Déjame el resto a mí

9 2 1
                                    

Jack

Ya debería haber pasado una hora y pico desde que nos habíamos acostado los tres, sin embargo ¿Cómo se suponía que iba a poder dormir? A ambos lados tenia a una hermosa chica de mas o menos mi edad, por un lado estaba Nemea, por el otro Vic. Ambas eran increíbles, sin embargo si no conseguía dormir al día siguiente estaría en un grave apuro.

Suspire y me enterré bajo la manta.

???: Aquí esta, la portadora de la luz. 

"¿Quién anda allí?" Era todo lo que podía pensar mientras la sangre de mi cuerpo parecía congelarse, la voz de quien fuera que hubiera fuera no era normal, era estruendosa, capaz de hacer soltar la espada al mas valeroso guerrero. "¿La portadora de luz?" Sin duda era Victoria, sus ojos brillaban como la luz de la luna.

"Quiere hacer daño a Victoria, debo actuar y ver quien esta tras ella" Sin embargo, el miedo había invadido mi cuerpo y no era capaz de dar un paso si quiera afuera de la tienda. Procedí a despertar a mis compañeras pero no hizo falta, la poderosa voz había sido despertador suficiente para la leona y la unicornio.

Nemea saltó hacia la puerta y se aseguró de que estuviera bien cerrada.

-Nemea ¿Sabes qué hay allí fuera?

Nemea me miró y por un segundo pude percibir miedo en sus ojos, sea lo que sea que hubiera fuera era capaz de hacer temblar a la más valerosa de los tres, sin duda era un problema.

Nemea: Debe ser un dios.

Victoria y yo nos miramos, si era un dios qué se supone que hacíamos aquí encerrados, no se supone que estamos en el mismo bando, Odín es el director de la academia.

Victoria: ¿Y se puede saber porque nos escondemos de un dios?

Nemea no parecía segura de que  responder.

Nemea: S-si tienes razón.

Los tres tragamos saliva y salimos fuera de la cabaña que habíamos construido. Al salir, nos encontramos con un enorme señor que debia medir aproximadamente 3 metros de altura, su piel era palida y su pelo de un tono cobrizo, al igual que su pequeña perilla. El dios de encontraba sobre una roca y esperaba tranquilo sin apartar la vista de nosotros.

???: Muy buenos días forasteros de Midgar, aunque aún no es de día, me presento mi nombre es Frey, el dios vanir de la fertilidad y los cultivos.

Nemea dio un paso adelante y miro con seriedad al dios.

Nemea: Hola gran dios Frey, a que se debe su inesperada visita.

Frey sonrió mientras acariciaba su perilla.

Frey: El director Odín me ha pedido ayuda, al parecer algunas serpientes aladas del ygrdassil se encuentran ahora en este mundo, por ello y dado que son un gran peligro estaré de momento al cargo de vuestra seguridad. No os preocupéis dejadlo todo a mi.

Aunque nada era extraño en lo que decía, me decepcionaba que nuestra aventura de supervivencia como la habíamos planeado y deseado llegará a su fin. Sin duda esas serpientes eran peligrosas pero... ¿A que venía entonces el comentario de que aquí estaba la portadora de luz?

Victoria: Bien dios Frey, te acompañarnos en cuanto  recibamos una confirmación de el director Odín de que así debemos proceder.

Es cierto, Quirón nos dijo que si sucedía cualquier imprevisto un cuervo  nos avisaría de la situación y el modo de  procesar. Estaba claro que Víctoria tenía razón en sus palabras pero nunca me imaginé que tuviera el valor de contestar tan directa a un dios, quizás ahora mismo el más cobarde era yo.

Frey soltó una mueca de desagrado cuando nosotros respaldamos la idea de Victoria, sin embargo durante unos minutos no dijo nada. Se dedicó a mirar el cielo como si esperara que una estrella del firmamento descendiera y diera su opinión en esta incómoda y tensa situación.

Esto no podía ser bueno. Por instinto agarre con fuerza en talismán de mi bolsillo que nos permitiría regresar a Irial. Finalmente Frey negó con la cabeza y sonrió.

Frey: Vais a morir, por mi.

De un rapido movimiento Nemea saco su talismán pero Frey fue más rápido y con una mirada sus ojos de volvieron dos láseres que cortaron sus piernas como si fueran una cartulina.

De fondo escuchaba el grito de miedo de Victoria mientras nemea yacía inmóvil en el suelo, temblando, sin poder reaccionar.

Era el final, moriremos aquí por la tiranía de Frey, nada puede detener a un dios, nada ni nadie.

???: Jack estoy contigo.

Mi cuerpo y mente estaban demasiado agitados para prestar atención o dar importancia a aquella voz que escuchaba en mi cabeza y lo único que pude pensar en estos instantes fue: "Debo salvar a Victoria".

Estaba claro que Frey quería hacer algo con ella, por eso no la había atacado cuando le contesté de esa manera...

Mire a Nemea y no pude apartarla mientras Frey invocaba una espada.

Frey: No tengo nada contra vosotros chicos, no me lo tengáis en cuenta.

La espada se levantó sobre la cabeza de Nemea, no, no podía permitir que muriese.

Mi corazón latía vivo pero encogido del miedo y me transforme en dragón para cargar contra el dios. Solo el hecho de intentarlo fue suficiente para saber qué iba a morir. No había marcha atrás.

-¡Volved a Irial!

Grité mientras cargaba con el dios poco sorprendido por mi movimiento.

Victoria dudo una fracción de segundo pero  agarro el talismán y se dirigió a Nemea para tocarla y huir juntos.
Al menos moriría salvando a las dos chicas que me acompañaban. Ese pensamiento se desvaneció sin embargo en un segundo cuando vi como Frey a una velocidad sónica se posicionaba detrás de Victoria. Iba a matarla, y yo estaba lejos, y desesperadamente ataque con una llamarada.

???: Aguanta la llama.

Era la voz que había oído antes y decidí obedecerla mientras Frey agarraba a Victoria para matarla mis llamas de pronto cambiaron a un color verde que asusto levemente a Frey.

El susto provocó que solo mutilase el brazo derecho de Vic y no su cuello y ambas pudieron escapar.

Ambas, ambas pero yo no.

Frey con una mirada de odio voló mi cabeza.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Fin del acto 1

El Instituto La Santa IrialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora