Nos quedamos mirando un largo rato.
Hasta que finalmente me decidí a hablar.
-me encantas.
Me respondió con una gran sonrisa- que tanto?
-más de lo que nuestras mentes juntas puedan imaginar.
-eso quiere decir que somos algo. -dijo lo mas calmado posible.
-si, pero eres un pendejo de primera y no me dices lo que ya sabemos. -comente a modo de reclamo.
Me miro, no supe descifrar su mirada. Tomo mi cara entre sus manos y me beso. El beso no tenía prisa pero me sabia a gloria, la sincronía era tan natural, como si no fuera la 5ta vez que compartíamos un beso. Nos separamos y me miraba con tal intensidad que casi no teníamos que hablar para saber lo que sentimos el uno por el otro.
-ves esa luna? -mire al cielo buscado la luna- un día estaremos durmiendo juntos bajo la misma luna, te lo prometo.
Sus palabras, siendo tan sencillas me tocaban la fibra sensible, el era el indicado.
Sonreí y me acerqué lentamente para besarlo.
Me pego mas a el y se lo agradecí, sentir su calor es algo gratificante en una noche fría de enero.
Nos seguimos besando, sabiendo que solo seria un 'hasta pronto'.