Burning Desire [Mikasa x Oc]/ TERMINADA- CORRIGIENDO

Capítulo 14: "El beso de Judas"

Habían transcurrido dos infernales meses, cada día debía estar un poco más tapada debido a los abusos físicos que recibía, pero, sin embargo, la luz de mis ojos siempre era la luz al final del túnel... Desafortunadamente ella comenzaba a sospechar algo, siempre se cuestionaba el por qué siempre debía estar a lado de Erwin, el por qué usaba cuello alto o mangas largas, cada día era una mentira más y sé que esto algún día va explotar, pero por el momento disfrutaré de toda ella.

Hoy logré escabullirme de él; el sol estaba por salir, el cielo naranja resplandecía sintiéndose orgulloso por los colores tan bellos que destacaba, donde los humanos, lo miran embelesados. No era la primera vez que veía a esa bella chica despertar, me las ingeniaba para poder admirar toda su belleza por la mañana.

— Buenos días, estrellita. La tierra te dice hola — Abrió lentamente sus ojitos, colocó una mano en su frente para bloquear los rayos del sol y así poco a poco acostumbrarse a ello.

— ¿Cómo logras entrar?

— Tengo magia — La arrastré a mis brazos para depositar un cálido beso en su frente, descansó su cabeza en mi pecho.

— Me da miedo que nos descubran — Hablaba bajo.

— Tranquila, tomo muchas precauciones.

Esta se hizo a un lado para que pudiese acostarme con ella, nos cubrimos completamente para quedar "invisibles" según nosotras, juntamos nuestras narices y un cariñoso roce invadió nuestras pieles. Abracé su cuerpo bien formado, escuchaba el latido de su corazón, era otro de mis lugares favoritos. Para llegar a este punto fue muy complicado para ambas, solíamos a ser un poco cerradas, inseguras y demás, pero bien dicen que hablando se entiende la gente... Y sí, eso es muy cierto.

— Pronto despertarán los demás...

— No me quiero ir — La abracé con más fuerza.

— Basta... No puedo respirar...

— No me importa — Respondí divertida.

Unos ruidos comenzaron a ser perceptibles ante nosotras, nuestros cuerpos se tensaron de inmediato, parecíamos estatuas... Sin movernos y sin respirar, aquella situación comenzó a provocarme un ataque de risa, Mikasa ahogó todo sonido que proviniera de mi boca.

— Cállate, Ris — Sonaba nerviosa.

Abrieron la puerta de los dormitorios.

En instantes quedé en shock, unos pasos resonaban en el lugar... Cerré los ojos, un sudor frío comenzó a recorrer parte de mi frente. Pasaron unos segundos los cuales sentí que eran años; afortunadamente los pasos se alejaron.

En esos momentos me hice creyente.

— Estuvo cerca — Mis pulmones dolían al estar reteniendo la respiración —. Te veo al rato, princesa.

Le di un pico.

— Te veo al rato — Me sonrió.

De puntillas me dirigí a la puerta de los dormitorios, con sumo cuidado abrí la misma para así asomar mi cabeza para inspeccionar los pasillos. Estaba todo despejado, iba caminando lo más rápido ya que sentía que mi observaban.

— ¡RIS!

Taru apareció de sorpresa, por inercia solté grito para rematar con un puñetazo. Este se cubrió la cara, riendo.

— ¡Taru!, discúlpame, no fue mi intención...

Un reguero de sangre salía de su nariz.

— No hay problema, Ris — Se cubría aún riendo —. Maldita sea, me desviaste el tabique nasal.