Nuestro pequeño Secreto ||Tom Riddle|| #1

T R E S

Un techo que no conocía y un fuerte olor a desinfectante fue lo que me hizo levantarme de golpe causando un gran dolor en mi cabeza, parpadee varias veces para acostumbrarme a la luz que aquella habitación.

Mi hijo.

Mis manos en mi abdomen que inusualmente estaba grande y pesado.

— Despertaste. — Tom caminó hacia mi camilla sonriendo y tomó delicadamente mis manos. — ¿Estás bien?, espera, llamaré a una medimaga. — Soltó mis manos listo para salir de la habitación.

— ¿Cuánto tiempo llevo aquí? — Acaricié mi vientre, sentí un cosquilleo y asustada alejé mis manos.

— Están por acabarse las vacaciones de invierno, lo que significa que en cualquier momento va a nacer. — Sus yemas heladas de sentían a través de la bata que estaba usando.

Sentí de nuevo ese cosquilleo y confundida puse un dedo sobre mi barriga.

— ¿Hombre o mujer? — Cuestioné secamente.

— Quise esperar a que despertaras, quería que estuvieras para saber que era, pero al parecer va a tener que esperar hasta que nazca. — Levantó un poco la bata de hospital para besar mi vientre.

— ¿Cuándo va a nacer? — El miedo se empezó a esparcir por mi cuerpo.

— Puede nacer en cualquier momento— Me dió una sonrisa tranquilizadora y se sentó en la cama. — Te extrañé. — Acarició mi rostro con el dorso de su mano y luego lo acunó con su palma.

— Honestamente no estuve consciente todo el tiempo, entonces no te puedo responder de la misma manera. — Cerré mis ojos dejándome acariciar.

Los abrí para encontrarme con su mirada, perdiéndome en ella. Se acercó a mis labios, pausó su movimiento cambiando de mis ojos a mis labios y volviendo a acercarse besó mis labios callando esa necesidad que ambos sentíamos. Separó nuestros labios con la respiración entrecortada y juntó nuestras frentes.

— Tengo un cuarto en mi casa para el bebé, mi elfo doméstico ya sabe de el y ya está advertido de que va a pasar si sale una palabra de su boca. — Murmuró tomando algo de una mesa de noche del hospital.  — Necesito que te tomes esta poción multijugos. — Me dió un frasco con la poción.

— ¿Por qué? — Pregunté viéndo la poción.

— Tu madre vendrá a verte. — Dijo acariciando mi vientre.

— Está bien. — Me encogí de hombros tomando la poción.

Tocaron la puerta y yo ya no tenía esa barriga tan grande.

— Hola, mi amor. — Mi mamá entró a la habitación con una sonrisa.

· · · · · · · · · ·

— ¿Prefieres que te llame Alessandro o Archie? — Pasé mis uñas por mi vientre sintiendo un escalofrío.

— No, se va a llamar Tessa... O Tiara, va a ser niña. — Dijo dejando de leer el libro que estaba leyendo anteriormente.

Mi madre ya se había ido y la poción multijugos se había revertido.

— ¿Cuál prefieres pequeño? — Acaricié mi vientre. — Prefiero que me llames Archie— Agudicé mis voz. — ¿Ves?, prefiere Archie. — Me burlé de Tom.

— No, mejor prefiero Tessa. — Rió.

— No, pero tu dijiste que preferías Archie— Reí alargando la letra "o".

— No, Tessa es mas bonito por que es corto y tiene la inicial del nombre de mi papá hermoso. — Tom siguió su imitación.

Se acercó lentamente en la camilla en la cual seguía acostada y me besó con deseo. Nuestras lenguas se encontraron creando una guerra en la cual ambos luchabamos por ganar.

Me alejé haciendo una mueca causada por el dolor punzante en la parte baja de mi vientre, las contracciones vaya que dolían.

— Entiendo, lo quieres para ti sola, no es necesario causarme tanto dolor, dios mío, soy tu madre. — Tomé  la mano de Tom y apretujé con la mía.

— ¿Duele mucho? — Acarició mi mano.

— Mjm. — El dolor disminuyó al igual que mi agarré en la mano de Tom.

Sentí un líquido caliente esparcirse por la cama en la parte de mis muslos.

— Creo que me hice pipí. — Me burlé de mi misma y mis mejillas tomaron un color carmesí gracias a la vergüenza.

El rostro de Tom palideció y se paró de golpe.

— Mierda, quedate aquí, voy por una medimaga. — Corrió apresurado hacia la puerta.

— ¿Vas a buscar a una medimaga porque me hice pipí? — Pregunté un poco confundida, pero después entendí.

Ya viene

(Editado: 02/04/23)