CAPÍTULO 23. El amor siempre florece

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Kakashi estaba aturdido; mientras abrochaba su camisa botón por botón, los momentos anteriores con Yamato le pasaban por la cabeza como flashes. No podía creer lo que acababa de pasar y poco a poco iba adentrándose más y más pensando en ello, hasta el punto en que su vista se desenfocó sin darse cuenta. Físicamente  ya no estaba ahí, los recuerdos lo tenían atrapado. De repente un ruido brusco lo regresó a la realidad, un hombre de mayor edad con una escoba en la mano había entrado al aula, era el conserje. 

El peliplata casi muere de un susto y en cuanto vio de quién se trataba dio un gran respiro de alivio. El conserje lo notó preocupado y le preguntó si todo estaba bien y Kakashi asintió con la cabeza sin decir más. Tomó su mochila y salió del salón cabizbajo, estaba pensando en la posibilidad de que aquel hombre hubiese visto algo y empezó a preocuparse mientras caminaba con prisa al baño. Ahí se lavó las manos y luego enjuagó su cara que se veía agotada. Se dio cuenta de que su cabello estaba desalineado y lo acomodó un poco. Se sentía extraño y trató de eliminar cualquier rastro de sospecha en su imagen, pensando en que cualquiera que lo viese después de aquello sospecharía de algo. ¿Estaba siendo paranoico? Tal vez solo un poco, pero era la primera vez que se sentía de aquella forma, creía tener marcas de Yamato en todo su cuerpo.

Se fajó y acomodó su camisa para que se viera lo más presentable posible, aunque claro, sin exagerar para no perder su estilo despreocupado de siempre. Salió del baño finalmente, pero hasta su andar lo sentía extraño, ¿estaba exagerando al sentirse tan incómodo? Se sentía un tonto, ni siquiera había gente que lo viera, no mucha, solo quedaban unos cuantos estudiantes entre los pasillos que platicaban entre si y claro que no se tomaban la molestia de observar al peliplata.

Estaba a punto de llegar a la salida, ya solo tenía que cambiarse de zapatos para salir de aquel lugar. Pero cuando dio la vuelta para llegar al pasillo donde estaba su casillero, Yamato estaba ahí, recargado sobre la hilera de casilleros y con la cabeza gacha, como si pensara tranquilamente. Yamato se había quedado a esperarlo. 

Kakashi estaba completamente sorprendido, pensó que Yamato ya se había ido, pero al verlo se quedó inmóvil. Yamato levantó la mirada al escuchar que alguien se había detenido y fue ahí donde ambos cruzaron miradas. Yamato se mantenía serio, todo lo contrario a Kakashi, cuyos ojos se notaban sorprendidos, con las pupilas diminutas. No pudo evitar sonrojarse al ver al castaño con la mirada fija en él. Aquel momento le pareció experimentarlo en cámara lenta, podía ver incluso como la brisa que venía desde la salida ondeaba los cabellos de Yamato y como éste estaba a contra luz, las partículas del aire también las veía pasar suavemente a un lado de la piel de su rostro.  

Antes de que Kakashi pudiese reaccionar, Yamato se acercó a él y se paró enfrente suyo. 

-Lo que te dije allá arriba no era una broma Kakashi

Kakashi volvió en si al escuchar hablar al castaño. Sus pupilas volvieron a su estado natural y ahora estaba consciente de la cercanía en la que se encontraban.

-¿Qué? -preguntó confundido el peliplata, estaba tan nervioso que no había entendido del todo aquel comentario.

-Sobre salir contigo

Kakashi de inmediato recordó las palabras de Yamato minutos antes y tuvo un bloqueo interno lleno de pensamientos que pasaban uno tras otro. Yamato estaba hablando muy enserio y se notaba en su rostro que no mostraba ningún gesto de duda. Si Kakashi decía que si ¿qué pasaría?,  era algo que se preguntaba el peliplata en esos instantes.

Kakashi no sabía que responder  y Yamato se percató de ello al verle cabizbajo. Pensó que estaba presionando demasiado y continuó hablando antes de que Kakashi pudiese responder algo. 

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