9. Llegas tarde

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Salgo hay varios reporteros ubicados en la entrada del hotel, debe haber algún famoso quedándose aquí, espero el cambio de semáforo y cruzo, volteo a mirar cuando veo que sale Frederick, tres autos se ubican y él se sube en uno de ellos, los periodistas lo rodean y le toman cientos de fotos.

¿Quién es Frederick?, ¿Por qué todos esos reporteros lo estaban esperando? ¿con quién me acosté anoche?, retumban rápidamente las preguntas en mi mente.

Tomo un taxi y me dirijo al hotel, llego después de 20 minutos, subo a mi habitación, me quito el vestido, me pongo el pijama cierro las persianas, me recuesto en la cama.

Dios que hice anoche, no debí hacerlo, no tiene diferencia con lo que me hizo Robert, digo tapando mis ojos con mis manos, aunque si tiene diferencia, ahora Robert y yo no somos nada. Me giro sobre la cama y un ligero dolor en mi intimidad, me recuerda, la grandiosa noche que me dio Frederick.

Trato de dormir y es misión imposible, mi cuerpo empieza a doler de la actividad de anoche, tomo un analgésico, me levanto decido cambiarme e ir a recorrer la ciudad.

Tomo una falda, el top y sandalias, recojo mi pelo en un bollo alto y con las nuevas gafas de sol, queda espectacular, guardo el maquillaje y el vestido de baño, y demás cosas en el bolso playero.

Salgo y empiezo dando el tour de los museos, se acerca medio día, como una ensalada y tomo el bus hasta la playa de santa Mónica.

Llego y el lugar es increíble, hay demasiados turistas, pero eso no le quita lo lindo, tomo fotos antes de cambiarme, voy hasta el vestier y me cambio, me aplico protector, y pago una carpa, con bebidas.

Dejo mis cosas en la cajilla de seguridad de playa, solo dejo mi toalla por fuera voy a la carpa, saco la silla para broncearme un rato.

Donde estoy, me duele todo el cuerpo, estoy boca abajo, en una silla, miro a mi alrededor, ¡estoy en la playa! mierda me dormí al sol.

Me giro y me duele la piel, debí quemarme, figuro estar boca arriba para emparejar el bronceado, me quedo dormida y despierto a cada rato, hasta que decido meterme al mar, refresca mi piel quemada.

Creo que me voy a quedar aquí el resto del día, pago para bucear un rato y en las motos acuáticas, todos empiezan a salir del agua, miro la hora son las 5:15 tengo el tiempo justo para estar donde acordamos con Frederick.

Voy hasta la estación del bus y hay una fila larguísima, la hago, y después de 15 minutos por fin pude abordar uno.

Llegamos a la ciudad en medio del tráfico habitual, me bajo en la primera parada que hace y decido coger un taxi, faltan 5 para las 6, no voy a llegar a tiempo Dios mío.

Son las 6:10 pm cuando por fin llego hasta el museo de arte.

Bajo del taxi, miro para todas partes, no lo veo por ningún lado, miro mi reloj, ya debió irse, ni siquiera esta alguno de los carros que lo recogieron hoy.

-Blair?- escucho que me llaman, me giro y ahí está, saliendo de una tienda con vaso en sus manos, sonrío al verlo, se ve irresistible, lleva un pantalón caqui y una camisa verde oliva, muy distinto de la ropa que llevaba esta mañana. Y yo con esta ropa, Dios que pena, si me hubiese fijado antes del tiempo.

-Llegas tarde- dice dándome un suave beso en los labios.

Miro para todos lados, ¿Estás seguro que puedes hacer eso? Pregunto

-Sí, perdí a los periodistas, puede decirse que por el momento podemos hacerlo- dice cogiendo mi mano, - ¿Qué haces vestida así? ¿Dónde estabas? - me da una vuelta para mirarme por completo.

No es obvio, estaba en la playa, pensé que alcanzaba a cambiarme, pero se me fue el tiempo.

TE AME SIN DARME CUENTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora