Al investigar la muerte de una chica, Kenna descubre que la víctima no era tan perfecta como se pintaba y que más de uno tenía motivos para deshacerse de ella.
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En un pueblo con pocos habitantes, la hija de uno de los empresarios más importantes...
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Y la historia va a terminar exactamente como comenzó, con una narración de los hechos importantes.
Dos meses después de mi asesinato, el caso se cerró. Ya todos en el pueblo sabían que había sido ideado por mí. Ya todos en el pueblo conocían cada uno de mis secretos. Todos en el pueblo pasaron de sentir compasión y dolor a indiferencia. Algunos casos que llegaban al extremo, aseguraban que el asesino había hecho bien. Por supuesto que yo no estoy de acuerdo, no solo porque yo fui quien murió, sino porque no hay acto que justifiqué el asesinar a otro ser humano.
En fin. Las cosas en Lercroft cambiaron. La universidad perdió prestigio, las noticias de lo sucedido allí dentro no habían tardado en recorrer toda la región. Mis padres se fueron del pueblo, mudaron su empresa al otro lado del país. Ellos ya no soportaban estar ni un segundo más en ese lugar. Odiaban ver como todos susurraban sobre mi final, detestaban estar en ese lugar y recordar cada mañana que nunca más verían a su hija. Pero Cass no los acompañó, él se quedó.
Otras personas que se fueron del pueblo fue la familia Easton. Luego del divorcio el padre de Nash se fue por un lado, intentando conseguir un nuevo trabajo sin ninguna clase de experiencia; y la madre de Nash junto con él se mudaron a otro pueblo cercano, donde podrían hacer sus vidas desde cero. No hay mucho que decir al respecto, por mucho que Nash deseara olvidarme, cosa que no desea de momento, no creo que en algún momento lo consiga, no con todo lo que pasó por mi culpa y por culpa del asesino.
Monique se quedó, no le fue difícil volver a ingresar en la universidad, por más que había hecho trampa, ella seguía siendo una de las mejores en las clases y eso era lo que la institución necesitaba en ese momento. Harlan siguió su vida. Kennett se fue de la ciudad y comenzó a crear guiones desastrosos que intentó vender. Nial siguió trabajando en la universidad y Zoe se mudó a Murace para poder estudiar allí, en Lercroft ya no tenía nada que la motivara a quedarse.
En pocas palabras, dos meses después de mi asesinato, todo el pueblo había seguido con su vida. Incluso Kenna lo había hecho, se mudó con su novio, siguió trabajando como inspectora y realizó varias capacitaciones para mejorar en su trabajo.
Pero nunca encontraron al asesino. Con la autopsia no lograron determinar dónde me habían asesinado. Lo único que se supo al respecto es que el asesino había sabido limpiar bien la evidencia y que me había desangrado por cortes en mi cuello y muñecas hechas con el filo de las hojas de afeitar. También sabían que alguno de los sospechosos había sido, mas no cuál, eso lo deducían porque no presentaba muchas señales de pelea, es decir, no había luchado en un inicio porque conocía a la persona. Y eso no les servía para arrestar a nadie, ninguna teoría era suficiente si no se podía demostrar su veracidad con pruebas físicas. Además, todos tenían una coartada y con la información que brindó Oliver cada idea de Kenna fue descartada por completo por el juez.
En pocas palabras, nunca supieron quien fue mi asesino. Nunca supieron dónde morí. Tampoco encontraron mi celular, ni el vehículo que habían utilizado para mover mi cuerpo. En pocas palabras, el caso se cerró y dieron por finalizado el enigma. Ya a nadie le importaba lo que había sucedió y la mayoría pensaba que había un motivo detrás de todo, así que el gobernador del lugar hizo lo de siempre y se encargó de que el caso fuera cerrado a pesar de que no podía entrometerse en él.
Nunca encontraron ni sospecharon quién fue el que en verdad me mató.
N/a: si quieren saber quién es el asesino, vayan al epílogo.
