Capitulo 12

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Durante el trayecto todo fue aburrido. O tal vez yo era la aburrida. Camille y Ruth hablaban alegremente; mientrás yo tenía los brazos apoyados en la ventanilla del carruaje y miraba a Molis cabalgar.

'¿Qué se sentirá andar a caballo'

Apesar de haber vivído dos vidas, núnca antés aprendí a montar un caballo.
Miré a mi escolta con un brillo en mis ojos. Por lo que había calculado ya habian pasado dos horas y medias, no faltaba mucho para entrar al territorio del Ducado; ya de ahí sería más facíl y corto el trayecto.

- Pss-

'No me escucho'

- Psss-

'Vamos, mírame'

- ¡Pss!-

'Por fin me miras'

- ¿Sucede algo, señorita?- me preguntó Molis.

- ¿Qué se siente cabalgar?- pregunté muy interesada.

- Mm, al principio vas a tardar en encontrar tu postura para cabalgar. Pero luego vas acostumbrarte-

- Mm sí, pero no me respondíste el cómo se siente cabalgar- me miró, pero luego cambió su mirada al frente.

- Sintes que un gran peso se te quita de encima. Solamente eres tú y nadié más. Ya no preocupación, ya no más mentiras... ya no más secretos- cuando se dió cuenta de a donde estaba llegando me miró y dijo nervioso.- o eso es lo que yo siento, jaja- se rasco la cabeza.

'¿Secreto, eh?, yo ya conozco el tuyo'

- Así que eso se siente- dije restando importancia. Miré el cielo y ya hacia una hora había oscurecido.

'Y yo que pensé que me invitaría a montar, tch'

-Señorita-

- ¿Si?- pregunté extrañada.

'¿Porque me habla con vos baja y mira alfrente en ves de a mí?'

- No se asuste y escucheme atentamente-

'¿Cómo quiere que no me asuste?'

No hablé.

- Nos están suguiendo-

Tragué saliva.

- Usted se metera dentró del carruaje y cerrara la ventana. Procure hacerlo normalmente-

- Hecho-

Ántes de que pudiera hacer lo que me dijo algo sonó entré los arbustos.

- ¡Métase!- me gritó Molis mientrás desvainaba su espada. Nosé porque, pero mis sentidos no funcionaban, no podía reaccionar. Capáz fue el miedo.

Pero era tarde.

Ya había llegado a mí. Perforando mi brazo.

- ¡KYYA!- con los gritos de mis mucamas no pude sentir el mío.

- ¡Joven señorita, está lastimada!-

- ¡Cierren las ventanas!- gritaban, pero no sabía quien era, yo solamente estaba aturdida.

Hoy algo aprendí: "No todo son como los cuentos de hadas", no siempre viene tu principe al rescate, no siempre se puede esquivar un ataque, y no siempre saldrás ileso.

-Duele- dije en un susurro.

- Tranquila señorita, todo estara bien- por la cabellera marron pude saber que era Ruth, capáz Camille ya se desmayó. Por esa idea me empesé a reir, pero lo deje de hacer cuando el dolor se hizo más potente.

¡Seré la VILLANA!...otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora