Desperté sobresaltada ante el ruido descomunal. Mi primer pensamiento fue que el infierno estaba tocando mi puerta a esta hora; hasta que recordé que Drew estaba durmiendo en la otra habitación.
Me levanté de la cama y caminé a través del piso de madera crujiendo hacia el pasillo. Pude ver a Drew arrugado en el piso de la sala, golpeando sus puños en el suelo.
Me hundí en el suelo junto a él y pasé mis manos arriba y abajo por su espalda.
—Está bien. Estoy aquí.
Respondió a mi presencia sujetando mi mano. Sus nudillos estaban rojos e hinchados donde había golpeado el piso. Levantó la vista a mí con una expresión de dolor y el corazón se ciñó en mi pecho.
—No quiero estar solo —murmuró, llevando mi mano a sus labios— Ven aquí.
Me acurruqué sobre mi costado, metiéndome en su cuerpo. Se acurrucó conmigo como si su vida dependiera de ello, aferrándose a mí para estar a salvo. Frotó su mejilla contra el tope de mi cabeza, alisando mi cabello antes de establecerse y encontrar un sitio cómodo. Pronto su respiración se vuelve profunda y estable, y supe que se había quedado dormido. Estaba feliz que mi presencia parecía consolarlo.
Saqué de un tirón una manta del sofá para cubrirnos a ambos y cerré mis ojos, concentrándome en su profunda y constante respiración.
Al amanecer, la luz nos despertó, eso o los dolores por dormir en el piso de madera. Me di la vuelta y froté mi cadera adolorida.
—No tenías que quedarte conmigo anoche —la voz de Drew estaba cargada de sueño, e incluso más profunda de lo normal. Me gustó. Me gustaba que pudiera permitir bajar su guardia conmigo.
—Quería —sentí una especie de responsabilidad hacia Drew. Quería ser la única para estar allí para él y ayudarlo a través de todo esto.
Sin otra palabra, me levantó del piso y me llevó a mi cama, dejándome cuidadosamente en el centro. Ofreció una pequeña sonrisa somnolienta mientras aún estaba a los pies de la cama.
—Quédate —extiendo una mano hacia él. Él mira mi mano, y luego a mí con curiosidad. Un momento más tarde, aceptó mi invitación. Había estado allí para él anoche, y ahora él estaba eligiendo acercarse a mí, darme el consuelo que asociaba con estar cerca de él. Se acostó a mi lado y me tiró más cerca, sosteniéndome contra su pecho.
Más tarde esa mañana, desperté por segunda vez y me arrastré fuera de la cama, sin querer despertar a Drew. Quedó tendido sobre mi cama, todavía vistiendo sus vaqueros. Lo admiré por un segundo, silenciosamente leyendo las palabras tatuadas en su costado. Aut viam inveniam aut faciam tibi. Salí de puntillas de la habitación y me senté en la mesa abarrotada del comedor, localizando mi portátil debajo de una pila de papeles.
Revisé mi correo electrónico, descubriendo que tenía dos correos del Profesor Clancy. El primero fue enviado ayer en la tarde, informándome que todos los cargos contra Drew habían caído por falta de evidencia, y la posibilidad de que el asesinato fue cometido en defensa propia, y que Drew se había marchado en contra de las órdenes del doctor anoche. Su última frase era una advertencia sobre que él y el Dr. Andrews estaban preocupados de que Drew pudiera venir a buscarme, ya que parecía estar obsesionado conmigo. Un escalofrío recorrió mi columna.
El segundo correo de Clancy era una detallada explicación de mi tesis, la cual aparentemente necesitaba un montón más de trabajo. Puaj. La función de control de cambios estaba en plena vigencia, toques de rojo cubriendo cerca de cada centímetro de la página. Esto iba a requerir un montón de café.
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amnesia ''''....amor,drama..'''
Novela JuvenilLa ordenada vida de la estudiante de Psicología, sofia toma un giro hacia la locura cuando encuentra el tema perfecto para su tesis de amnesia —un hombre joven, sin ningún recuerdo de su vida anterior, con una acusación de asesinato. Contra todo se...