Capítulo 2

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Al parecer llego tarde a mi primera clase, cuando sonó el timbre todavía me encontraba buscando mis libros y para colmo el aula quedaba en el edificio de al lado.

Así que, para hacerte la historia corta, ahora me encuentro frente a la puerta despeinada por la carrera que acabo de tener para llegar, y el profesor de literatura no parece muy contento con mi retraso.

—Señorita…?

—Moravia, Becka Moravia—respondo rápidamente al profesor.
—Señorita Moravia, tome asiento y no retrase más mi clase.

Normalmente me sentaría en los primeros asientos, ya que si me siento al final del salón mi mente se pone a divagar.

Pero parece que mi primer día no puede ser perfecto, solo que un puesto al final, la clase está bastante llena y para mejorar tengo compañero de mesa.

Él me hace espacio en la mesa con una media sonrisa en su cara, pero sin decir una palabra.

Tomo asiento algo incómoda, tengo la sensación de que todos nos miran como esperando a que algo suceda.

El profesor carraspea su garganta, captando así la atención de los estudiantes para él.

Aun así, noto como algunos miran con disimulo.

Parece que soy la envidia de todas las chicas, me miran como si quisieran matarme por sentarme al lado de una figura divina.

¿Que miran?

¿A Él?

¿A mí?

¿A los dos?

—Hola Bella— me erizo al sentir una voz baja y profunda sombre mi hombro.

Me giro a ver la cara del dueño de esa voz, ya la había escuchado antes, hace unos veinte minutos atrás, en el pasillo frente a mi taquilla.

—Siento no haberte saludado correctamente antes, suelo ser algo cortante cuando me interrumpen- me dice como si le hubiese pedido explicación por lo de antes.

Como si me importara.

—Hola—digo devolviéndole su saludo— tranquilo, yo también fui algo cortante y no te ando dando explicaciones.

Él sonríe.

Vaya que sonríe.

Tiene esa sonrisa que desmayaría desmayadamente a todas las féminas del mundo.

Sus ojos azules acerados se achinan y sus labios rojos se ensanchan mostrando su dentadura, gesto que hace a su mandíbula de escultura griega tensarse.

—Wow, alguien tiene mucho carácter por aquí, mira bella, solo estaba tratando de ser agradable.

—Y yo estoy tratando de atender a la clase, y me llamo Becka, no bella.

—Creo que te pega más bella, tengo derecho de escoger como me dirijo a una persona—me dice guillándome el ojo para después girar su cabeza y poner su atención en el profesor Jeremiah.

Iba a contestarle, pero no creí necesario seguir perdiendo mi tiempo.

—Para finales de la próxima semana me estarán entregando una tarea que les orientaré hoy, los temas están aquí—dice el sr. Jeremiah con un recipiente de cristal lleno de papeles en las manos—los equipos serán de dos y para no perder tiempo escogiéndolos será por mesa.

Maravilloso, eso quiere decir que tendré que pasar tiempo con Sr. Extraño.

—Algunos temas están repetidos, por lo que he decidido que escogeré los mejores trabajos para convalidar el primer semestre de la asignatura, los demás se regirán al sistema de evaluaciones y exámenes cotidiano— explica.

BECKA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora