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Capítulo extra.Jack Crawford
Eve Johnson, inspectora de la División de Investigación Criminal, me esperaba haciendo mil llamadas, nerviosa, y moviéndose de un lado a otro como una lagartija. De melena pelirroja hasta el mentón, con su escaso metro setenta tenía el ingenio de las mejores investigadoras que había conocido. En cuanto se percató de mi presencia, olvidó el móvil y me miró con cara de pésame.
-¿De qué se trata?—quise saber.
-Es mejor que lo veas —murmuró, como si el cielo pudiera oírnos, o tal vez el infierno, quién sabe–. Ahora lo entenderás. Los técnicos del CSI ya han llegado, también el forense. Ya he interrogado a los dos surfistas que los encontraron. –me informó mi compañera. –Vinieron a entrenar como todos los días y se los encontraron a la orilla del mar. Nos han llamado de inmediato.
–Bueno, pues veamos esa escena del crimen. –dije, ignorante de los horrores que me esperaban a la orilla del mar.
Cruzamos el cordón policíal a la entrada de la playa y recorrimos un buen trecho hasta llegar a la escena del crimen, hasta entonces, la noticia del hayazgo de dos cadáveres revoloteaba en mi cabeza sin llegar a entrar del todo, después, cuando llegamos y vi los cadáveres sobre la arena, la realidad me golpeó en la cara más fuerte que un guante de boxeo, me dejó aturdido, como al resto del país horas más tarde. Nadie esperaba que Will Graham, ex investigador especial y perfilador del FBI y Hannibal Lecter, asesino en serie y caníbal, fueran los cadáveres hayados esa mañana. La noticia de la fuga de Hannibal Lecter y el hayazgo del cadáver del Dragón Rojo apenas empezaba a extenderse cuando una nueva y jugosa historia para los buitres de la prensa empezaba a propagarse como la peste negra.
Me acerqué a los cuerpos, hinque la rodilla frente a ellos y los observe detenidamente conteniendo las lágrimas. No por Hannibal, sino por el pobre diablo de Will. Sentía el peso de la culpabilidad destrozandome los hombros. Mi egoísta acción de involucrar a Will en el caso del Dragón Rojo había dejado a una mujer viuda y a un niño aún creciendo sin su figura paterna.
Ambos cadáveres estaban acurrucados el uno junto al otro en postura fetal. Cara a cara. Frente con mente. Cada uno tenía una mano sobre la mejilla del contrario en un gesto de ternura, que para mí rozaba lo repulsivo. Presentaban diversos cortes, golpes y signos de violencia. Ambos tenían los ojos cerrados, y si te fijabas detenidamente parecía que solo estuvieran durmiendo plácidamente uno junto al otro, disfrutando de la presencia del otro. Era la última obra de Hannibal. La obra en la que nos declaraba su amor y cariño hacia Will Graham. Un amor tan enfermizo que condujo a Will hacía su autodestrucción y la de todos los que le rodeaban.
–He comprobado la temperatura de los hígados. ––me informó Zeller, con mala cara y un informe entre sus enguantadas manos. –Llevan muertos aproximadamente cinco horas, puede que alguna más. No puedo definir la diferencia temporal, pero definitivamente Will murió antes que Hannibal.
Me fijé una vez más en la postura de sus manos. En cómo estaban colocadas sobre la mejilla de su contrario. Era enfermizo pero tenía un toque de belleza en la forma en la que ambos se disponían.
–Prefirió la muerte a vivir en un mundo en el que Will Graham ya no estuviera junto a él.
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Lovers Death©||Hannigram
Hayran KurguAl borde de un abismo al que ya han mirado antes, Hannibal vio el final de su vida y el comienzo de, tal vez, otra. ➮Alerta: Angst, muerte de personajes. ➮Historia de un solo capítulo (one-shot) + capítulo extra. (el capítulo en edición) Will Gr...