CAPÍTULO 10

871 114 1
                                    

Capítulo 10: Primer encuentro y ¿dos Sirius?, parte uno.

Cuando Harry despertó esa mañana no esperaba que ese día vería a su padrino versión joven duplicado y mucho menos presenciar una discusión sobre quién era quien.

Horas antes

Harry se había pasado muy poco tiempo de la tarde detallando un poco lo que debían hacer en esa época y con que debían empezar, ya que el azabache había terminado dormido antes de poder siquiera llevar la mitad del pergamino.

Cuando abrió los ojos y se levantó, el chico lo primero que hizo fue buscar indicios de que alguno de sus compañeros de cuarto hubiera entrado a la habitación, lo cual, parecía no ser así, todo seguía en su sitio y la recamara seguía vacía y silenciosa.

Harry se levanto con pesadez de la cama y tomó el pergamino del escritorio que se encontraba al lado de esta. Había escrito apenas unas cuantas oraciones antes de caer dormido, él no era bueno para los planes o simplemente se encontraba demasiado cansado como para pensar. Quiso creer.

Pensando en que hacer con el, decidió esconder el papel en la parte más profunda de su baúl, no sin antes ponerle un hechizo de protección, no quería que miradas curiosas por accidente o por mero gusto, pudieran leer y cuestionarle el contenido de este.

De su bolsillo derecho sacó lo que era un reloj de pulsera, aunque parecía más un colguije, era lo suficientemente antiguo para pasar desapercibido en esta época, Hermione se lo había regalado el año pasado por su cumpleaños.

El objeto marcaba las 5:30 p.m.

Supuso que Hermione estaría despierta, probablemente poniéndose al corriente con algunos deberes.

Suspiró.

Había pasado por sexto año hace ya un tiempo, se sentía como una perdida de tiempo tener que volver a repetir algo que ya sabía, cosa que para su amiga castaña sería totalmente diferente, sería dedicada y responsable con las materias y en el proceso, lo obligaría a estar al corriente con los estudios. Era fácil de suponer.

Decidió bajar a la sala común y ver si su amiga se encontraba por allí, de lo contrario, le tocaría buscarla o esperarla.

Bajó las escaleras que guiaba a la habitación de los hombres y pasó su vista por el lugar, habían dos chicas charlando en una esquina y algunos otros estudiantes se encontraban sentados en la parte central, unos de estos parecían estar realizando algunas tareas, su cara de no entender ni un pico lo decía todo.

De repente algunas miradas curiosas habían empezado a posarse en él.

Incomodo, al ver que Hermione no se encontraba ahí, opto por sentarse en un sofá ubicado en la otra esquina del lugar, era bastante viejo y parecía que nadie elegiría sentarse ahí por decisión propia, tomó un libro de la mesa que lo acompañaba y lo alzo de manera que cubriera un poco su cara pero dejando ver sus ojos, pendientes de la posible aparición de la castaña.

Pasaron los minutos y Harry había empezado a distraerse con la lectura, era un cuento bastante interesante.

Tan inmerso estaba en el libro que Harry no sintió la presencia en frente de él.

—Potter—escuchó una voz femenina desconocida dirigirse hacia él.

Levantó la mirada e inmediatamente podría decirse que olvidó cómo respirar.

La persona que le hablaba era una joven blanca y alta, su pelo era de un rojo oscuro, sin embargo, lo suficientemente rojo para decir que era fácil de distinguirse aún si estaba a metros de distancia de él, sus facciones eran muy bien definidas y sus ojos eran grandes y de color verde esmeralda, esos ojos tan idénticos a los de él que solían seguirlo entre sueños y pesadillas, esa chica era su madre.

Hermione Granger, la merodeadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora