La casa abandonada

Desenlace

Es muy curioso tener contacto con el mundo oculto. Tenemos esa inclinación por conocerlo, sin darnos cuenta de que a veces las consecuencias pueden ser muy nefastas, sobre todo si no sabes con quién o con qué estás tratando. Pero tenía tantas ganas de lidiar con todo lo que estaba pasando.

No sé cuánto tiempo estuve inconsciente, solo cuando me desperté me vi tirada en el césped, justo al lado de aquella casa de mal agüero. El refulgente sol y el azul penetrante del cielo cegaban mis ojos, mi cabeza estaba totalmente desequilibrada, y no entendía qué era real y qué no.

Después de interminables segundos, tuve la sensación de la presencia de alguien muy cerca. Es difícil explicar lo que estaba pasando, no escuché ningún sonido ni pasos incomprensibles, no vi ningún tipo de sombras, no había más miedo, quería volver a entrar en esta casa y descubrir finalmente su secreto. Me levanté del suelo ya confiada de que alguien estaba detrás de mí. Y luego escuché una voz completamente humana: - ¿Este lugar no te deja tranquila? Ya pensaba yo que solo era mi mente agitada por lo que estaba pasando, era la que seguía jugando conmigo. Pero cuando miré a mi alrededor, vi a un joven vestido como campesino, probablemente uno de los lugareños. Como si leyera mis pensamientos, preguntó:
- Quieres entender lo que te está pasando, por eso estás aquí, ¿cierto?

- ¡No sé qué está pasando conmigo!... estaré muerta o me encuentro en el otro mundo … Comprendía lo tonto que sonaba lo que estaba diciendo. Es como si estuviera jugando en la computadora y me estoy diciendo a mí misma que deje de jugar. ¡esto es un espejismo!, ¡vuelve a la realidad! Pero este mundo real no parece tan real. Hice una cosa terrible, ahora no sé cómo llegué aquí ...

Aquel hombre, al ver mi atolondramiento, dijo: - Tu amiga está viva. Mira tus manos, no tienes huellas de sangre en ellas. Todo pasó en tu cabeza.

- ¿Qué? - pregunté - ¿Adivinas el pensamiento o eres un fantasma?

- En parte sí, aprendí un poco a leer la mente después de quedarme en esta casa. Pero no soy un fantasma, la oscuridad no acepta a todos ...

- ¿Conoces el secreto de esta casa?

- Algo sí, te lo puedo explicar.

Otra vez tuve la sensación de estar cayendo en el olvido. Me inundaron los recuerdos de mi infancia, y terminé en el pueblo con mi abuela, cuando tenía entre 10 a 12 años. Estoy saliendo del patio de la casa ubicada un poco alejada de las dos calles principales, y alrededor los interminables campos del lugar con suculentos maíces, verdes pastizales con animales pastando pacíficamente, quebradas con laderas herbáceas y manantiales.
Un riachuelo de aguas cristalinas bajaba desde la montaña en el que nadamos y nos zambullimos desde el puente. Un maravilloso recuerdo de mi despreocupada infancia.

El cielo despejado de lo que veía, estaba literalmente inundado de luz solar. Como en la realidad, sentí el aroma de los prados, el viento fresco y la polvorera caliente de la carretera. Y estoy saliendo del patio de mi abuela, bajando hacia la calle del pueblo que se encuentra más abajo, hacia donde están mis amigos, que, como yo, tienen las ganas de reconocer el mundo que los rodea, esperando encontrarlos en casa para organizar algún tipo de aventura o juego ... Y de repente se escucha un sonido raro en el ambiente, absolutamente raro para esa zona. Pero, estando en el límite de la realidad, como suele ser el caso en un sueño, me asalta una comprensión completamente clara de cuál es exactamente la fuente de este sonido.

Este es un helicóptero negro. Fue el mismo que fue una pesadilla la cual me atormentaba en los sueños de mi infancia. Estaba des quebrantando ese idilio de recuerdos que me envolvía con un sentimiento de felicidad. En ese mismo momento, la imagen cambió repentinamente de color, de lo que algunos segundos atrás era un sueño colorido lleno de alegres sentimientos, se transformó a un miedo aterrador.

De algún lugar detrás de los troncos de los árboles que bordea la calle superior emerge un coche negro como depredador. El cielo está cubierto de nubes y el mundo circundante se vuelve monocromático. Y no hay más olores, ni sonidos, nada más que el furioso crepitar de las hojas.

Una mortal tristeza abruma mi corazón, y estoy absolutamente seguro de que la siniestra máquina de acero tiene un solo propósito: con sus tornillos, despedazarme en añicos. Tan pronto como me doy cuenta de esto, el helicóptero literalmente se lanza hacia mí. Aterrada, empiezo a correr. Las piernas me traicionan y se enredan, mi corazón se hunde en la garganta, tropiezo y … estoy volviendo en sí, una vez más aparezco cerca de la casa abandonada.

- ¿Qué fue lo que viste? - preguntó el chico.