Capítulo Ocho
Me detengo frente a Murk en la cafetería.
Una expresión confusa amenaza con manifestarse en mi rostro cuando coloca un arma en mis manos, pero la contengo.
La sorpresa, tensión y muchos otros sentimientos casi se pueden palpar en el aire. Al parecer las chicas fuertes no se esperaban que yo estuviese aquí y menos con una pistola que la misma Dallas ordenó que se me entregara.
Bethany, Belly y otra chica que alguna vez ví con ellas dejan de conversar para mirar en mi dirección sin disimulo.
Ignorando su presencia empiezo a crear varías hipótesis hasta que la soldada que sigo se adentra a un lugar bien conocido para mí. La cancha no estaba como antes, de eso no cabía dudas. Ya no estaban los asientos y el cuadro en el centro que servía para las peleas, todo se encontraba despejado hasta el punto de que solo se pudiese apreciar el suelo de hormigón.
Y otra cosa.
Las personas arrodilladas y con capuchas negras en la cabeza. No sabría decir si eran cincuenta, ochenta o tal vez más. Tampoco podía especular de quiénes se trataban, sólo podía asegurar que eran mujeres, tal vez chicas. Chicas flacuchas a juzgar por la contextura de sus cuerpos pálidos.
Diablos.
Ocho horas antes.
No tenía idea de qué había pasado pero afortunadamente Margot me había permitido venir a las instalaciones del ala de las chicas. Me paseaba por los pasillos tratando de mantenerme oculta, pues esa era la única orden que había recibido.
"Que nadie te vea."
No quería tener un castigo y menos que mis planes se dañarán por algo tan estúpido después de todo lo que me costó llegar hasta aquí, así que dejando de lado la curiosidad me dediqué a hacer lo que se me ordenó.
Y algo más.
Observo a las chicas frente a mí, ellas me miran entre sorprendidas y asustadas mientras mis ojos reflejan... Nada, absolutamente nada.
-Sharon...-murmura la chica de rasgos asiáticos arrodillada, la cual está rodeada por cuatro chicas de buena musculatura, muy contrario a ella. Escena que me trae a memoria recuerdos dolorosos.
«Centrate.»
Negando levemente intento recordar si la conozco de algún lado, pero no, definivamente no recuerdo haberla conocido. Nunca tuve interacción con otras chicas fuera de Tammy, Milena, Lea y en ocasiones, Josey. Y a juzgar por su facciones infantiles podía asegurar que le llevaba varios años de diferencia.
-Eres, Sharon, ¿verdad? -pregunta cautelosa bajo mi atenta mirada, a medida que se levanta y se acerca a mí. Asiento. -Creí... Creí que estabas muerta.
Tras un último repaso con mi ojos a su persona enfoco más allá de ella, donde aún están las chicas que la tenían acorralada. Mismas que nos observan con atención y curiosidad, pero sin perder el miedo que resalta en sus ojos.
-La que estará muerta serás tú como no te vayas de aquí. -respondo crudamente, sin dejar de ver al grupo de chicas. -No preguntes porqué.
Ella, sabiendo a que me refiero, asiente y actuando inteligentemente corre por el pasillo contrario al que estoy por tomar yo. Vuelvo la vista a las cuatro chicas que miran hacia donde la chica se fue, seguramente no sabiendo qué hacer.
Dándoles una última ojeada sigo mi andar segura de que serán atrapadas por las soldadas a las que acabo de informar. No tenía idea de porqué pero no querían a nadie por los pasillos, así que mi deber era informar para que las que encontrase fueran atrapadas.
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PROYECTO ARES.©
Random🏅INTRODUCCIÓN🏋 > Tras ganar las elecciones presidenciales Raymond Mullen lleva el comunismo a un nuevo y más grotesco nivel, no sólo queriendo tener poder sobre un continente, sino a nivel mundial. Y para cumplir su objetivo entrenará una generac...