Lo siento Kakashi, fui muy egoísta —dijo mientras se apartaba del cuerpo del peliplata, quedando frente a frente. Kakashi seguía con un rostro sorprendido debido al abrazo inesperado— pero —continúo hablando Yamato— no quisiera causarte más de ese dolor —y se dio la vuelta para regresar a casa, dejando atrás al peliplata en medio de la calle.
A pesar de que no quería hacerlo, a pesar de no querer dejarlo solo en esa oscuridad, siguió más a sus pensamientos que le decían que todo eso que sentía no era más que pura nostalgia por el amor que le tuvo a Kinoe. Por eso le parecía mejor no involucrarse con Kakashi, porque si el peliplata comenzará a sentir algo por él, y si sus pensamientos eran ciertos, Kakashi resultaría herido y era lo que menos buscaba.
Yamato recogió su bicicleta y se subió en ella. Sin voltear y sin detenerse, tomó el camino rumbo a su casa, con un peso invisible que lo hundía y que le hacía sentir un terrible vacío. Kakashi por otro lado se había quedado inmóvil, aún no asimilaba tan bien del todo las palabras de Yamato; pero de algo estaba ya seguro, en definitiva sentía algo por él.
Yamato en realidad no arregló nada con lo que había dicho, al contrario, el peliplata terminó por entender algo completamente diferente. ¿A qué se refería con ser egoísta?, ¿acaso si estaba saliendo con aquel chico?, fue lo que llegó a pasar por la mente del peliplata. Lo que menos quería pensar, era que hubiese sido utilizado por el castaño, pero al tratar de descifrar aquellas palabras, pudo deducir que así había sido. Había dejado a un lado la razón por la cual se dio aquel encuentro, pero saber que Yamato tenía a una persona con quien pudo haber hecho eso, era como si hubiesen golpeado todos los sentimientos que le surgieron después de ello.
-¿Soy un idiota acaso? -soltó al viento el peliplata- ¿sentir algo por un hombre? -continuó, dejando salir una pequeña risa- pero -paró de reír y levantó la mirada al cielo, maldiciendo entre dientes- no dejo de sentir esa tibieza de su cuerpo.
...
Al día siguiente, ambos chicos se levantaron trayendo en la cabeza al otro. Kakashi se había dispuesto a guardar su distancia con el castaño, creyendo que sería lo mejor para asegurarse de que sus sentimientos no crecieran. Yamato por otra parte se sentía un poco más tranquilo, había pensado que con lo que dijo la noche pasada bastó para arreglar las cosas con el peliplata y creyó que todo volvería a la normalidad, dejando a un lado aquel tema que los había confundido a ambos.
Cuando Kakashi entró a su salón de clases, ya la mayoría estaba dentro y como de costumbre saludó sin mucho entusiasmo a los demás, casi forzado. Puso su mochila encima de su mesabanco y se sentó esperando a que iniciara la clase, con un brazo apoyado sobre una de sus mejillas y viendo a la pizarra.
-Eh, Kakashi... -se acercó caminando hacia él, Gai- ¿qué ha pasado ayer?
Kakashi volteó ligeramente el rostro hacia su amigo, parecía tener la vista cansada y sus ojeras lo hacían lucir un poco molesto- ¿sobre qué? -preguntó aún sabiendo a lo que Gai se refería.
-Con Yamato
-¿Qué han dicho de Yamato-kun? -dijo Anko desde otro asiento- parecía que tenía un rastreador de aquel nombre y en cuanto lo escuchaba su alcance de escucha incrementaba exponencialmente- ¿qué ha pasado? -dijo la chica recargando su codo sobre el mesabanco de Kakashi, con la mirada sombría y amenazante- ¿acaso le has hecho algo Bakashi?
Kakashi no se inmutó para nada con la atmósfera tan negra con la que Anko arribó a su lugar, pasó de mirar a Gai, a girar su rostro con tranquilidad para ver a Anko, quien tenía su cara a pocos centímetros de la suya. Aquello parecía un duelo de miradas, pero Kakashi guardaba la calma que le caracterizaba y que conocían todos en la escuela, esa forma de ser tan despreocupada con la que había enamorado a tantas chicas- no -le contestó a su amiga sin decir más.
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Two boys
FanfictionEn el último año de preparatoria de Kakashi, su padre decide suicidarse. Yamato, su mejor amigo de la infancia, llega de nuevo a su vida para evitar que caiga en una fuerte depresión.