Perseo Avenger [PJO] Remastered

Ira

"¡Mamá!"-. Una pequeña niña corría tan rápido como sus pequeñas piernas podían. Su madre jalaba de ella con gran prisa, su rostro demostraba terror y desesperación e incluso algunas lágrimas podían verse correr por sus mejillas.

Con una simple mirada a su alrededor pudo ver que todos corrían despavoridos por todos lados, llenos de terror y agonía, corrían sin un rumbo en concreto, unos corrían hacía un lado y otros corrían hacía el otro. En esos momentos, el orden importaba poco o nada.

El corazón de la madre latía con fuerza debido al miedo que sentía además de la adrenalina, la mujer miró a su pequeña quien jadeaba de manera ruidosa y sintió un enorme dolor al pensar que su hija que tenía una vida por delante simplemente iba a morir en esos momentos.

El suelo debajo de ellos se sacudía con tal violencia que incluso los edificios parecían estar hechos de goma tambaleándose de un lado a otro, la madre de la pequeña con decisión por salvar a su hija comenzó a correr nuevamente sujetando a la pequeña mano de su hija con fuerza.

"¡Mamá, ya no puedo correr!"-. Exclamó la pequeña completamente agotada mientras miraba a su madre suplicante para que se detuvieran a descansar, casi ignorante del peligro que estaban viviendo.

"Vamos pequeña, tenemos que irnos"-. La madre mostró una pequeña sonrisa intentando parecer tranquila mientras gritos eran escuchados de fondo. Sin más, la mujer tomó a su hija en sus brazos continuando con su camino sin detenerse a mirar el caos a su alrededor.

Ahora la pequeña era expectante de lo que sucedía a su alrededor, sus mejillas eran de color rojizas debido al esfuerzo que había hecho por correr junto a su madre. Sin embargo, tanto madre como hija fueron arrojadas al suelo debido a un grupo de personas que corrían.

"¡Mamá!"-. Gritó la pequeña mientras su madre usaba su cuerpo para protegerla de la horda de personas que no se detuvieron y pasaron encima de ambas.

"¡Un Tsunami!"-. Escucharon a alguien gritar mientras más gritos de desesperación eran escuchados.

La madre con la cabeza de su hija en su pecho decidió mirar hacia atrás y fue cuando la vio. Una enorme ola como nunca antes había visto se dirigía hacia la orilla, en este caso, rumbo la ciudad.

"Te quiero mucho, mi pequeña"-. La madre comenzó a llorar mientras abrazaba fuertemente a su hija para que no viera que estaban a punto de morir. Fijó su mirada en un coche de policía donde cercas había un arma.

Sabía que era imposible escapar de aquella ola y no quería que su hija sufriera mientras se ahogaba lentamente. Con su hija en brazos, logró levantarse como pudo y comenzó a dirigirse hacía el arma.

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Quirón estaba en la casa grande, la taza frente a él comenzó a vibrar con fuerza. El centauro apretó con fuerza los dientes haciendo puños con sus manos, escuchó que alguien entró sin siquiera llamar, pero eso no le importo en absoluto.

"Quirón"-. El centauro miró hacia donde provenía aquella voz femenina.

Su mirada se encontró con la de una joven muy hermosa; piel morena, cabello color chocolate como si hubiese cortado por ella misma de forma desigual, y con finas trenzas en ambos lados de su rostro. Sus ojos parecían variar entre marrón, azul y verde.

Quirón soltó un suspiro mirando por la ventana, viendo como los árboles se agitaban al igual que el suelo mientras las ninfas se veían totalmente alarmadas al igual que los campistas. No necesitaba mirar el mar para saber que en esos momentos era realmente peligroso.