34. Caminata Confusa

2 1 0
                                    

Sentía cómo se movía la cadena y la escuchaba, y no me importaba, ya no me preocupaba tanto por alguna razón, no lo entendía pero cada vez era mejor y más relajado.

Con el sol golpeando mi cabeza de manera suave sentía una gran paz que me dejaba descansar aunque hubieran algunos pequeños saltos que me molestaran.

Puse mis manos en su espalda con tranquilidad y solo dejé que me llevara, tan suave, tan relajada, tan cálida.

Escuchaba los pasos mientras caminaba entre unos cuantos árboles por la baja densidad de casas, aunque está aumentaba con cada paso que dábamos.

Sentí como luego de unos minutos se detenía, algo confundido traté de mirar sobre mi hombro sin éxito.

-¿Pasa algo?- Dije algo confundido mientras me estiraba un poco y tanto como la cadena y su espalda lo permitía.

-Caminemos los dos un poco- Dijo y me bajó lentamente sujetando mi cadena, ella estiró la mano derecha de manera disimulada, como si se insinuara mientras con su otra mano tomaba la cadena y sujetaba su bolso en el hombro.

En silencio tomé su mano con suavidad, era muy suave y me rodeaba por completo mientras apretaba sin fuerza para no lastimarme, aunque era preocupante no me sentía tan mal como para asustarme.

Ella miró a otro lado unos segundos y empezó a caminar lentamente para que no le pierda el paso y podamos ir a la misma velocidad.

-¿A donde vamos?- Dije con curiosidad mientras con calma caminaba y sentía el viento golpear mi cara. Este entraba en mi topa debido al agujero para el anzuelo, pero no se sentía mal.

Miré hacia arriba para observarla pensar mientras seguía a mi lado.

-No lo se, solo quería caminar- Dijo soltando un suspiro para seguir.

No habían tantas personas, aunque las que se veían no parecían muertas. Se veían como seres normales con vidas normales y problemas normales. Aunque toda la normalidad se iba al mirar al cielo.

-Entonces pudimos empezar a caminar desde la casa- Dije mientras con mi mano derecha tocaba las paredes de las casas.

Aunque no eran muy útiles, habían calles, supuse que eran para personas como ese granjero extraño, ni me acuerdo de su nombre.

-No importa, pensé que sería mejor empezar desde aquí para que te fuera más fácil, es casi imposible caminar con eso las primeras veces- Dijo mientras miraba en anzuelo y yo tragaba en seco.

-Y... supongo que esto antes era tuyo, debió ser difícil vivir así- Dije algo nervioso, no sabía si era algún tema que ni debía tocar o algo que la enojaría.

-Pues no tanto, sobre todo eran muchas cosas nuevas para mi, nuevos pupitres para sentarme, nuevas camisas por qué las comunes no servían, nuevas decoraciones y los mejores disfraces de Halloween- Dijo y soltó una leve risa al final, muy tierna y calmada.

-Debió ser duro de todas formas el ser distinta, pero supongo que al menos debiste tener algo que te hacía feliz- Dije mientras caminaba despacio aún tocaba las paredes.

-Había un chico que me gustaba, siempre hablaba conmigo, es raro pero aunque lo amaba ya no recuerdo su nombre y mi mente se nubla, solo tengo su foto para recordarlo- Dijo y guardó un silencio incómodo al final, que se ocultaba un poco por nuestros pasos pero no servía para ignorarlo.

-Supongo que el estar sin verlo mucho tiempo te afectó, luego podrías mostrarme la foto si quieres- Dije mientras con cuidado apretaba su mano.

-Esta bien, la tengo en casa- Dijo y noté cómo se sonrojaba suavemente.

En silencio caminamos varias cuadras hasta que notamos que había mucha más gente.
Cada vez más variada e impresionante, gente que caminaba con su cabeza en brazos para reírse un poco, que flotaba levemente por qué no tenía piernas.
Es increíble, si te cortaron una extremidad esta flota donde debería haber estado separada por centímetros y aún se mueve.

Miré a una mujer con el intestino cortado, está lo movía de manera extraña. Confundido miré al lado de ella una tabla con precios, creo que es algo que no debí mirar. Desvíe la cabeza a otro lado cuando hice contacto visual y escuché una risa rara.

Tsuribari miró confundida aunque no entendía lo que pasaba.
Ella solo tomó mi mano para caminar más rápido y llegar a lo que parecía una pequeña fuente en medio de una plaza, era difícil reconocerlo pero era el lugar del festival, no había notado la fuente antes.

Ella se detuvo y en silencio se sentó en la banca mirando la fuente bailar con precisión y belleza, yo me senté a su lado y miré cómo dejaba el bolso junto a sus piernas.

En silencio miré la fuente también, esta era hipnótica, es increíble pero ya casi nada me sorprendía, todo se veía normal sin contar a los habitantes.

Hay niños jugando y adultos charlando. Miré a unos ancianos jugar ajedrez en una de las mesas de la plaza.

-Es un lindo lugar, ¿no crees? Podría quedarme un largo tiempo- Dijo Tsuribari mientras en silencio tomaba mi mano nuevamente.

-Si, supongo que es muy lindo y tranquilo- Dije algo nervioso por sus manos, empezaba a sentirse extraño su toque.

Ella se abalanzó sobre mi recostando su cabeza en mi hombro. Algo sorprendió me mantuve firme, aunque era algo pesada no era muy difícil sostenerla.

Algo nervioso moví mi mano derecha y empecé a acariciar su cabeza en calma. Ella se veía muy relajada con mi mano y parecía disfrutar de los mimos.

Su cabello sedoso era fácil de acariciar y de peinar a mano. Nos quedamos en silencio mirando la fuente, aunque no sabía si se había quedado dormida.

Quería mirar pero si me inclinaba podría caerse y eso era mala idea, solo la dejé estar allí.

La gente pasaba y nos sonreía en silencio mientras caminaba yendo a donde sea que tuvieran que ir. ¿Su trabajo? ¿Su hogar? ¿Tienen familias aquí?

Aunque es un lugar raro, parece tan bueno como un pequeño cielo para la gente que aún le queda algo por hacer. Me siento bastante cómodo aquí.

Sentí su apretón de mano y le miré en silencio, pensando lo que pasaba y juzgando todo lo que en realidad pasaba...

Pescando el Amor [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora