Burning Desire [Mikasa x Oc]/ TERMINADA- CORRIGIENDO

Capítulo 32: "Reencuentro"

Mi pecho subía y bajaba, Chris se mantenía anonadado con el discurso de aquel ser humano, el cual desbordad excitación pura ante todas sus palabras. Y que decir de que gente de nuestro alrededor, todos absorbidos por una gran energía que los mantenía expectante en el lugar.

— Lara estás sudando mucho — Chris posa su mano en mi frente y me mira preocupado —. Solo aguanta unos minutos, tenemos que estar aquí.

— Vámonos, en serio vámonos — Tomé su mano fuertemente y lo obligué a ponerse de pie. Vaya que la adrenalina hace que tu fuerza se incremente. Caminamos rápidamente por entre las filas hasta. No habíamos avanzado tanto cuando todo explotó.

— ¡Lara! — Él se detuvo y se giró para observar la escena tan catastrófica. Por un momento parecía que el aire se agotaba.

— ¡Vámonos! — Corrí tomada de la mano con él y la gente chocaba contra nosotros —. ¿Estás bien?

— ¡Hay mucha gente muerta! — Estaba entrando el pánico —. ¡Lara!

Lo llevé a un pequeño callejón donde tranquilizarlo era parte de mi misión. Este hiperventilaba, se tomaba del cabello y tiraba del mismo. Presa del pánico. Presa del dolor.

— Chris, vuelve conmigo — Tomé ambas mejillas, las cuales estaban mojadas por las lágrimas —. Chris. Vamos.

— ¡Los niños!, ¡Los niños! — De rodillas lloraba. Miraba el panorama y vaya que toda la gente estaba en su catarsis. Tomé el cuello de su camisa y procedí a darle una bofetada. Para que reaccionara. Este me miró con un poco de odio, pero ya estaba casi en sus cinco sentidos.

— Chris, lo siento. Siento que tu gente esté sufriendo.

— Tú lo sabías... — Se lamenta y me señala —. ¡Y fui parte de ello!, me siento una mierda, Lara.

— Vuelve a casa, Chris — No pienso discutir con él —. Vuelve y sé feliz a tu manera.

— No — Noto el enojo en sus palabras —. Tú vienes conmigo.

— Chris, de verdad no me obligues a ponerte un dedo encima — Miro el suelo, siento mi vestimenta. Será incómodo correr —. Sigue mis consejos y vete de aquí.

— Que bajo has caído... — Sale del callejón con paso decidido dejándome ahí. Escuchando gritos, viendo a la gente correr. Su figura desaparece lentamente y es aquí donde vuelvo a tomar las riendas de mi vida. Mi cabello recogido me facilita las cosas. Estiro mi cuerpo y pienso en quitarme los zapatos para correr, pero hay piedrecillas, así como cristales rotos. Seguramente mis padres me están buscando y Chris dificultará las cosas.

Corro, haciendo caso omiso a los gritos de ayuda. Ahora soy egoísta. No me interesan los demás. Buscaba señales de ellos hasta que por fin mis orbes captaron a mis antiguos compañeros.

Aquel sonido.

Uno que todos nosotros conocemos a la perfección.

Los visualicé arriba de los edificios y opté por subir. Mi corazón quiere salirse y mis piernas ya no quieren caminar más. He perdido condición estos años, y confianza. Subo las escaleras ignorando los disturbios, hasta que estoy ahí, alejada de ellos, los cuales se mantienen expectantes.

Quiero avanzar, pero tengo miedo. Avanzo unos dos pasos más y alguien se alerta de mi presencia. Rápidamente apuntan hacía mi y levanto las manos en señal de paz. Han cambiado tanto.

— ¿Tus últimas palabras? — Dicta uno apuntándome —. Tienes la oportunidad de hablar.

Yo no lo hago. Con sumo cuidado exploro con mis dedos la manga larga de mi vestido negro, lo hago hasta que siento aquello que me ayudará a ser reconocida, es mi última esperanza.