Los nervios me estaban matando, cada paso que daba, me acercaban a él. La ironía es que estábamos más distantes que nunca. Él fue alguien importante, en su momento, pero ahora éramos un par de desconocidos con muchos recuerdos en común.
Sé que las palabras no podrán describir como me siento realmente, pero sé que no estoy bien.
Al llegar a los últimos escalones siento que tropiezo y todo se vuelve negro.
(...)
En la entrada del edificio veo que hay un alboroto, no le doy mucha importancia.
Ese alboroto se hace más grande y me preocupo cuando veo a mi amiga, Lucía, llamando por teléfono de forma desesperada a Carlos, su mejor amigo y hermano de Elena.
Ella, sin duda es la chica que más he querido pero no tuve el valor de quererla como se lo merecía.
Corrí hacia el edificio, pasé como pude entre las personas y la vi desplomada en el piso, desmayada. No reaccione de momento. Un hombre que estaba ahí se ofreció a llevarla al área de enfermería. Cuando la dejaron ahí le dije al doctor que era su novio. Mentí con tal de saber si ella estaba bien o porqué estaba desmayada. El doctor me creyó, aunque no lo noté muy convencido.
Pasaron un par de minutos, que me parecieron eternos, y ella no despertaba. No sabía que pensar.
Por la ventana veo que Carlos ha llegado, presiento que es momento de irme. No le agrado a Carlos por los problemas que tuve con Elena.
Empecé a balbucear algo similar a una excusa y me fui de esa enfermería sin saber que fue de Elena.
Su rostro con expresión calmada pero afligida se quedó grababa en mi memoria... como aquella vez que la vi por primera vez.