Muñecos (Markhyuck - Xiaoren)

10. El sobreviviente

Renjun 

Debería existir una manera diferente de contar mi historia, pero solo podía resumirla con la palabra desastre, después de todo no tengo ni un solo recuerdo de que me sucedieran cosas buenas, la abuela decía que debía aprender a luchar con ello, que las dificultades me darían grandes enseñanzas, pero yo solo tenía ocho años no entendía mucho de la vida.

No tuve la oportunidad de conocer a mi madre, la abuela siempre decía que nunca en su vida había conocido a una mujer tan bella, que era como ver una diosa caminar entre los mortales meneando su diminuta cintura y dejando a su paso un delicioso olor a rosas que desprendía su largo cabello negro.

Lastimosamente para ambos ella murió, o por lo menos eso era lo que la abuela me decía, tenía muchas dudas acerca de su historia, porque para ser su hija no existía ni una sola foto en nuestra casa, igual tampoco tendrían mucho valor para mí a estas alturas.

La abuela no era una mala mujer intentaba por todos los medios darme lo mejor que podía, pero desgraciadamente conoció las drogas y todo comenzó a caer en picada, en especial para mí, ella solía desaparecer por días enteros así que los vecinos de nuestro pequeño edificio se hacían cargo de mi cada que podían, o en caso de estar ocupados me regalaban comida.

Incluso no tenía muchos juguetes, me había acostumbrado a jugar con los poco carritos que la abuela me pudo comprar con uno de los pagos más grande que obtuvo en el trabajo, y con uno que otro juguete que nos regalaban en navidad a los niños del edificio.

Debía ser un niño con muchos miedos para mi edad, pero nunca fue así, incluso la abuela llegaba a sorprenderse de que pudiera dormir o caminar por la casa con la luz apagada, pero nadie me diría que ese sería mi mayor miedo cuando creciera.

Quisiera decir que las cosas mejoraron y que la abuela abandono su adicción, pero para mí desgracia, eso no sucedió, era como si cada día que la abuela permaneciera fuera me sentenciara a un fututo que hoy enfrento con algo de enojo, pero que poco exteriorizo.

No odio a la mujer con la que pase casi nueve años de mi vida (o por lo menos eso me digo todos los días), la verdad es que no sé qué sentimientos me embargan cada que pienso en ella, es confuso ya no suelo comprender mucho mis emociones, pero no la juzgo tal vez para ella todo se convirtió en una situación muy difícil, por que lidiar con un niño en crecimiento y con un problema de adicción es algo complicado, y más aún cuando te quedas sin dinero.

Lo que no me sorprende ahora de todo esto es que, ella me entregara a Jinsoo para que comenzara a pagar la deuda que obtuvo para conseguir lo que consumía, al principio llore todas las noches tratando de asimilar que no estaba con la abuela, me daba inseguridad estar cerca de personas que no conocía, pero con el pasar de los días mi corazón se anestesio lo suficiente como para comenzar a trabajar en este infierno, nada era complicado en realidad, los más pequeños debíamos desempacar cajas y acomodar en su sitio todo aquello que salía de ellas.

Lo difícil venia cuando cumplías alrededor de trece años.

En mi estadía en los primeros meses no hable con nadie además de Irene o Sunmi, porque ni con Doyoung me atrevía a hablar a pesar de que era tan dulce conmigo, puedo decir que el me dio mi espacio hasta que logre adaptarme, quien si nunca respeto mi espacio o tan siquiera intento dejar que me acoplara a la situación fue Jaemin, era como ver una chispa de felicidad bailando entre nosotros.

Con él vinieron Haechan, Hwanwoong y Winter, aunque ella solía decirnos que prefería estar con las únicas mujeres del lugar alegando que no íbamos a entenderla, así que la dejábamos irse sin discutir, después de todo ella volvería con nosotros porque era un ambiente divertido el tener a Jaemin revoloteando con sus ocurrencias por ahí.