La dura verdad

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-¿alguna vez has pensado en engañarme? -preguntó después de un rato.
Lo miro fijamente- si.
De cierta manera él esperaba esa repuesta pero la tranquilidad en que ella lo dijo... es inquietante.
-¿por qué no lo has hecho? -preguntó cautelosamente.
- porque te quiero -contestó ella- pero estoy errada al mantener un sentimiento así.
La expresión de él cambio de la sorpresa a la confusión.
-¿errada?
-si, me la vivo esperando que seas el mismo que me conquisto con mimos y palabras cariñosas. Y ahí esta mi error, estoy esperando algo que probablemente hiciste solo para tener el trofeo.
Él se estremeció, de nuevo esa platica.
-además -ella continuo- no te has tomado el tiempo en preocuparte por mi, tu nueva vida es más brillante que una chica que ha dado mucho de si por una relación vacía.
-no es eso, yo...
-cállate, si lo es.
-¿entonces por qué sigues conmigo? -el reclamó.
-porque te quiero, imbecil.
Era de las pocas veces en que ella se refería a él con ese tipo de palabras, es mas, podría ser la primera vez que eso sucedía.
Ella mantenía la mirada fija en el, era cierto, lo quería pero no al individuo que tenía en frente. Él era un patan. Al que ella quería no era mas que una farsa.
De pronto ella pensó en la razón por la que lo había elegido. Muchas eran las heridas de su corazón pero aún estaba esa capacidad para querer. Él había sido un tonto pero después se supo reponer, era mucho mas atento con ella y a pesar de no ser demostrativos en público, cuando estaban solos se lo recompensaba.
Pero la bendita fecha de inicio de clases se acercaba. Ese realmente no fue el problema, fue la distancia.
No es como que ella no supiera soportar una semana en lo que se mudaba. Pero esos 6 días fueron el martirio mas grande para ella. Había perdido muchas de las ilusiones que tenía al respecto. Pero la culpa la tuvo él, y el lo sabia.
-pero no supiste mantenerme a tu lado. Quizá fue mi culpa por haberte dicho tantas cosas, pero solo lo hice por precaución mía... -su voz se corto.
Las lagrimas estaban llegando a sus ojos, y así ella perdió esa coraza tan dura que le costó mantener.
Él trato de acercarse, nunca le gusto verla llorar y menos si era por su culpa.
Ella le dedico una mirada llena de rencor y el se alejó instintivamente.
-yo solo quería lo bonito de ti para así yo darte lo bonito de mi. Quería tu dulzura para sanar mis heridas y lo único que tengo es tu lado frío. Además es absurdo competir por tu atención, tu vida va tan bien que no hay tiempo para tu novia sufrida. Me puedo hundir en mi soledad y tu no lo puedes notar, estas ocupado con cualquier cosa mejor que yo. Eso me duele en el alma. -ella soltó un sollozo que parecía venir del fondo de su alma.
Él no sabía que decir, se detestaba por eso. Ella no había hecho otra cosa que mantener bien la relación. Ella que le preguntaba por su día y le ayudaba en lo que necesitara. Ella que hacia lo que fuera con tal de verlo cinco minutos.
Y él... ¿Qué hacía?

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