Es fácil saber en dónde buscar a Minho, y en una situación como esta es fácil saber que Jisung estará justo a su lado. Por lo que caminar hasta el salón en donde se encuentran los chicos de danza es la mejor opción (y su única opción si son más precisos).
Seungmin espera encontrarse con ojos nerviosos y manos revoloteando, pero se sorprende cuando abren la puerta del lugar y en cambio encuentran risas y ojos en media luna. Está sorprendido pero aliviado, y aún así sus emociones revolotean con inquietud dentro de su pecho y no puede detenerlos aunque su mano sigue siendo sostenida por Hyunjin como si fuera un niño pequeño. En cualquier otro momento él la hubiera zarandeado y repetido que no era un niño, pero ahora solo no tenía las ganas de hacerlo y eso se sentía confuso. Seungmin definitivamente se quería ir a casa, no se sentía del todo bien y no le gustaba.
—Llegas tarde. — una delgada chica de cabello negro corre hasta Hyunjin y lo toma de la mano para acercarlo al grupo de personas. Seungmin la reconoce como Wonyoung, amiga del rubio y chica con la que recientemente tuvo un examen de baile. La mira sonreír y le gusta ver como ella se mueve alrededor con tanta naturalidad porque siempre le gusto como los alumnos de danza tenían esa aura tan familiar envolviéndolos; eran cálidos y eso le agradaba. — Casi empezaban sin ti, pero hice tiempo para esperarte.
No escucha lo que Hyunjin le dice porque centra su atención en Jisung que se ve emocionado mientras les muestra algo en el celular de Minho a dos chicas que no conoce. Se ve tranquilo y eso lo alivia, de verdad lo hace, pero él no se siente en condiciones como para acercarse a él y ser azotado por tanta euforia, así que solo lo deja ser, esperando que pueda encontrar otro lugar seguro además del pequeño espacio que le brindó en su casa.
—Debo irme, quizás podamos reunirnos mañana, ¿qué te parece?— Hyunjin es amable y sigue regalándole una sonrisa a la chica de ojos bonitos frente a él. Pero aun así puede ver como detrás de todo eso el deseo de no tener que estar explicando (u ocultando) porque debe irse se asoma.
—¿Estás bien?— Jisung se acerca a él y Seungmin de verdad desea correr lejos y esconderse.
Se siente como un completo estúpido, pero no puede suprimir ese pensamiento porque aún sigue sintiéndose intimidado por algo a lo que no tendría que estar dándole tanta importancia. Y se siente estúpido porque arruino el momento de Hyunjin con sus amigos por algo que pudo evitar si tan solo no tuviera miedo, si tan solo dejara de temer. Se siente tan estúpido que solo quiere meterse bajo las sábanas y no salir hasta que su corazón deje de correr con tanta fuerza y la respiración deje de enredarse alrededor de su cuello.
Jisung lo mira esperando que le diga, puede ver en sus ojos que algo anda mal, pero Seungmin no puede decirlo, no sabe si es culpa de la presión en su pecho o porque simplemente no tiene el suficiente valor, cualquiera de las dos opciones es lo suficientemente aterradora como para hacerlo flaquear.
—Puedes confiar en mí...— el pelinegro tantea el terreno con palabras suaves y esa mirada tan comprensiva que lo hace querer llorar. —Puedes confiar en mí.
Y ese es el momento en que Seungmin se rompe, en el que la carga del peso en sus hombros se vuelve de concreto y lo impulsa hacia abajo, pero aun así el sigue poniendo tanta resistencia como puede porque el deseo que ha desarrollado por proteger a Jisung de algo que lo atormenta es más fuerte.
Se deja arrastrar por Jisung hacia el pasillo, aunque en realidad no quiere salir porque el miedo lo hace creer que alguien está afuera simplemente esperando por él.
Es ese momento en el que de verdad es consciente que estar al pendiente de Jisung no es nada más que el reflejo de su miedo, de su inseguridad y de sí mismo. Intentar defender a Jisung de sus propios tormentos es tan complicado porque nunca salió de su cabeza, nunca a dejado de ver a Jisung como a sí mismo y eso es tan malo, lo hace sentir tan mal. ¿Puedes defender a alguien de algo que te paraliza? ¿Lo intentas siquiera?
Y no puede negar que de verdad existe esta realidad en la que dar un mal paso se siente incorrecto (y un poco arriesgado), pero gran parte de ese miedo que sintió alrededor de Jisung solo fue una materialización del suyo propio y eso lo hace sentir como un tonto, como un grandísimo tonto.
— ¿Te sientes mal? ¿Te duele algo?— Jisung lo tantea y Seungmin se siente asfixiado. No sabe si necesita aire, si necesita espacio o si solo necesita que lo abracen. —No sé qué pasó, pero puedes quedarte en mi casa si te sientes muy mal. ¿Necesitas que llame a alguien? Entiendo que no quieras decirme, pero me preocupa tu semblante.
—Estoy bien, es solo... No me siento bien.
Admitirlo se siente como respirar luego de ser arrastrado por las olas intensas de la playa. Es tan liberador. Lo hace sentir vulnerable, débil, pero en cuanto Jisung lo abraza comienza a sentirse más liviano, más capaz de dar pasos lejos de la arena movediza.
Puede escuchar la voz de Hyunjin que se acerca, pero también le cede su espacio en cuanto nota la situación y lo agradece. Agradece que Hyunjin sea tan suave en sus cosas, que le brinde su espacio cuando es necesario y que sepa cuándo detenerse y esperar. En ese momento no necesita de alguien que lo proteja o le de atención para disipar la situación, necesita de alguien que lo entienda porque siente algo similar o lo mismo, porque él no se siente capaz de explicar y al no poder explicar con claridad el pensamiento de ser malinterpretado lo atormenta. Y sabe que Hyunjin comprende, que es comprensivo y no hace falta de muchas palabras para que pueda comprender, pero no puede llegar hasta allá, no en ese momento.
Y esa noche Seungmin y Jisung duermen juntos por primera vez luego de pasar por una gran lista de canciones, insultos sueltos a profesores y pensamientos repentinos de cosas que en cualquier otra situación no hubieran podido decir. Le agrada, le agrada tanto que lo invita a repetir aunque la noche aun no terminaba.
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(no) tiene miedo | minsung + ¿hyunmin?
FanfictionSeungmin siempre creyó que Jisung era una persona sin miedos o limitaciones, siempre lucía tan seguro, tan vivaz y tan sinvergüenza que en su cabeza era imposible verlo con una limitante, y menos cuando había visto por cuenta propia lo rápido y ágil...