Capitulo 7

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Narra el Duque

- ¡¡Papá, papá te lo ruego. Yo no fui, por favor ayudame!!-

'¡No, sueltenla!'

Trataba de gritar para que la liberaran. Pero de pronto una imágen apareció en el escenario oscuro.

- No me llames así. Me desagrada escucharlo de tu boca-

'¡¿Que!?' '¿Que hago yo ahí?'

- Núnca te considere mi hija, solo fuiste una desgracia para la familia-

'¿Qué está diciendo?' 'No, no puede ser. ¡¡¡Ese no soy yo por favor no le creas, no lo escuches, por favor!!!'

- Núnca te quise y núnca te querré. ¡Llevensela!-

'¡¡NO PORFAVOR!!'

Quería correr y cargarla en mis brazos, calmarla, decirle que todo estaba bien.

Quería protegerla.

Pero no pude, traté y traté de romper esa barrera que se interponía entre nosotros, quería salvarla de mi mismo. Pero no.
Es como si fuese un fantasma, ella no podía verme, no me escuchaba, y yo no podía hacer nada.

Por primera vez en mi vida me sentí insignificante. No podía ni siquiera cuidar bien de mi familia.
Era el escenario y yo el espectador. Veía como la maltrataban, gritandole, pegandole y un montón de abusos más.

Y lo peor de todo fue que la persona que lo provoco fui yo.

No entendía que pasaba, pero ver su cabello rubio esparcido por el suelo, sus ropas eran unos trapos sucios, el brillo en sus ojos azules estaban apagados, ya no miraba con amor a esa persona que se hacía llamar su 'padre' y la sangre bajaba de su cabeza así manchando el suelo mismo.

Me rompió el corazón. Ella era mi luz, el sol que veía cada mañana, era la niña de mis sueños, la que corría a abrazarme, la que me besaba, abrazaba e incluso me cantaba.

Lo único que pude pensar ante esta imagen era que yo era su perdición.

Volví a mirar y vi como se la llevaban a rastras.

'NO SE LA LLEVEN. ¡¡SUELTENLA!!'

Golpeé el muro para ver si podía romperse.

- ¡PAPÁÁ!-

En el último segundo la ví girar su cabeza hacía mi y mirarme. Sus labios apenas pudieron formular bien, y tampoco la escuche. Pero supe lo que me pidió.

'Ayudame por favor'

Mi corazón se rompió y cuando quise hablar toda esas imágenes se volvieron un remolino, hacíendo el caiga en un pozo sin fondo.

- ¡AMELIA!- fue lo que grite cuando me levanté.

Me mire las manos y me toque la cara. Estaba todo sudado, hasta mi ropa de dormir estaba empapada. Trate de controlar mi respiración ya que se encontraba irregular.
Todabía podía sentir como mis manos tenían un pequeño temblor.

'¿Qué hora es?'

El Duque se fijo la hora y como vió que todabía tenía una hora antes de ver a su hija decidió bañarse.

- ¿Si mi señor?- preguntó Max, el mayordomo.

- Manda a preparar mi baño-

- Como deseé su gracia-

¡Seré la VILLANA!...otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora