Habiendo confesado los gustos que tenían, ahora podían explorarlos juntos sin ningún temor a que el otro los rechazara.
Eran felices, y querían seguirlo siendo, por lo que hoy tendrían su primer dio sabiendo... que compartían mas que una bella amistad.
...
Erika
Me había despertado en medio de la madrugada con ganas de ir al baño. Eran alrededor de las cuatro de la mañana, y aún estaba completamente oscuro.
Podía ver a Sam desde su cama que me había prestado. Estaba aún cubierto con sus sábanas, o al menos eso lograba ver, pues estaba bastante oscuro.
Me levanté intentando no hacer ruido para despertar Sam, quien dormía como un bebé, y roncando como uno.
Me costó un poco más de lo que esperaba levantarme, me sentía pesada, lo cual me gustaba pero no lo esperaba ahora.
Salí de la habitación y me dirigí al baño, podía sentir en la oscuridad como mis lonjas rebotaban, pues de hecho podía sentirlas tocando mis piernas al caminar, haciéndola rebotar ligeramente. Ese sentimiento era genial.
Metí mi mano dentro de mi sudadera para rascar mi panza un poco mientras bostezaba.
Entré y encendí la luz del baño entrecerrando un poco los ojos para no quedar cegada.
El baño era pequeño, y no lo digo por que yo sea ya algo grande, si no que definitivamente era pequeño, creo que para que Sam y yo cupiéramos al mismo tiempo tendríamos que estar abrazados y con nuestras panzas apretándose la una a la otra, y aún así estaríamos apretados.
Hice mis necesidades y me dispuse a salir para volver a dormir unas horas... Pero algo me distrajo antes de salir del baño.
Era la gorda que podía ver en el espejo del lavabo... Era yo... Y era enorme... Más de lo que creía antes de... Bueno... Hace unas horas.
Volteé a ver al espejo y mi cuerpo conmigo. Me ví, y noté como ahora mi panza era grande y redonda.
Mi sudadera podía cubrirla pero ahora estaba algo más apretada y podía ver incluso una hendidura en donde iba mi ombligo.
Levanté mi sudadera para verme mejor... Mis lonjas rebotaron al salir de ella.
Vi algunos rollos recién desarrollados brotando uno a cada lado de mis caderas y deslizándose por mi pantalón de pijama.
Comencé a jugar con ella, como si no me creyera lo gorda que ahora estaba.
Empecé a sonreír un poco, me gustaba como me veía, me gustaba mucho. Posaba frente al espejo, sosteniendo mi nueva panza, admirando lo grande y flácida que era.
ESTÁS LEYENDO
Mejores Amigos
Romansa(Contiene Feederism, si no te gusta, te recomiendo no leer). Sam y Erika han sido amigos desde hace unos años, se conocen muy bien y tienen una gran confianza el uno del otro, pero ambos tienen un pequeño secreto sobre su amistad, algo que el otro n...