- Ugh-
Me super dolía la cabeza.
¿Qué me había pasado para estar así?, ¿Fué porque me dormí tarde?.
- Mi joven señorita-
¿Qué?, espera, ¿escuche bien?.
- Mi joven señorita-
Era una voz que núnca podría olvidar, una voz que extrañe tanto. Una llena de cariño y preocupación.
- ¿Nana?-
Pregunté experanzada y evitando el dolor abrí los ojos y trate de recomponerme.
- Si, mi joven señorita, soy yo, me recuerda?-
Sin darme cuenta las lagrimas salieron de mis ojos y me lance a sus brazos como un niño indefenso.
- Nana-
Seguía llorando por el reencuentro que tube, pero, porqué esta ella aquí?.
Me separé y miré a mi alrededor, porque estaba en mi habitación de mi vida pasada. Miré a nana y ella tenía preocupación y tristeza en esos ojos color miel.
- ¿Qué pasa nana?- pregunté preocupada.
Sabía que algo estaba pasando y por eso no le dí importancia al porqué estaba aquí. Pero ahí me di cuenta.- Mamá...- solté en un susurro.
Un recuerdo del día anterior de este mundo llegó a mi...
Hoy mamá moría.
Salí de mi cama y me apresure a correr lo más rápido que este cuerpo podía.
Cuando llegué a las dos puertas negras no dude y las abrí.
Lo que ví me partió el corazón. Era mamá acostada en la cama, con la cara palida, su cabello plateado ya no tenía ese brillo de hace años atrás, sus ojos violetas brillantes ahora estaban opacos, sus labios rosas ahora estaban incoloros y agrietados.
Era la misma imagén de mi vida anterior.
No, esto no podía pasar, yo jure protegerte, esta vez te cuidaría y no te perdería...pero acá estamos, en lo mismo que pasó hace años.- Mamá- digo en un hilo de voz.
- Mi niña- me contesta apenas pudiendo hablar -.Ven aquí cariño-
Me acerco a ella sin quejas y me siento en el borde del colchón.
- Mamá- la llamé otra vez, tratando de que mi voz no se quebrara.
- Ami, solo quiero que sepas que mamá siempre te amo, desde el primer día que me enteré que te iba a tener núnca me arrepentí de esa noticia- dicho esto tosió y sangre salió de él.
Cuando iba a hablar me interrumpio y siguió.
- Quiero que núnca te arrepientas de las desiciones que tomes, mamá siempre estará contigo y siempre que quieras hablar, allí estare- cuando dijo eso señalo a la luna que se encontraba justo enfrente de la ventana.
Eso me hizo acordar a mi niñez, cuando decía que mamá se parecía a la luna por su pelo y por como brillaba.
- Cariño, toma esto, protegelo y cuidalo. Quiero que lo tengas siempre contigo. ¿Sabes porqué?- mientrás lo decía sacaba un collar plateado con una luna y un diamante violeta que brillaba como mil diamantes juntos.
A la pregunta hecha por mi madre negue con la cabeza.
- Porqué una parte de mí esta en él- con sus últimas fuerzas se levantó y me lo coloco en el cuello, yo sabía que esto era lo último que haría por mí y no quería eso.
- Mamá, prometí protegerte, porfavor no te vayas, no me dejes sola, te lo ruego-
Lloraba, mis lagrimas caían y manchaban las sabanas. Yo le rogaba que se quedara, que no me dejara pero no pudo hacerlo.
Su mano que secaba debilmente mis lagrimas, ahora se había caido y sus ojos se cerraron para no volver a habrirse núnca más.
- ¡NOO!- fue un grito desgarrador acompañado por el llanto de una niña de nueve años -. Despierta mamá, no me dejes-
A un costados de la habitación los sirvientes lloraban por la muerte de su ama, y se lamentaban por la pequeña niña de cabellos rubios que se hayaba en un costado de la cama llorando desconsoladamente.
Pero no podían hacer nada al respecto, solo observar y tratar de consolar a su tan querida señorita.En la puerta se hayaba un hombre robusto de cabellos rubios y ojos color zafiros que miraban la escena con cierto dolor que se escondía en ellos.
Sin embargo él no podía hacer nada, no sabía como consolar a su hija y menos darle un poco de cariño.
Atrás de él se encontraba su más leal lacayo, Jeferson Shiran, que miraba con dolor a aquella mujer que ahora ya no tenía vida, pensando en que alguna vez fue el amor de su vida y tratando de negarlo todabía lo seguía siendo.Mientras lloraba desconsoladamente lo vio, al hombre que causo esto, si tan solo no la hubiese traído a su casa su madre todabía seguiría con vida.
- ¡Tú!- lo acusó mientrás se levantaba y secaba sus lagrimas con la manga de su pillama.
- ¡¡Tu causaste esto, tú la mataste!!- nosé en que momento me acerque pero estaba enfrente de él, estaba descargando mi furia con los golpes que le estaba dando.
- ¡¡Si no fuese por tu culpa ella estaría viva, tú no supiste cuidarla, te odio, te odio, te odio con todo mi ser!!-
Golpeaba con toda mi fuerza su pecho, mientrás gritaba y lloraba descosoladamente.
El Duque solo se podía quedar quieto y negar para que las personas se acerquen a frenar a su hija que todabía lo golpeaba.
Y era verdad lo que decía, si el solo la hubiese cuidado un poco más capas ahora no estarían así. En sus ojos se podía ver el dolor, perdió a su esposa y ahora su hija decía que lo odiaba, núnca la escucho decirle eso, ni cuando la había golpeado.
Una parte de su pecho le dolia, el solo quería pensar que eran por los golpes de su hija, y no quería aceptar que esas palabras lo habían lastimado.
Después de un rato Amelia se había desmayado, por suerte el Duque fue rápido y la sostubo entré sus brazos antes de que callera. Era la primera vez que la cargaba y ahí se había dado cuenta de lo chico que era su cuerpito al lado del suyo. Una parte de él le decía que tenía que cambiar y cuidar de está niña que ahora estaba "sola" y la otra no podía aceptarlo, ya que él había prometido a alguién más que núnca le tendría ni un poco de afecto.
Apartir de hoy, su corazón pudo volver a sentir un sentimiento que jamás habría imaginado volver a tener... el arrepentimiento.
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HOLA GENTE, COMO ESTÁN?, ESPERO EL CAPITULO DE HOY LES GUSTE Y SI QUIEREN PUEDEN COMENTARME QUE LES PARECE O SI HAY ERRORES Y CUIDENSE... SI NADA MÁS QUE DECIR, BESOS♡
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¡Seré la VILLANA!...otra vez
FantasíaEsto comenzó cuándo ella apareció... Y me quitó TODO. Mi padre. Mi prometido. Mis amigos. Mi fama. Mi titulo. Hasta incluso mi vida. Pero no, esto no quedara así Clarissa, esta vez seré yo la que te arrebate todo lo que tengas...