Acompañante

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Narradora:

El par de jóvenes pasaron el resto de la semana "conociéndose", Keigo no tenía realmente nada que hacer además de cuidar a la chica ya que Endeavor se encargaría de cualquier misión que fuera para el héroe de alas rojas.

Después de esa semana, los primeros cuatro días viviendo juntos fueron un tanto incómodos, ambos mantenían su  distancia, _____ siempre se encargó de hacer la comida y las labores domésticas, no quería darle una mala impresión al héroe.

Viernes (8:30 p.m.)

— Eh... Si necesitas algo solo toca mi puerta, tal vez tarde un poco en abrir, pero cualquier cosa que quieras la haré enseguida —

Al héroe le parecía extraño que _____ se encerrara en su habitación por horas y después saliera más calmada pero con un tono más claro en su piel, además de que siempre salía con los ojos llorosos y vendajes nuevos.

— Está bien... Supongo —

Narra _____:

El tener a alguien más viviendo conmigo me hacía desconfiar mucho de mí, no quería que él pensara que estaba peor de lo que parecía o estaba escrito en mi expediente, mi única forma de aliviar mi tensión desde hacía años era haciendo pequeños cortes en mis piernas, brazos o abdomen, sabía que la mayoría de los cortes no dejaban cicatrices así que no me molestaba en esconder las heridas al cien por ciento, era mas que suficiente con un par de vendajes.

— Sabes que esto es una tontería ¿por que lo haces aún? ¡Por dios _____! ¡Ya no eres una estúpida puberta! —

Pensaba mientras buscaba desesperadamente en mis cajones un cuter o una navaja, algo que sirviera. Cuando por fin encontré lo que buscaba me senté en la orilla de mi cama y comencé a hacer cortes de no más de dos centímetros en mis muñecas, aún que sentía dolor, lentamente se iba el estrés que tenía acumulado en mi cabeza.

Narra Hawks:

Cuando me quité mi abrigo este desprendió un asqueroso olor, no me había duchado en cuatro días por estar cuidando a la chica.

— ¡Agh! Creo que ya se por que se encierra en su habitación, debo estar apestado su casa con mi hedor a pollo de granja, iré a tomar una ducha, no creo que le moleste. —

Subí las escaleras y toqué su puerta, esta me respondió con una voz entrecortada

— Oye _____ ¿creés que pueda ducharme? Apesto de verdad jeje —

—¿¡Uh!? P-por supuesto, hay to-toallas limpias a un lado de la puerta del baño —

Tal vez estaba ocupada, no quería interrumpirla en lo que fuera que estuviera haciendo y solo seguí mi camino hasta el baño que estaba hasta el final del pasillo.

Narra _____:

El sonido de la puerta me asustó, estaba tan concentrada en herirme que no recordaba lo que había dicho, pegué un pequeño brinco sobre mi cama que me hizo cortarme de más, ahora la sangre no paraba de salir, estaba haciendo un desastre por todo el suelo pero no podía salir, no quería preocuparle o hacerlo enojar así que esperé a que el entrará al baño y salí de mi habitación con unas vendas en la mano izquierda mientras que mantenía la mano derecha arriba para no derramar ninguna  gota más de sangre, por suerte no derramé nada hasta que llegué al lavabo de la cocina y lavé la herida de mi brazo, no dejaba de sangrar.

— ¡Mierda! No deja de sangrar, ¿¡Que hiciste _____!? —

Susurraba para mi mientras veía como el agua se llevaba mi sangre, no estaba preocupada por desangrarme o el dolor, más bien no quería que hawks viera las cortadas frescas ya que sabía que me regañaría, estaba estropeado su trabajo, se supone que debía de mantenerme segura hasta que cumpliera la mayoría de edad.

𝐍𝐨 𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐫𝐞́ 𝐢𝐫  - (𝐇𝐚𝐰𝐤𝐬 𝐲 𝐭𝐮) (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora