Capítulo XIV

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Luego de pasar toda la noche pensando, Kenna se dio cuenta de que le faltaba algo, una pieza importante en ese enorme rompecabezas que era mi asesinato

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Luego de pasar toda la noche pensando, Kenna se dio cuenta de que le faltaba algo, una pieza importante en ese enorme rompecabezas que era mi asesinato. Una pieza que se le había escapado en el interrogatorio, o conversación como le gustaba llamarlo al gobernador, con alguno de los sospechosos. Por lo que, en contra de lo que el hombre que lideraba al pueblo deseaba, ella los llamó a todos, uno por uno, para citarlos en diferentes horarios y realizarles una nueva entrevista, por no decir la palabra que parecía estar prohibida en el pueblo.

El primero en ser citado fue Nash. Para Kenna, él era el engranaje principal de todo. Y en realidad era así o algo parecido, pero no de la manera en que ella creía. Volviendo al punto, Nash fue sin quejarse a verla a la estación. A él en verdad ya no le importaba lo que ella o el resto del pueblo pensara sobre lo que pasó. Él estaba seguro con toda su alma que jamás había hecho algo así para dañarme. Eso, sumada mi muerte y el inevitable divorcio de sus padres impedía que dedicara más de un minuto diario para lamentarse por lo que todos creían de él.

Pero no les voy a contar cada... ¿diálogo? uno por uno. No. Como ya les dije en un inicio, siempre amé el cine y como yo soy quien narra esta historia, puedo tomarme la libertad de recrear una de las típicas escenas donde solo se hace la pregunta una vez y se muestra la respuesta de cada uno de los sospechosos. Bien. Voy a continuar con mis comentarios sobre cómo y en qué orden llegó cada uno de ellos.

La segunda en asistir fue Monique, no porque dudaran más de ella que de los otros. Ella fue la segunda porque parecía ser la que más me conocía en el aspecto de los chantajes. Ella apreció con su rostro pálido y ojeroso cargado de pesar. Un pesar falso, claramente, porque no había demostrado esa emoción cuando Kenna la había interrogado en la universidad.

El tercero fue el profesor Kennett, que en realidad ya no era profesor y eso lo tenía muy amargado, para no decir algo peor. El cuarto fue Harlan. Él, como era de esperarse, llegó con una tranquilidad envidiable a la comisaría y mantuvo en todo momento su semblante impasible. La quinta fue Zoe. Para ese punto, mi ex mejor amiga ya ni siquiera intentaba fingir que sentía una pizca de pena por mí. Parecía que el tiempo había hecho que su rencor aumentara hasta llegar a lugares insospechables. Los últimos dos fueron Nial y John Easton. A ellos dos los citaron con unos pocos minutos de diferencia. Tanto Kenna como el resto del mundo sabía que no eran muy útiles.

Ahora que ya están todos acomodados en el orden de llegada, puedo proceder a narrarles el interrogatorio. Agradecería que se imaginaran un cuarto mucho más oscuro y que no esté lleno de ventanas, con una iluminación que de justo en el rostro de cada uno de ellos. Y que las transiciones entre escena y escena (declaración y declaración) fueran como en las series, es decir, que la imagen se superponga y que desaparezca, o que se vayan poniendo cada una de las imágenes de ellos cuando hablan y que se vuelvan cada vez más pequeñas hasta que están todos enfocados al mismo tiempo y que parezca que es por cámaras diferentes. No sé si me entienden, así que solo intenten recordar alguna escena similar a lo que va a ocurrir y replíquenla en sus cabezas para complacerme un poco.

El desvanecimiento de Keira Cosgraves (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora