Poseidón había regresado a su palacio en las profundidades del océano se encontraba pensativo y preocupado debido al juramento que su hijo había realizado por la laguna Estigia, pero también se sentía furioso por todo lo que estaba pasando en aquellos momentos. No podía creer que de un momento a otro todo se volvió un completo caos, y gracias a cierta diosa de la sabiduría que de sabia no tenía nada.
Las palabras de Percy había quedado grabadas en la mente de Poseidón.
"Juro... Que haré pedazos a Atenea"
"Lo juro por la laguna Estigia"
Un suspiro salió de los labios del dios de los mares después de aquello había intentado convencer a Percy de visitar su palacio o ir a Atlantis, sin embargo, Percy se negó rotundamente... De hecho, después de haber hecho el juramento decidió que no hablaría más con nadie. Le preocupaba mucho aquel juramento y no solo eso... Había jurado por la laguna Estigia, uno de los mayores juramentos que pueden existir.
Era cierto que él y sus hermanos había roto juramentos antes, pero ellos eran dioses y era distinto a cuando un semidios hacía dicho juramento. Las consecuencias serían realmente graves.
Su furia se debía debido a que hace un rato había salido de la sala del trono donde se había llevado a cabo otra reunión de dioses para informar acerca de lo que había pasado realmente la noche en que la novia de su hijo, Annabeth. Fue asesinada por monstruos encabezados por el minotauro, en realidad quería saber cómo fue posible que los monstruos llegarán tan lejos. Percy no les había contado absolutamente nada, guardó silencio por completo, aunque quizá desconocía la razón.
Después de todos los intentos fallidos por convencer a que Percy hablara, al final tuvieron que pedirle un favor a Hipnos para que entrara en sus sueños y saber que había pasado realmente. Muchos ya tenían sus sospechas sobre Atenea, después de todas las acciones que había realizado para tratar de destruir la relación de Annabeth y Percy era la más sospechosa, sin embargo, la diosa había logrado evadir toda acusación en su contra. Su hermano, Zeus le había creído por completo a una de sus hijas favoritas y rechazó toda acusación.
Poseidón apretó los dientes con fuerza de solo recordar aquello. Zeus no era un buen rey, dejándose llevar por sus sentimientos y gobernando para su propio beneficio. Él no era quien para juzgar, pero incluso Hades tenía un mejor juicio y posiblemente era el más apto para tener el trono.
Algunos de los dioses se pusieron del lado de Percy y otros del lado de Atenea, esto solo ocasiono que el Olimpo se dividiera como antaño. Nuevamente la guerra estaba a la vuelta de la esquina, una guerra entre buenos y malos.
Poseidón volvió a suspirar pues su hijo en esos momentos era una bomba de tiempo y él lo sabía perfectamente. Era como si Percy estuviera esperando el momento adecuado para explotar y causar un daño inimaginable.
Su hijo había enfrentado dioses, titanes, gigantes, monstruos, etc. Temía mucho que tomará la decisión de enfrentar a Atenea para hacer justicia propia, si lo hacía ya no podría protegerlo de Zeus e incluso de algunos dioses del Olimpo. Estaba completamente seguro de que sí Atenea y Percy se llegarán a enfrentar... Uno de los dos va a parecer, Atenea podría regenerarse... Percy no.
La furia puede hacer que cualquiera pierda la cabeza y logré lo que se creía imposible. Poseidón simplemente desapareció del Olimpo en una fresca brisa de mar.
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En un edificio en cierto apartamento. Sally Jackson o Blofis descansaba tranquilamente en el sofá de la sala de estar mirando a su pequeña hija en sus brazos quien dormía con mucha tranquilidad, sonrió tristemente recordando a Percy cuando era bebé. Ella lo extrañaba demasiado e incluso intentó contactar con él, pero le era imposible. Incluso intentó hablar con Annabeth, pero también le era imposible.
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Perseo Avenger [PJO] Remastered
FanfictionAtenea volvió a hacerlo, volvió a destruir una vida inocente. La vida de alguien que solo fue culpable de... Amar profundamente a su hija... Disclaimer: Los elementos de PJO ni los de FGO me pertenecen, le pertenecen a sus respectivos creadores.