CAPÍTULO 15

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Junhoe mira fijamente el espacio vacío dentro del librero en Strand. Es nochevieja, sólo un par de horas para que termine el año y parece que fue hace una eternidad que encontró ese cuaderno rojo que destacaba entre los demás.

—¿Buscas algo? — Girándose para encontrarse con la voz que lo llama, el rubio mira a la chica que carga un par de libros en su brazo izquierdo, del lado derecho puede ver su gafete con su nombre. — Con gusto te lo consigo. — La chica, quién ahora sabe se llama Jisoo sonríe.

—Lo que busco no está aquí. — Encogiéndose de hombros la chica asiente y camina de nueva cuenta a través del pasillo.

Dejando escapar un suspiro pesado, Junhoe vuelve a mirar el espacio vacío entre los libros, es como si se estuviera burlando de él. Listo para salir del lugar, sacudiendo sus pensamientos estúpidos, escucha una voz proveniente de entre los libros.

—Shh, oye. — Caminando un par de metros, encuentra un espacio que deja ver parte del pasillo contiguo, una mano se estira a través de él y agita el cuaderno rojo frente a él. — Nunca me viste. — Responde el responsable de la tienda, el primo de Jinhwan, Yunhyeong.

Junhoe toma el cuaderno mirando fijamente sobre el agujero ahora vacío sin saber qué es lo que acaba de suceder. Sin importarle mucho, abre el cuaderno rápidamente dónde el separador le indica. Siente que su corazón late fuertemente contra su pecho y su cerebro grita que no lo lea, sin embargo, es demasiado tarde.

"Querido Junhoe.

Ahora puedo decirlo. Por fin sé tu nombre.

Hace una semana eso parecía muy importante. Es raro cómo cambian las cosas. Solía pensar que nos conoceríamos y tendríamos un gran romance. Creía que Nueva York era mágica.

Pero es Nochevieja, y a la medianoche, tomaré un avión a Fiyi. Me mudo.

Sigo adelante. Dijiste que lo nuestro nunca funcionaría y tenías razón. Ahora lo sé.

Pero al menos por una última Navidad fue lindo creer."

Cerrando el cuaderno con fuerza, Junhoe siente su corazón estrujarse dentro de su pecho, cortándole el aliento rápidamente.

***

Mientras termina de guardar las últimas cosas en cajas, Jinhwan mira fijamente todos los recuerdos que creo en esa habitación, sintiendo su corazón estrujarse fuertemente dentro de su pecho.

Osoji, Jinny. Una oportunidad de dejar atrás todo lo malo. — Asomándose por la puerta con una gran bolsa negra para basura, su madre dice antes de desaparecer por el pasillo nuevamente.

Jinhwan suspira pesado, girándose hasta su tocador, donde el muñeco que hizo durante el reto de Junhoe lo mira fijamente. Tomándolo entre sus dedos, mira el muñeco por unos segundos, como si pudiera cambiar todo lo que sucedió. Sin embargo, tomándolo por la cabeza lo deja caer dentro de la caja para donaciones, sin mirarlo por una segunda vez.

—No me parece justo que no te puedas quedar como yo. — Hanbin lo mira, como si quisiera hacer algo más.

—Es hasta que termine la escuela. — Responde el más bajo.

—Bueno, te traje un regalo de despedida. — Dejándole una pequeña caja decorada con azul sobre sus manos, Hanbin sonríe. —De la pastelería Levain. No debe estar en Fiyi.

Jinhwan resopla, sonriendo.

—Sí, no lo creo.

—¿Hablamos de chicos? — Cuestiona el pelinegro sonriendo incómodamente.

Do you dare? » JunHwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora