10. ¿Y ahora qué?

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Hoy es seis de enero de este nuevo año. El pasado transcurrió con muchas alegrías, decepciones, tristezas e ilusiones. Quizás todos sabemos por qué, no hace falta (y tampoco me apetece) mencionar demasiado sobre el tema.

El último trimestre del año 2020 ha transcurrido de una forma muy extraña para mí. Por primera vez me sentí alejada de mi objetivo, por cuestiones familiares. Lo dejé todo en stand by: la universidad, amigos, relaciones personales. He sentido tanto miedo de volver a estar sola que me he volcado de lleno en ellos, en mi familia, y no era capaz de pensar en otra cosa. Y sí, nada en ese momento era más importante que nuestro bienestar... Pero, ¿y mis objetivos?

He decidido que no voy a culparme por el tiempo que ha pasado (y que no le he dedicado a llegar a mi meta) ya que no lo recuperaré de vuelta. Estas semanas que vienen serán duras por la carga que ahora tengo acumulada tras este gran parón en mi vida. Lo afrontaré de la manera más óptima posible pero sé que habrán dificultades y fallos por el camino. Sé también que mi estado emocional no está en perfectas condiciones y debo ser comedida en cuanto a mi crítica personal. Si bien el machaque mental sigue siendo intenso en repetidas ocasiones voy tratando de minimizarlo un poco más cada dia. Decirme a mi misma palabras de odio no es ni de lejos la forma de conseguir lo que deseo. Sacaré de mis pensamientos estas palabras malintencionadas que no me aportan nada más que frustraciones y hacen que procrastinar sea frecuente.

El tiempo que ha pasado lo he disfrutado, lo necesitaba. Necesitaba sentir está cercanía y calor nuevamente. Me he dado cuenta de lo mucho que he crecido y de lo agradecida que me siento por lo que tengo, por lo que se fue de mi vida para bien y de los errores que he cometido.

También he dejado atrás a estas personas que poco me aportaban a mi vida. Personas que solo buscaban su beneficio o un consuelo egoísta dada la situación que vivimos hoy día. Lo he cortado y me he centrado en quienes realmente me importan y me apoyan en mi camino. Sin embargo he conocido a una persona, quien por primera vez desde que me he instalado aquí, posee los mismos valores, educación y una forma de ver la vida similar a la mía. Me causa una ligera emoción, muy positiva, dentro de mi corazón pero no quiero estropear nada. Me gustaría que las cosas fluyan y de momento está yendo todo de maravilla.

¡Me causa gracia! Porque sus ojos me transmiten calma y seguridad y mucha mucha intensidad. Sinceramente no sentía estás cosas hace bastante tiempo. Anteriormente con la relación que tenía lo último que sentía era paz o seguridad. Todo era una incógnita constante para mí.

En fin. Ahora debo volver con mucha fuerza y voluntad para afrontar el final de semestre de la universidad. Espero ser capaz de lograrlo porque ha sido un año tan difícil... Creo que lo fue para todos. Con este escrito me hago un recordatorio a mi misma de lo importante que es cederse tiempo para sí, de la importancia del amor propio y de lo malas que pueden ser las relaciones tóxicas, de que cada uno de nosotros somos diferentes y tenemos tiempos diferentes y todos ellos son válidos. Que está bien parar, mirar atrás pero no para detenerse o lamentarse. Sino para tomar el impulso necesario, ver lo lejos que hemos llegado desde que empezamos está aventura y continuar... Continuar porque queda tanto por vivir, por hacer y por sentir.

Hay veces que me digo ¿vale la pena? ¿por qué no paras y ya se acaba todo? La respuesta es simple. Porque no quiero dejar de vivir y vivir implica todo, desde la mínima alegría hasta la máxima tristeza. Quiero sentir, quiero hacer quiero llorar y reír, fracasar y triunfar y por sobre todo aprender de todo y de todos los seres con los que me toque convivir o conocer.

Quiero proyectar y quiero volver a escribir, dibujar y pintar y quiero viajar y soñar y compartirlo todo con alguien de corazón noble. Y lo haré porque ya me he decidido y me he perdonado y soy capaz de entender el nuevo mundo que me rodea.

Publicar esto en esta plataforma me hace sentir que todavía sigo con la misma chispa, que no he perdido completamente las cosas buenas que tengo. Es muy necesario para mí exteriorizar estos sentimientos y me alegro de contar con este pequeño monólogo.

Agradeced y vivid con intensidad. Las gracias se multiplicarán y la vida será más rica. Mi deseo es que podamos, todos, poseer siempre una motivación para seguir. Espero que sea así.

GRACIAS.

D.V

Cronología del individuoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora