I never should have said

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Todo alrededor de Soonyoung parecía igual, todos seguían con sus vidas normales y hasta parecían ser felices, pero para él, cada día era una día perdido contra su padre y un día donde sentía que perdía a Jihoon y en ese punto no sabía que era lo más le dolía.

—¿Nos vamos?—la atención del castaño volvía al salón de clases y a su amigo.—no sé qué te pasa, pero estos días estás más distraído de lo normal, ¿pasa algo? Quizás pueda ayudarte.

—No pasa nada.—Soonyoung buscaba con la mirada a Jihoon, pero parecía que ya había salido del salón.—debo hablar con Jihoon.

—¿Tu? ¿Para que?—Wonwoo se había quedado esperando por una respuesta pues si amigo se había ido detrás del bajito.—en definitiva algo le pasó.

Soonyoung se hacía camino entre los alumnos, dando saludos a unos cuantos, pero sin olvidar su propósito de encontrarse con Lee. En ese momento donde no se miraba por ninguna parte le miedo invadió al castaño, era una terrible forma de ver lo que sería estar sin su pequeño y más ahora que sabía que era una parte demasiado fundamental para el.

—¿Estas bien?—la dulce voz de Jihoon tranquilizó a Soonyoung quien parecía aturdido.—¿por qué estas tan pálido?

—Pasa el fin de semana conmigo.—aquello había sorprendido demasiado a Lee porque se suponía que nadie debía saber que tenían algo.—mi padre estará fuera y no quiero dejar de verte estos días.

—¿Estas hablando en serio?—Soonyoung asintió rápidamente.

—Iremos directamente a mi casa y desde ahí puedes avisar.—el castaño ya sentía las miradas sobre ambos, pero ya no intentaría ocultar su relación.—no quiero recibir un no.

—Jamás te rechazaría.

Sin más Soonyoung tomó una de las manos de Jihoon dejando con muchas dudas a todos incluyendo a su mejor amigo, pero en su situación prefería crear rumores y chismes que perder el escaso tiempo que tenía con la persona que amaba.

Por su parte Jihoon no podía evitar sonreír, le gustaba la sensación de hacer oficial su relación y dejarle ver a todos que aquel chico que lo llevaba tomado de la mano era el hombre que tenía su corazón y no le apenaba hacerlo público.

—¿Por qué lo hiciste?—ambos se habían detenido frente al auto de Soonyoung el cual los llevaría a la casa Kwon.—pensé que no querías que se supiera.

—Quiero que todos miren lo felices que somos.—el castaño acariciaba la mejilla fría del bajito.—por fin me di cuenta que realmente eres alguien que puede con todo lo que conlleva ser mi novio.—una sonrisa adornaba el bello rostro de Jihoon.—ahora nadie más podrá acercarse a ti.

—No dejaría que nadie más ocupara mi lugar a tu lado.—ambos tenían una sonrisa en sus rostros.

Soonyoung abrió la puerta del auto para dejar que el otro entrara y así empezaba el mejor fin de semana de sus vidas. El fin de semana donde él tendría que decidir si estaba dispuesto a romperse el corazón o curar todas esas heridas formadas por las mentiras de su padre.

La sonrisa de Jihoon tranquilizaba al castaño pues al verlo no tenía realmente porque pensar en dejarlo y mucho menos en que el tiempo se les acababa rápidamente, con verlo solo debía pensar en cómo hacerlo feliz, como mantener esa sonrisa en su rostro, debía mostrarle que realmente lo amaba.

—¿Seguro que quieres que me quede contigo?—la voz de Jihoon regreso a la realidad al alto quien solo asintió rápido.

—Quiero que te quedes siempre.—Soonyoung tomo la mano de Jihoon.—no quiero tener que extrañarte nunca.

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