Capítulo 5

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-Ahh emm... ¿a qué te refieres Sophie?- dije notoriamente nervioso, parecía un idiota, era evidente que yo lo recordaba, no podía hacerme el tonto.

-Ay Emi, por favor, sabes perfecto a lo que me refiero, anoche estuvimos a punto de...- dijo rápidamente pero la interrumpí antes de que lo dijera, estaba de más fingir.

-Está bien, lo sé.- dije resignado y más tranquilo- pero por ningún motivo quiero que pienses que quise aprovecharme de tu estado, si lo prefieres hacemos como si nada, y no te incomodo más- la mire a los ojos esperando una respuesta y ella no decía nada, eso me lastima, seguramente está arrepentida.

-Emiliano, me gustó- dijo tímidamente y bajo la mirada.

-¿Qué?- estaba en shock.

-Sí- volteó a verme y suspiró.

-Es neta Soph?, por fa no juegues con eso, no sabes lo que significa para mí...- mi corazón estaba acelerado.

-Claro que es cierto, pero está mal. Yo estoy con Joss y...-

-¿Vas a seguir con él?- pregunté con el corazón roto.

Decirme que le gustó lo que pasó entre nosotros y luego bajarme así de la nube, diciendo que piensa seguir con él ¿es en serio?

-No, no lo sé. Es solo que ni siquiera he hablado con Joss de lo qué pasó, no lo he escuchado. Bueno, él tampoco me ha buscado- bajo la mirada.

¿Debería decirle que intento comunicarse con ella por medio de mí? Mmm, nah.

Joss fue un idiota, no la valoró y esta es mi oportunidad, puede sonar egoísta pero... he esperado mucho.

-Sofía no te merece, te engañó y existimos personas a las que nos encantaría poder tener una oportunidad de acercarnos a ti de otra forma- dije casi gritando, me ponía mal que ella siguiera con el tema de Joss.

¿No se supone que si lo bloqueó de todos lados es porque no quiere saber nada de él y si no quiere ni verlo no significa que han roto?

-¿A qué te refieres?- dijo levantando una ceja y viéndome confundida.

Me quedé paralizado, no me di cuenta de lo que decía, lo hice en un impulso, pero bueno, ya había hablado y después de lo que había pasado creo que ya era hora de confesarle mis sentimientos.

Suspiré me armé de valor y le dije.

-Sofía me gustas- la vi a los ojos y ella estaba sorprendida.

Diosito, dime qué no la cagué.

𝑵𝒐 𝒊𝒅𝒆𝒂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora