CAPÍTULO 3

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Jinhwan amaba la navidad, como, realmente muchísimo. Y sinceramente, las personas podrían decir lo que quisieran, la navidad se trataba del amor -al menos era lo que significaba en su familia-.

Su abuelo conoció a su abuela durante las fiestas, sus padres se conocieron en una fiesta de fin de año. Su hermano incluso había conocido a su novio durante las fiestas, y bueno, habían terminado. Cómo fuera, Jinhwan amaba la navidad, y aunque aún no lograba tener su propia historia de amor, pese haberlo intentado, sí, seguía amándola.

La navidad significaba familia, tiempo para estar juntos, montones de adornos navideños, comida y compañía.

—¿Qué? — Cuestiona el castaño mirando fijamente a sus padres, de pie frente a la puerta del departamento con un par de maletas a sus costados.

—Nos vamos de vacaciones. — Responde su madre.

—En realidad, nuestra luna de miel tardía. — Interviene su padre, revisando los pasaportes y el resto de los pendientes.

—¿Estarán bien sin nosotros verdad? — Cuestiona nuevamente su madre, esta vez, señalando la habitación de su hermano.

—¿Y el abuelo?

—El abuelo irá a Washington para visitar a sus amigos. — Responde su padre.

—Sé que estarán bien. — Presiona su madre un abrazo rápido antes de volverse a la entrada junto con sus maletas.

Jinhwan suspira derrotado, definitivamente no hay nada que pudiera hacer ahora, era algo que sus padres necesitaban, y no podía arrebatarles eso. Asintiendo sin más, se acerca hasta ambos para darles un abrazo antes de que se vayan.

—¡Hanbin, nos vamos! — Grita su madre. El mencionado sale de su habitación corriendo, hasta que abraza a sus dos padres y los despide.

Una vez que ayudan a sus padres a subir las maletas al taxi, y Jinhwan se ha despedido por quinta vez, deseándoles un feliz viaje, que regresan al departamento y se gira para mirar a su hermano, quién lo mira de manera sonriente, el más bajo sabe lo que significa.

—Entonces, voy a tener una cita y está por llegar... ¿crees que puedas salir... por un rato? — El pelinegro le sonríe fuertemente, rodando los ojos, Jinhwan asiente, tomando su abrigo y su teléfono.

No pasa mucho tiempo afuera, sólo un par de vueltas a la manzana, probablemente tomar un café y volver a casa, sobre todo ahora que ve las calles llenas de parejas felices y acarameladas. Jinhwan resopla, no necesita eso.

No es que no lo quiera, realmente, él realmente quiere un amor de navidad como su familia, pero simplemente no puede encontrar al chico correcto, porque bien, sí, Jinhwan está dentro de los chicos, como muy dentro.

Sólo podría hacer una cosa para pasar el tiempo durante las vacaciones, un grupo de villancicos.

—¡Creé un grupo de villancicos-AH! — Debió haberlo sabido mejor, cuando Hanbin le pidió que lo dejara solo en el departamento, definitivamente no sería para tener una velada romántica.

—¡Jinhwan, vete! — El cabello pelinegro de su hermano se dispara en todas las direcciones, y debajo de la manta puede apreciar el cuerpo de otro chico.

Sin necesidad de pedirlo dos veces, el más bajo cierra la puerta y corre hasta su habitación, cerrándola del mismo modo.

—¿Puedo pasar? — La voz que viene del otro lado de la puerta seguida de un par de golpecitos, lo regresa a la realidad, lejos de su libreta. — ¿No estás enojado?

El más bajo suspira negando, por supuesto que nunca podría enojarse con Hanbin.

—Entonces... ¿sucedió algo divertido? — Cuestiona el pelinegro dejándose caer a su costado.

Do you dare? » JunHwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora