Jack
Los tres soles salían temprano en La Santa Irial, cuando me desperté y mire la hora por el exceso de luz aun eran las 8 de la mañana. Sin embargo me había acostado temprano y tenia ganas de ver aquel extraño invernadero situado a la derecha de mi habitación. Ayer unos enanos trabajadores tras la reunión con nuestro tutor centauro Quirón nos preguntaron como queríamos acomodar nuestros invernaderos, yo solicite que tuviera un aspecto seco y cálido pues era el idóneo para mi alma de dragón, por lo que podía imaginar la pinta de mi invernadero. Según tenia entendido este lugar tenia una extensión de un kilometro cuadrado, de no ser por la magia esto me parecería una broma estúpida pero en efecto al abrir la puerta comprendí que no era un farol.
Al abrir la puerta un fuerte aire caliente rozo mis mejillas, delante de mi tenia un enorme desierto de arena repleto de dunas en continuo cambio mecidas por el aire, parecía como si hubiese llegado al Sahara. No dude mas y me transforme en dragón, la sensación aun me asustaba, en la Tierra siempre me había sentido perseguido las escasas vez que me transforme de forma involuntaria a pesar de nunca haberlo hecho en publico. Ahora, sin embargo, me sentía libre y no tarde en batir mis alas y volar por aquel hermoso desierto.
Pronto descubrí que los limites eran una cortina de luz similar al de una aurora boreal que hacían de pared, sin embargo el techo nunca pude llegar a alcanzarlo pues una fuerza gravitatoria enorme me hacia descender al alcanzar cierto limite, enseguida me resulto familiar el sitio e incluso pequeño dadas mis dimensiones y velocidad de vuelo. En ese momento y por algún tipo de magia fui capaz de escuchar el timbre, por lo que descendí hacia la puerta que contrastaba con todo lo que veía y tras transformarme en humano y volver a mi habitación abrí la puerta.
Frente a mi había un chico de pelo azabache y de ojos ámbar y un chico de pelirrojo de ojos azules. Ambos me miraban con una sonrisa de amabilidad: eran Fenrir y Jor.
Jor: Hola venimos a saludarte ahora que seremos compañeros de clase.
Fenrir: Si, nos alegramos mucho de tener compañeros que comparten nuestro don.
Mire a ambos chicos y abriendo un poco mas la puerta les pregunte:
-¿Queréis pasar?
Los chicos se miraron.
Fenrir: Si claro, será un placer.
Entonces empezamos a hablar y aunque estábamos un poco cortados en un principio a la hora de comer ya nos reíamos a carcajadas al contar algunas anécdotas que nos habían pasado.
Descubrí que Jor y Fenrir habían sido huérfanos toda la vida y que habían vivido en un centro de menores, al parecer Jor tuvo algunos problemas con otros compañeros debido a su orientación ya que era homosexual. Sin embargo tal y como lo contaba no parecía que le molestara mucho y que tenia bastante confianza en si mismo, parecía muy enamorado de un chico que conoció tiempo atrás y con el que mantenía una relación a distancia.
Por su parte Fenrir no era tan seguro de si mismo y su autoestima parecía baja, sin embargo era muy gracioso y sin duda tenia un talento para los chistes.
Entonces abrí mi nevera para comer algo y para mi sorpresa me di cuenta de que estaba llena.
-¡¿Ostras y esto?! Ayer estaba vacía.
Jor soltó una risa mientras se encogía de hombros, Fenrir nos miro y tras unos segundos añadió:
Fenrir: Los enanos parecen trabajadores, seguramente fueran ellos.
Jor y yo asentimos, era lógico pensar que si se colaban en nuestros panteones a decorar nuestros invernaderos también pudieran rellenar la nevera con comida así que sacamos unas pizzas congeladas y tras hacerlas en el horno nos sentamos en la mesa del pequeño salón para comer los tres juntos.
-¿No éramos cuatro alumnos?
Jor: Si pero la chica esa..., Victoria, cuando llamamos a su puerta simplemente nos dijo que estaba ocupada.
Fenrir: Quizás esta tan tan deleitada con el invernadero que no quiere salir.
Sea como fuere pasamos las siguientes horas tras la comida viendo los diferentes lugares del campus sin entrar en ninguno de ellos y pasamos por la plaza y por los prados. Al final llegamos a la orilla del Bosque Sagrado.
Fenrir: Chicos, no deberíamos entrar.
Señaló a nuestra derecha y vimos un cartel en el que ponía: "Prohibido pasar sin un profesor"
Mis compañeros se retiraron a sus panteones ya que era algo tarde y los soles empezaban a ponerse, yo sin embargo cuando deje de verlos corrí hacia el interior de aquel bosque.
Nada mas entrar sentí el aire puro golpeándome con fuerza, era un bosque muy frondoso en el que resultaría muy fácil perderse de no ser por mi don de vuelo es posible que no me hubiera atrevido a entrar.
Los arboles se retorcían por lianas, el agua descendía de forma habitual en forma de riachuelos y de vez en cuando me sentía profundamente observado. Al rato escuche una voz.
???: ¿Qué haces aquí nuevo?
Me gire y vi a una chica de pelo y ojos castaños, era Victoria mi compañera de clase.
-¿Acaso tu no eres nueva?
Dije mientras me sentaba mirándola sobre una roca.
Victoria: No, llevo viviendo ya un tiempo aquí, entrar en el bosque sin permiso esta prohibido.
-¿Eso quiere decir que tienes permiso?
Victoria suspiro y se acerco a mi, entonces acaricio suavemente el cuello de mi camisa antes de agarrarme del cuello y estamparme contra el árbol que usaba de respaldo.
Victoria: No quiero que se te escape una llama aquí dragón, más vale que te vayas.
Entonces suspire a un lado para controlar las ganas de darla una bofetada y al mirarla ya no estaba.
-Suficiente aventura por hoy.
Cuando me asegure que no estaba me transforme en dragón y volví volando a mi habitación.
"Que chica mas hermosa y mas desagradable" fue lo que pensé aquella noche mientras intentaba conciliar el sueño.
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Empezare a escribir estos capítulos de forma casi semanal, digo casi porque es posible que publique más de uno.
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El Instituto La Santa Irial
FantasiaEsta historia cuenta con referencias a "Memorias de Idhún" y a la mitología nórdica y griega, sin embargo ,la historia se entiende por si misma y no es necesario conocer de ninguna de las referencias para entenderla. Una historia de criaturas duales...