~Narra TN~
Mentiría si dijera que no tenía miedo. Sólo quedaba yo, puesto que Diego y Ben habían querido pasar antes que yo. Respiré hondo y me senté en la silla. Todas las miradas estaban puestas sobre mí. El hombre me agarró el brazo con más fuerza de la debida, y solté un gemido de dolor. Me preparé mentalmente para lo que venía y el hombre me remangó la camisa del uniforme. "No vas a morir, no vas a morir, no vas a morir" me decía. Un ruidito me indicó que la máquina que contenía la tinta había empezado a funcionar, y se acercaba peligrosamente a mi brazo. Justo en ese momento, Anabeth decidió aparecer.
"Hey! ¿Que te cuentas?" La máquina tocó mi brazo y la tinta penetró en mi piel. No quería mirar, pero lo hice, y vi que simplemente era un boli raro que marcaba la silueta del tatuaje. "¿TN?"
"Sí, sí, estoy aquí. Es que me están haciendo un tatuaje y creo que no voy a sobrevivir a esto" de nuevo solté un gemido de dolor y me mordí la lengua para no gritar. Llegó el momento de la tinta. Respiré hondo.
"¡Ah! Tía, no te preocupes, yo tengo uno en la nuca y no duele nada. ¿Dónde es?"
"En el antebrazo, y te digo yo que sí que duele" la tinta entró en mi piel.
Apreté los puños y vi a Cinco imitarme. Luther le puso una mano en el hombro para que no viniese a por mí. Yo le veía capaz de matar al tatuador que, aunque cueste admitirlo, era inocente. Él simplemente cumplía con su trabajo, pero os digo yo que jamás he odiado tanto a alguien como odié a aquel tatuador.
Miré a Cinco suplicante y él avanzó un paso, pero Luther le detuvo de nuevo y negó con la cabeza de forma casi imperceptible. Resoplé y solté un chillido de angustia y dolor.
Después de mucho gritar, miré el tatuaje: sólo llevaba el paraguas, aún quedaba el círculo exterior. Resoplé de nuevo.
Mucho tiempo después, quizá demasiado, mi suplicio acabó, el hombre coloxó un plástico en el tatuaje y yo corrí a los brazos de Cinco. Me acarició el pelo con ternura.
- Shh, ya está, ya pasó... - nos teletransportó a su habitación y me tumbó en su cama, tumbándose junto a mí. Noté que empezaba a derramar lágrimas, y no hice nada por contenerlas. Con Cinco me sentía segura, y sabía que no me iba a juzgar. Me acurruqué con él y me dormí de tanto llorar.***
Me desperté un rato después, cuando ya era por la noche. Cinco ni estaba conmigo. En seguida noté que tenía hambre. Por algún extraño motivo, siempre me entra hambre a las cuatro de la mañana, pero nunca voy. Debatí un rato conmigo misma el ir o no ir, hbre contra vagueza. Cómo no, ganó el hambre. Cuando bajé, me encontré la situación más rara del mundo. Bueno, no tanto, la verdad es que me lo esperaba. Eran Allison y Luther, dándose el lote en el sofá. Carrasoeé levemente para llamar su atención, pero no me oyeron. Volví a carraspear, está vez alto y claro. Se apartaron y me miraron sonrojados.
- Chicos, si vais a hacer eso, no lo hagáis aquí, que me da diabetes. Además, cualquiera podría veros, en especial cierta persona que odio en estos momentos.
- ¿Papá? Créeme, yo también le odio. - dijo una voz detrás. Klaus y Diego bajaban por la escalera. Poco después llegaron Vanya y Ben. Vanya tenía el pintalabios un poco corrido, y Ben tenía los labios del color de los de Vanya. Klaus siguió mi mirada
- ¡Chicos! ¿Vosotros también? - preguntó Diego con fastidio
- Parece que solo quedamos tú y yo, compañero - dijo Klaus a Diego, alzando el puño. Diego no le chocó. - ¿Por qué nadie choca en esta casa? No es justo - refunfuñó. Mi estómago rugió, y recordé mis prioridades.
- Bueno, yo sólo venía a por comida, así que... - fui hasta la cocina, me hice unas tostadas, y fui a por las reservas secretad de cafénque tenía guardadas Cincl, pero este se temetransportó ante mí con el café en polvo detrás de él, protegiéndolo.
-¡Ah, no! Es MÍ café - dijo, recalcando el 'mí'. Le hice un puchero. - ¡Aish, está bien! Pero te va a costar un precio - me miró con esta expresión: 😏.
Suspiré y me apoyé contra la encimera.
- ¿A si? ¿Y cuál es? - pregunté con fingida inocencia.
- Un bechito - dijo con voz de bebé.
- ¡Aww, qué mono! - dije, acercándome a él para besarle, pero le aparté en el último momento. - pero no me la cuelas. Dame el café.- mi novio me miró fastidiado.
Ah, que buen suena decir eso. Mí novio. Mío y de nadie más.
- Beso o nada - dijo poniendo morritos. Rodé los ojos, me acerqué para darle un beso, rodeándole la cintura con los brazos, pero en vez de besarle, le robé el tarro con los polvos de café. - ¡Eh! Eso es trampa - dijo haciendo un puchero con ojos de cachorrito. - yo quería un besito. - lo dijo tan tierno que no me pude resistir y le besé, pero me separé cuando me rugió el estómago- ¡Lo siento, Cinco, pero el café me reclama! - Cinco murmuró algo como 'es más difícil entender a las chicas que hacer un cubo de Rubik' Pues, no por nada, yo sé hacer cubos de Rubik fácilmente así que... En fin.
Me preparé mi café y salí a la habitación contentísima. De nuevo, vi a Allison y a Luther en el sillón.
- ¿Ya son novios? - solté. Allison asintió y volvió con Luther. Suspiré y subí las escaleras, y ¿A qué no sabéis a quien me encontré? Pues a Ben y a Vanya, liándose en el pasillo. - joder, ¡¿es imposible ir a mí habitación sin encontrarme con estas cosas?!
- ¡Oye, tú calla que lo haces con Cinco todo el rato! - se defendió Ben, y volvió a su trabajo.
"Eso también es verdad" pensé con una sonrisa, mientras regresaba a la habitación de Cinco.Nota de la autora:
Holaaaa! Me aburro. Recomendarme historias en los comments plis, que es que ya me he leído medio Wattpad... Y el otro medio es de cosas inapropiadas, que no me interesan o de terror. En fin.
GENTE, HEMOS LLEGADO AL PUESTO 4 EN #AIDANGALLAGHER!!!! Ns q decir, en serio q no sabéis cnto os lo agradezco.... Para mí es un sueño hecho realidad💖💖💖😍😍😘
Chauu,💖
La autora
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La hija perdida de Reginald Hargreeves - T/N y Cinco-
Fiksi PenggemarTN vive en el sótano de la Umbrella Academy sin saber nada de nada. Pero su feliz ignorancia llegó a su fin pronto. Salió por primera vez de su sótano, y se encontró un mundo desconocido. Donde nada es lo que parece, todo tiene un trasfondo siniestr...