Capítulo 1: ¿Dónde estoy?

1K 47 2
                                    

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

Los personajes utilizados en esta historia no son míos a excepción de unos pocos, los personajes y el mundo de kimetsu no yaiba le pertenece a Koyoharu Gotöge.

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

Mi nombre es Ash Cinder, soy un chico normal dentro de lo que cabe. Tengo 17 años, vivo con un señor mayor que me adoptó cuando era un crío el cual lo puedo llamar abuelo a día de hoy. No he tenido ningún problema en los estudios, no se me da mal el deporte, de hecho, me gusta mucho hacer parkour con mis amigos en mi tiempo libre, es muy divertido. En cuanto a mi apariencia... Nada especial, mido 1,73 m aproximadamente, mi cabello es negro y despeinado, mis ojos... son azules, dicen por ahí que son preciosos y similares al azul océano pero a mi me parecen comunes, en  cuanto a mi cara, soy más bien una persona seria con las ideas bien claras, no suelo dudar en mis actos y quizás pueda ser algo mal hablado, pero bueno, todos tenemos defectos, ¿cierto?.

Mi abuelo dice que mi apellido viene de mis difuntos padres, era muy pequeño cuando ellos murieron así que no los recuerdo; es una pena, pero prefiero que sea así, soy feliz en mi actual estado.

Una tarde de un día cualquiera de invierno me disponía a volver a casa después de pasar el día con mis amigos, hacía bastante frío y por si fuera poco olvidé mi sudadera en casa, así que no me quedaba otra que aguantar hasta regresar a mi hogar. Al llegar me encontré al abuelo mirándome fijamente en la entrada, sus ojos desprendían un aura de ira, enfado, ya sabía a lo que me enfrentaba.

-¿Se puede saber por qué no llevaste tu sudadera?- Dijo en un tono frío y a la vez autoritario.

-Se me olvidó completamente abuelo, la próxima vez lo recordaré- Le contesté y seguidamente entré en casa para poder ingresar en mi habitación, no tenía nada especial, solo lo típico que tendría un adolescente de 17 años. Me tumbé en mi cama, estaba muy cansado ese día, mis ojos pesaban y cada vez veía menos con cada parpadeo, me encontraba muy mal. -Quizá me haya resfriado o tenga fiebre- Me dije a mi mismo intentando buscar tranquilidad respecto a ese mal estar.

Pasaron varias horas desde que quedé dormido en la fría habitación, cuando el abuelo entró para revisar que estuviera bien, me llamó varias veces pero al no contestar se preocupó y me tomó el pulso, por suerte eso estaba bien, pero notó algo fuera de lugar, la temperatura de mi cuerpo ascendió a más de los 40º C, era una fiebre muy alta.

Al rato desperté con un paño húmedo en la frente,-Abuelo ¿Qué me ha pasado?- Pregunté con una expresión preocupada mientras me sentaba en la cama.-Estás enfermo, no te muevas, será mucho peor, tienes mucha fiebre y estás muy pálido.-Afirmó el hombre mientras intentaba que me volviera a tumbar. -Abuelo no me pasa nada, de verdad, ya me encuentro bi...- A partir de ese momento no recuerdo nada, solo noté un golpe seco en mi cabeza después de perder el equilibrio y caer al suelo, escuché al abuelo gritar mi nombre, pero su voz se desvanecía conforme pasaban los segundos. Se notaba triste... asustado... no lo sé.

En ese momento me llenaba una sensación de paz, estaba caliente, era agradable, no pensaba en nada, no tenía frío ni ningún deseo, todo era oscuro y cálido; hasta que tuve una visión, en ella aparecían unos espadachines luchando contra unas bestias que comían humanos, pude ver como un chico muy joven con una cicatriz en su mejilla derecha luchaba contra una grotesca criatura, luego fue asesinado, junto a el una pequeña niña que no corrió con mejor suerte que el.

Una chica con una especie de chaqueta con un patrón de mariposa sangraba, era muy bella, su cabello es negro y largo, lo recogía con dos broches de mariposas muy hermosas, a su lado, había otra chica con cabello corto de color negro con sus puntas moradas, sus ojos eran increíblemente llamativos, un iris completamente morado, nunca vi uno igual. Todas estas observaciones duraron poco, ya que una criatura terminó asesinando a la mayor, mientras la menor lloraba por la muerte de esta.

De pronto las visiones terminaron, comencé a sentir frío pero todo estaba oscuro, era incapaz de ver nada, al poco tiempo conseguí abrir los ojos con mucho esfuerzo para encontrar que no estaba en mi casa.

-¡¿Pero que cojones?!, ¿Dónde estoy?, ¡Y por qué tengo tan poca ropa!- Exclamé asustado debido a lo ocurrido anteriormente, no todos los días pasa algo así. Miré la habitación en la que me encontraba tumbado en una especie de... ¿tatami?, estaba vacía completamente, solo que había una ventana abierta y para mi sorpresa había nevado. -Genial, ahora que hago yo, no se ni donde estoy y por si fuera poco solo tengo unos pantalones puestos-.

En ese instante se escuchó un ruido justo detrás de mi, me giré deprisa terriblemente asustado para encontrar una bestia comiendo a lo que parecía ser una persona.-¡¡¡AAAAAAAAAAAAH!!!, ¡Qué coño! ¡No, no, no! ¡Esto no puede estar pasando!- Grité aterrorizado por la dantesca escena que se me presentó frente a mis ojos. Por desgracia, ese alboroto alertó al monstruo dándose cuenta así de mi presencia.

-¿Qué tenemos aquí? Hmmm ¿Cómo no me pude dar cuenta de tu presencia antes?- Preguntó afilándose las garras de su mano derecha mientras que con la izquierda se limpiaba la boca de sangre. 

-¡Aléjate de mi! ¡Déjame en paz!- Grité antes de lanzarme por la ventana, por suerte no estaba muy alta así que no hubo problemas en la caída. Justo al tocar la fría nieve con mis pies noté una respiración en frente mía, cuando levanto la mirada para observar que ocurre encontré la cara de esa bestia frente a mí.

-Por lo que veo, no eres como los demás humanos que solo se quedan paralizados para verse morir, tu tienes agallas aunque no te hayan servido para nada- Dijo el monstruo mientras se acercaba más y más a mi. Lloré del miedo que estaba pasando, ya no había vuelta atrás, todo acabaría para mi en ese preciso instante. Me agarró del cuello con mucha fuerza, no era humano, entonces noté como mi pecho quemaba, bajé la mirada lo que pude para ver unas marcas de garras grabadas, sangre goteaba por mis piernas, no podía más, era demasiado.

-Paf-  

Un ruido seco se escuchó cuando noto que la fuerza del agarre se desvanece y pude volver a respirar con normalidad. Miré al frente, la cabeza de esa cosa estaba desintegrándose junto a su cuerpo, recibió una puñalada muy potente en su estómago no se que esperaba que pasara, lo que más claro tenía era que esa cosa no era normal. Al alzar la vista un poco más conseguí ver una figura femenina a la luz de la luna, me era familiar pero no sabía de que, cuando quería hablar era demasiado tarde, mis ojos dejaron de funcionar y caí al suelo frío de nuevo, esta vez inconsciente.

-Ara ara, ¿Qué ocurrió aquí?, no te preocupes, te recuperarás- Logré oír una voz suave y angelical, no conseguí verle la cara, pero ya no importaba, ya había terminado todo, no sentía ningún músculo.

-Llevémoslo, creo que... no tiene ningún lugar donde volver- Dijo una voz grave, a la vez que calmada y con entonación fría.

No pude oír nada más, no sentía nada, solo mis ojos cerrarse, y de seguido oscuridad.


◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢


Anacardo al habla

Hola, al habla Anacardo, esta es mi primera historia, con esto quería escribir que pasaría si un personaje como Ash Cinder existiera en el universo de kimetsu no yaiba, me parece interesante ver como se actualiza la historia y ver como reaccionan los personajes a cada acción de este chico, por lo que se sabe Ash no es de Japón ni conoce sus costumbres así que puede estar en problemas conforme a cultura se trate xD. 

¡Un abrazo!

Otro final - Demon slayer / Kimetsu no yaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora