Pescando el Amor [En Pausa]

33. Comienzo de la Convivencia

Miré cómo se iba al baño y en calma y levanté los platos para lavarlos, que alegría siento fluir por todo mi cuerpo mientras paso el tiempo con él.

Estoy viviendo con mi amado, aunque es antes de casarnos, tal vez eso esté mal.

Miré el techo unos segundos y terminé de lavar los platos.
Luego de ello caminé por los pasillos de suelo de madera para poder ir a mi lugar favorito.

Encendí la máquina y me puse a coser de nuevo

Creo que con el agua de la ducha no debería escucharme. Con un poco de rapidez hice un pijama azul claro. Solo es una camisa y pantalón largo. Pude poner bien los botones, que bueno, siempre es lo que más me cuesta hacer.

Le debe faltar mucha ropa interior, hice una de color marrón y con la tela sobrante me hice un camisón y un short para dormir.

Fui abajo para ponerme la ropa, el camisón es más como una camiseta pequeña, no me queda muy bien, es holgada pero corta aunque el short está bien.

Deje la ropa al lado de la cama, me miré algo avergonzado en el espejo del baño de abajo.

Dios, es algo vergonzoso mostrar mi interior de esta manera. Digo pues literalmente se ve mi interior por el hueco de mi abdomen.

Me recosté en silencio y fingí que estaba bien.

Traté de dormir mientras escuchaba cómo bajaba las escaleras, no quise mirar, estoy muy cansada.

Escuché sus pasos hasta que llegó a mi lado.

¡Estoy sintiendo su respiración!
Abrí levemente los ojos para notar como se cambiaba a espaldas de mi.

Algo avergonzada me hice la dormida tratando de que no se de cuenta de que le vi.

Me estiré en la cama para que pareciera natural, aunque creo que no le dejé lugar.

Me está tocando un poco la barriga. Al diablo, abracé su cadera con fuerza y lo traje hacia mi.

Con mi mano derecha acaricié su espalda y con la izquierda su cabeza abrazándole con mucha fuerza.

Puse su cabeza en mi pecho para que durmiera y me esforcé en dormir, aunque me movía queriendo atraparlo en mi abrazo para sentir como el anzuelo nos volvía lentamente uno nuevamente.

Esa sensación pudo conmigo y dormí rápidamente.

En un fuerte abrazo dormía tranquilamente con mi amado y una felicidad que hacía mi corazón latir y mi pecho estar caliente.

Al despertar solo pude estirarme y hacer sonar mi espalda levemente.

Le miré dormido con la cabeza en mi pecho mientras me abrazaba.

Solo acaricié su cabeza y sentí como la alegría me llenaba, me acomodé en la cama y solté una lagrima sobre su mejilla.

Soy tan feliz, con cuidado me separé para dejarle dormir, me levanté y besé su frente para luego ir hacia arriba limpiando mis lagrimas alegres.

Encendí la hornalla para empezar a calentar la sartén mientras hacía la masa de los panqueques, le daré el mejor desayuno del mundo.

Luego de varios minutos empecé a dar vueltas los panqueques, es algo que no se me da muy bien, pero al menos no se queman.

Tras eso dejé los platos en la mesa y dejé la miel.

Empecé a buscar la bandeja queriendo llevarle el desayuno a la cama y al encontrarla dejé un vaso de jugo de paso, solo había multi-fruta, mi favorito.

Llené la bandeja de panqueques miel y jugo para llevársela, entonces lo vi terminar de subir la escalera.

-Despertaste temprano, que bueno, vamos a la cocina- con emoción fui a la cocina a dejar las cosas de nuevo en la mesa, no siempre se puede desayunar así.

Me senté a comer y le miré imitarme. Que tierno, come tan torpemente.

-Si están secos puedes ponerles miel- Dije poniendo un poco a los míos y luego dándosela.

Miré la torre de casi veinte panqueques desaparecer en mi estómago, qué delicia, aunque debo empezar a cuidarme, limpie mis labios cubiertos con la miel usando la lengua.

-Hoy saldremos a hacer algo, espero no te importe acompañarme- Le dije algo nerviosa.

-No tengo más que hacer- ¡Son las 5 mejores palabras del mundo!

¡Que bien! Podremos salir juntos, verá dónde trabajaré y si se puede que me elijan.

Fui a la habitación para preparar algo para llevar la ropa, con un poco de tela rosa hice una mochila, aunque no tengo cierres.

Usé varios hilos grandes como listones para atarlos y que se cierre bien.

Miré esta y guardé la ropa con una sonrisa, de pasó me cambié poniéndome mi vestido y el gorro.

Empecé a caminar hacia fuera y le miré.

-¿Que hay allí?- Preguntó confundido.

-Ropa- Dije alegremente mientras señalaba mi hombro tomando su cadena para levantarle.

-Puedo caminar si quieres- Dijo algo avergonzado, al menos parece que le avergüenza.

-Es mejor si te llevo, así llegamos más rápido- dije con una sonrisa para notar como me dejaba tomarlo.

Lo levanté fácilmente y caminé hacia la puerta tomando rápidamente las demás prendas.

Colgué en mi hombro izquierdo el bolso y del derecho estaba él.

Abrí la puerta para notar como Flint saltaba queriendo besarle los pies a Saki, reí un poco al verles tan amigos pero se asustó un poco por la sorpresa.

Fui dentro a tome un gran pedazo de pan para llevárselo y que comiera.

Miré cómo había un balde lleno de agua junto la casa, se ve que había un grifo que gotea, por lo que no me preocupé del agua.

Le di el pan para que coma y se veía muy feliz moviendo su cola.

Cerré la puerta con llave guardando esta en mi gorra y caminé hacia fuera con calma.

Sentí como se recostaba en mi espalda, aunque siempre lo hacía esta vez se sentía distinto.
Por su respiración noté que dormía.

¡Aún son solo las 10:00, podremos salir a caminar un rato y tener una pequeña cita!

Sonreí caminando bajo el sol, acomodé mi gorro para que su cara no se queme, mientras caminaba.