Epílogo

280 46 54
                                    

Hubo tantos sospechosos y ninguno jamás fue arrestado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hubo tantos sospechosos y ninguno jamás fue arrestado.

Pero, te estarás preguntando «¿Cuál de todos ellos me asesinó?». La respuesta es: ninguno. Ninguno de ellos fue mi verdadero asesino. En realidad, quien me mató ni siquiera fue sospechoso, había elaborado su plan tan bien como el mío. Y no era de esperarse menos, ambos habíamos heredado la misma inteligencia. Porque sí, desde un inicio, les dije que Cass siempre fue muy listo, no solo por callarse cuando debía, sino porque él fue quien me asesinó, logró deshacerse de mí sin dejar rastro, manejó los hilos de la investigación sin siquiera levantar sospechas.

Seguramente, ahora solo les quedan más y más dudas. Y en realidad las respuestas son sencillas. Cass siempre lo supo, supo cada uno de mis movimientos desde el inicio. ¿Cómo? Porque cometí el error de no prestar la suficiente atención, no logré descubrir que me estaba espiando. ¿Por qué lo hizo? Eso es muy simple, rencor, cansancio. Cass estaba harto de ver como siempre le arruinaba la vida a todos, como le complicaba la existencia a él y me salía con la mía. Cass se hartó y en cuanto vio la oportunidad, la aprovechó.

Él se enteró de que yo planeaba mi desaparición. De alguna manera me escuchó y se encargó de averiguar hasta el último detalle. En un inicio, solo lo hizo como un juego, pero mientras más se adentraba a lo que yo había planeado, su odio crecía y su aparente diversión se convirtió en un plan bastante detallado. Se informó de cada uno de mis movimientos y los tiempos que iba a manejar; busco el mejor lugar para esconder mi cuerpo; pensó dónde podría asesinarme sin dejar rastro; buscó el medio perfecto para transportarme y también cómo deshacerse de él. Lo planeó hasta el último segundo, hasta el último movimiento que realizaría.

Y él estaba seguro de que nunca lo iban a descubrir. ¿Por qué? Porque él se enteraría de cualquier movimiento de la policía antes de que lo realizara. ¿Cómo? Por Kenna. Ella era su misteriosa novia, él era su novio misterioso con el que discutía cada punto del caso, él era a quién le pedía su opinión. Y no, antes de que lo piensen, Kenna no sabía y nunca va a saber lo que planeó e hizo mi medio hermano.

Al tener toda esa información, Cass avanzó frente a sus narices sin siquiera convertirse en un sospechoso. En todo momento mantuvo su imagen de niño perfecto, de hermano dolido por la muerte de su hermana. Y mientras tanto disfrutaba en silencio el por fin no tenerme en su vida, sabiendo que jamás me iba a tener que volver a escuchar.

Pero la pregunta más importante es: ¿cómo lo hizo? Fue en el bosque, en el lago Elock, para ser más precisos. Cuando fui allí juntar agua a la mañana siguiente del apagón, él se me acercó y yo fingí normalidad, rogando que él aún no supiera que todos me buscaban. Pero sí lo sabía y no tuve tiempo de reaccionar cuanto me tomó con fuerza y me arrastró dentro del lago. A unos cuantos metros de la orilla, con el agua a la altura de nuestras caderas, sacó la hoja de afeitar y la apoyó contra mi cuello. Yo casi no podía moverme por la forma en la que me sostenía y cuando sentí el frío del metal contra mi cuello, me detuve por completo. Intente rogarle, pero él ni siquiera me dio tiempo para hablar, deslizó la cuchilla por mi cuello con un movimiento rápido y preciso, como si lo hubiera ensayado. La sangre comenzó a brotar y llevé mis manos a la zona para intentar detenerla, entonces me tomo una de las muñecas y repitió el proceso, la otra la cortó a pocos segundos, maniobrando para que mi cuerpo ya inerte no se le cayera.

Luego de matarme limpió todo mi cuerpo. ¿Cómo supo hacerlo? Cass era muy sociable, aunque no lo pareciera, y tenía muchos amigos, principalmente en Murace, donde algunos trabajaban cómo médicos forenses. Además, había realizado una exhaustiva investigación para no dejar nada al azar. Se deshizo de cada rastro de lo que considero evidencia y me dejó devuelta en la cabaña destartalada, no quería estar en el bosque si la policía llegaba. Me llevó hasta allí en una carretilla, la misma que luego utilizó para trasladar mi cuerpo envuelto en nailon hasta su camioneta y luego al galpón de mi padre. Por último, sabiendo que necesitaba deshacerse de él, que necesitaban encontrarlo para que la búsqueda no ampliara los sospechosos hasta incluirlo a él, me dejó en la fuente del parque, en un horario donde nadie lo vería. Para finalizar con la desagradable explicación. Desechó la carretilla junto a mi celular en la presa de agua a las afueras del pueblo, otro camino intransitado y sin cámaras de seguridad.

Cass lo planeó todo y lo realizó a la perfección, aprovechándose de mi plan inicial. Cass fue quien me asesinó.

N/a: Y este es el fin. Diganme, ¿esperaban que Cass fuera el asesino? ¿Vieron las pequeñas pistas que había en todo el libro? (Las menciones para nada sutiles de este personaje, la forma en la que Keira siempre lo desdeñaba).

El desvanecimiento de Keira Cosgraves (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora