Wish I could go back to the day we met and leave you be

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Jihoon no se había percatado del camino y mucho menos hacia dónde iban, estaba demasiado sumido en sus pensamientos, recordando en que momento se equivocó con Soonyoung, cuando fue que empezó a perder el control de todo, intentaba pensar en el momento exacto donde Kwon hubiese empezado a mentirle, pero no encontraba nada, solo podía ver sus ojos brillantes y escuchar su voz reviento cuanto lo necesitaba.

—Vamos.—Min tenía abierta la puerta del auto esperando que el otro saliera.

Detrás de Min había un gran edificio color blanco seguramente era el lugar donde él vivía y ahora Jihoon estaba ahí, una alarma se encendía y le advertía que saliera corriendo de aquel lugar, pero no tenía fuerzas ni siquiera para eso por lo cual solo se dejó guía por el profesor.

El pasillo de la entrada olía a hospital. Todas las paredes eran blancas y los pisos eran de mármol del mismo color con ciertas partes oscuras para hacer un contraste. El silencio de aquel lugar era algo abrumador, a penas se escuchaba el ruido producido por los pasos de ambos y el elevador el cual para su suerte estaba bajando. El estar en aquel pequeño cubo hizo que Jihoon quisiera volver a huir rápidamente, pero no podía estaba atrapado en aquel cubo que subía con su profesor.

—No tienes porque estar nervioso, no muerdo.—aquellas palabras no habían logrado tranquilizar a Jihoon.—solo tienes que tener un momento para pensar.

Pensar; era lo último que Jihoon quería porque aquello sólo significaba buscar mil veces porque a él le pasaba aquella situación.

El elevador había abierto sus puertas mostrando la entrada de la casa de Min, todo se miraba demasiado limpio hasta parecía que nadie vivía ahí.

—Pasa.—Min guió al bajito quien seguía observando todo a su alrededor.

Habían muchos libros sobre psicología, certificados que avalaban lo grande que era Min.

Todo en aquel lugar parecía muy perfecto como la imagen que tenía Min, el único desorden en aquel lugar era Jihoon quien estaba en medio de la sala con sus ojos hinchados y la cara roja.

—No debería estar aquí.—Lee se dirigía a hacia el elevador, pero Min lo había detenido antes.

—¿Te irás para seguir llorando? Sé que tú eres más fuerte Jihoon.—Min sonaba seguro de sus palabras, pero él no conocía a Jihoon.

—No lo soy, yo me enamoré de Soonyoung y ahora.—las lágrimas de nuevo salían sin pedir permiso.—mi corazón duele porque no sé qué pasó, que hice mal o porque está diciendo que fue un juego.—Min había soltado el brazo del bajito.—algo me dice que es mentira porque aún puedo recordar todas sus palabras, recuerdo bien que ambos nos sentíamos felices al estar juntos y esa tarde.—algo dentro de Jihoon se rompía más y más.—sé que él me amo aunque no lo dijera.

—¿Estas seguro que te amaba? Porque no lo está demostrando, si así fuera estaría buscándote para ver qué estás bien, pero mira estás llorando en medio de mi sala.—Jihoon quería que Min parara de hablar.—ese chico no te ama, jamás lo hizo sino no te hubiera dejado así.

—No sabe lo que dice, usted no conoce nada de nosotros.—Lee estaba molesto.—y no tiene el derecho a opinar.

—Te recuerdo que yo conozco todo sobre los Kwon, trabajo con el padre y mire crecer a Soonyoung.—Min estaba más cerca de lo debido.

—Me quiero ir.—dijo Jihoon sintiéndose pequeño ante la potente mirada de Min.

Min no era una persona que se dejara llevar mucho por sus instintos, era razonable y le gustaba pensarlo todo antes de dar un paso porque sabía que todo tenía una consecuencia, pero el besar a Jihoon había sido algo jamás pensó hacer ni se imaginaba cuánto deseaba hacerlo hasta ese momento donde lo besaba, y a pesar de que el otro ponía resistencia lo único que generaba era el desear más, ir más allá. Quería todo de Lee Jihoon.

Solo la falta de aire había logrado que Min dejara libre a Jihoon quien se miraba confundido, pero aún no hacía algo para mostrar su enojo ni siquiera parecía estar pensando en alguna frase para sacar su enojo con Min. Todo era confuso. El corazón de Jihoon estaba roto, pero aún así busco volver a besar a Min, ese beso era intenso, era la invitación para hacer algo más, llevar aquello a otro nivel.

Los labios de Min atacaban el cuello de Jihoon sin cuido alguno de no dejar rastro de aquel momento, poco a poco la elegante ropa de Min iba quedando en el suelo y la de Jihoon igual dejando un rastro por la casa.

—¿Qué es lo que quieres?—escuchar la voz ronca de Min había producido un escalofrío en todo el cuerpo de Jihoon.—debes rogarme.

¿Rogarle? Jihoon jamás hacía eso, pero ya no podía decir que era el mismo de siempre no cuando estaba debajo de su profesor, en medio de su cama, en su habitación...en la casa de Min.

—Por favor.—la leve voz de Jihoon había sido escuchada por Min.

El sentir las manos de otro sobre su cuerpo era una sensación tan extraña, pues estas era menos cuidadosas y se notaba la necesidad casi desesperación por no dejar ningún rincón sin tocar. Min estaba disfrutando el momento más que nadie, estaba obteniendo todo de Lee y aunque sabía que habrían consecuencias en aquel momento donde estaba haciendo suyo a Jihoon no le importaba, solo quería escucharlo gritar su nombre por el placer, ansiaba como nunca ver a su joven alumno caer rendido ante el.

—Olvidarás a Soonyoung.

Min se aseguraba de dejar su marca en el cuello de Jihoon, quería que por días recordara aquel momento y deseara más.

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