar a la mansión, estaba feliz pues ya tenía algo con qué distraerse.

La mejor amiga de los F4 durmió durante muchas horas, pero para ella si qué valió la pena.

Eran pasadas las 12 de la madrugada, decidió caminar por el lugar notó a Lei sentado pero decidió mantener distancia con el, así qué sólo siguió caminando sin mirar a su enamorado, el cuál la volvió a mirar intrigante.

—Yueyue.— nombró Lei, ella tardó unos segundos en darse cuenta qué él le hablaba, hasta qué notó qué ya lo tenía a un lado suyo, suspiró y lo volteó a ver.

—¿Qué necesitas?.— preguntó educadamente.

—¿Cómo estás?.— Lei era una persona muy inteligente y siempre sabía cómo se encontraban la mayoría de las personas, pero con su mejor amiga no podía saberlo, ni tampoco adivinarlo, desde qué ella volvió todo era distinto, desconocía todo sobre ella.

—Bien, ¿tú qué tal te encuentras?.— ella estaba al tanto de sus emociones, pero era importante saber todo sobre él, ya qué con el autismo nunca se sabe.

—Pues..— Lei no quería decirle cómo se encontraba, ya qué el hacerlo era preocuparla.

—No hay necesidad de qué te adelantes a decirme una mentira, se qué te encuentras de alguna u otra manera confundido, lo único qué debes de saber son dos cosas, la primera de ellas, la cuál conoces perfectamente, lucha por lo qué tú quieres, la segunda es recordar si la persona es feliz con lo qué decide, entonces tú debes apoyarla, el amor es querer la felicidad de la persona y ayudarla siempre qué puedas.—
YueYue sentía qué Lei estaba entre algo llamado barrera de emociones y sentimientos.

—¿Porque me dices todo esto?.— la amistad de ellos dos era muy especial, ya qué YueYue siempre sabía cómo se sentía Lei, lo aconsejaba y apoyaba siempre qué ella podía, pero lo qué el no entendía, era cómo ella tenía la habilidad de adivinar cómo se sentía él.

—Te lo comento porque son palabras que necesitas recordar, en algún momento te serán útiles, no te diré que las memorices ya que sé perfectamente qué no lo harás.— él sólo asintió y ella se dirigió a la mansión para dormir.

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