Dragon Ball: Una Historia Por Contar

Capitulo 26: Cita

Dos meses habían pasado desde aquella mítica final del torneo de las Artes Marciales, Adaike junto a Bulma finalmente habían hecho oficial la relación entre ambos, mudándose a Corporación Capsula debido a que recientemente Goku y Milk se habían casado por lo que la montaña Paoz resultaba una vida más tranquila para ambos; al no necesitar el dinero del premio, lo regalaría a su hermano como regalo de bodas.

- ¡Adaike! ¿Puedes venir un momento aquí, por favor?.-
Gritaba Bulma desde uno de los cuartos de Corporación Capsula, mientras se encontraba moviendo algunas cosas de su hogar compartido.

- ¡Ya voy!.-
Confirmaba el azabache y se acercaba a paso lento donde se encontraba Bulma, dando un pequeño bostezo luego de culminar su rutina diaria de trotar.

- Verás...- Comentaba entusiasmada la joven, moviendo su cabeza de lado a lado mientras posaba ambas palmas de su mano en sus mejillas.- ¡Hoy quiero que cumplas nuestra promesa!.-

- ¿Nuestra promesa...? ¡cierto! Pero... no conozco mucho sobre esas cosas...-
Decía el azabache mientras pensaba que podía hacer para cumplirla.

- ¡No hay problema con eso, me encargaré de guiarte en todo! ¡Ahora si me disculpas, debo arreglarme para verme bonita!.-

- Entiendo, entonces debo hacer lo mismo... aunque tú ya eres muy bonita así...-

Un pequeño rubor carmín se marcaba en las mejillas de Bulma por lo que desviaba la mirada.
- N... no digas tonterías... ¡y por supuesto que tienes prohibido ir con tu dogi!.-

- ¡Dije algo malo, lo siento mucho!.-

- Solo... solo olvídalo... ¡ve a tomar una ducha, apestas a sudor!.-

- ¡¡Enseguida!!.-

Adaike salía de la habitación rápidamente para obedecer a la joven. Al finalizar de alistarse para aquella cita, se quedaría esperando aproximadamente una hora a Bulma para que estuviera lista; ella salía del baño con unos jeans color celeste, y una blusa color café claro suelta, con rayas verticales de color negro. Un labial suave adornando sus labios y un pañuelo negro con adornos blancos recogiendo su cabello.
Por su parte, Adaike usaba unos jeans color azul, una playera ajustada color negro junto a una chaqueta del mismo tono, con las mangas bajo sus codos y un reloj como adorno. Ocultando su cabello se encontraba una boina del mismo color que su playera.

Ambos se retiraban de aquel hogar que se habían construido, dando una pequeña caminata por los alrededores a pesar de ser aún temprano como para comer, por lo que Bulma sugería pasar cerca de un parque de diversiones que se había instalado recientemente.

- ¡¿Estás segura de que quieres subirte a esto...?!.-

- Da un poco de miedo... ¡pero quiero hacerlo...!-

- De... de acuerdo...-

Sin pensarlo mucho se subían al frente, una pequeña gota de sudor recorría la mejilla izquierda del azabache ante la incertidumbre de lo que podría suceder, mientras que su acompañante se sujetaba firmemente de su brazo al iniciar la maquinaria con el recorrido de manera lenta.

- A... aquí vamos...- Decía Bulma en un tono temeroso, sin despegarse ni un segundo del brazo del contrario.-

- No te preocupes, todo estará b...-

Sin previo aviso la máquina aumentaba su velocidad para comenzar a dar las vueltas correspondientes en las vías donde se encontraba. Bulma se encontraba arrepentida de haber escogido aquella máquina como primera actividad del día. El juego concluía antes de lo que ambos jóvenes esperaban, por lo que ambos salían de aquella atracción con los cabellos completamente desordenados. Siguieron durante toda la tarde en atracciones más tranquilas como las "tacitas", o atrapando peces dorados.