Perseo Avenger [PJO] Remastered

Final parte 1

Actualmente Percy se encontraba frente a Ares y a Atenea. Todos ellos mostraban heridas por su constante batalla, sin embargo, la mirada del semidiós no se apartaba de ambos inmortales frente a él incluso después de que comenzaba a cansarse.

Percy hizo una pequeña mueca.

"Siento mi cuerpo arder..."-. Percy soltó un profundo suspiro mientras apretaba aún más su agarre en el mango de sus espadas.

Realmente podía sentir cómo cada uno de sus órganos parecía arder era algo similar o quizá peor que como cuando recibió la maldición de Phineas de parte de las Arai, Percy quería echarse a reír ahí mismo después de todo Annabeth había evitado que se convirtiera en un monstruo en aquella ocasión y ahora ya era un monstruo, ya no estaba para evitarlo nuevamente.

Una leve sonrisa apareció en el rostro de Percy tristeza, nostalgia, agonía. Eran unas de las emociones que podía ser transmitidas por esa acción.

Atenea y Ares vieron aquella extraña sonrisa en el rostro del semidiós, Percy hasta ahora había demostrado fortaleza y poder, pero ahora parecía demostrar un poco de debilidad.

A través de la hoja de su espada, Percy pudo ver el reflejo de su rostro. Había cambiado tanto desde aquel trágico día en que su listilla fue asesinada, ¿Por qué los dioses se empeñan tanto en lastimar a los demás?

"Ya no importa"-. Susurró Percy para sí mismo cerrando los ojos por unos momentos. Gracias a los sentidos desarrollados de Atenea y Ares, ambos pudieron escuchar lo que Percy había dicho, pero no bajaron la guardia aún si mantenía los ojos cerrados.

Aún si sentía su cuerpo arder, Percy podía seguir con la pelea contra los dioses, no. Debía seguir peleando aún si eso le costaba la vida, él anhelaba su venganza contra la diosa de la sabiduría, aquella que se encargó de arrebatarle todo, ¿De esa manera se había sentido Medusa cuando fue maldita por la diosa?

Para él ahora esa situación resultó algo irónica pues nunca imaginó que estaría parado ante dos dioses y recordó cuando Luke intentó destruir el olimpo para crear un mundo mejor.

Deseaba poder ver a su yo de doce años, de esa manera, le podría advertir de todo lo que sucedería y quizá solo así pueda crear algo parecido a un nuevo mundo donde Annabeth y él son felices.

Atenea miraba fijamente a Percy, intentando analizar sus movimientos algo que resultó ser en vano ya que Percy era demasiado impredecible, tal y como lo era Poseidón.

Él fácilmente podría fingir atacar, pero no lo haría, es decir, podría hacer fintas o podría atacar directamente.

La mirada de Atenea se enfocó en las espadas de Percy. La que tenía parecido a Contracorriente o más bien había sido Contracorriente, era la que más le daba mala espina e incluso se atrevía a admitir que le daba algo de terror, sin embargo, podía sentir como la magia del usuario era drenada de una manera abismal.

"Tu espada en ese estado consume una gran cantidad de magia en ciertos periodos de tiempo, sin embargo, eso puede arreglarse devorando la magia de tus contrincantes. Una espada que tiene sus pros y contras"-. Atenea habló en voz alta. Ares la miró de reojo sin bajar la guardia.

Ares sabía que había dicho esto no para Percy sino más bien para él, se sintió algo ofendido por eso, pero no iba a despreciar información tan importante como esa.

Percy abrió sus ojos y la miró con una ceja alzada, pero mostró una pequeña sonrisa.

"Digno de la diosa de la sabiduría, te has dado cuenta. Es como dices, mi espada consume una gran cantidad de magia la cual puedo cubrir al obtener la magia de mi enemigo, entre más divinidad posea mi enemigo, más poder puedo obtener, aunque también tiene algo que ver la profundidad de la herida"-. Percy se puso algo pensativo terminado por encogerse de hombros, era como si estuviese en un entrenamiento más del campamento mestizo.