- Aquí tenéis dos mojitos - dijo mi prima tras interrumpirnos.
- Gracias - dijimos a la vez.
- Maya, él es Robert - dijo Carina, Robert se acercó y me tendió la mano.
- Un placer - dijo mientras se sentaba al lado de Andy.
- Igualmente - dije sonriendo.
- ¿Me acompañarías a bailar un rato? - preguntó Robert a Andy
- Por supuesto - dijo con una sonrisa mientras era arrastrada a la pista.
- Ya con lo de bailar gano puntos con Andy - dije riendo.
- Si, esa fue una de las razones por lo que pensé en él. ¿Y yo he ganado algún punto? - preguntó con cara de cachorro.
- Alguno - dije de broma ya que la realidad es que habia ganado muchos.
- Vaya. No se si debería sentirme ofendida o halagada. Tu prima me dijo que eres muy exigente - dijo pensativa.
- Deberías sentirte muy halagada - dije mirándola intensamente a los ojos. Me acerqué un poco más a ella - ¿Y qué más te contó mi prima?
- Te quedarás con la intriga - dijo en mi oído para luego guiñarme un ojo.
- Siempre consigo lo que quiero - dije bebiendo lo quedaba en mi copa viendo como Carina se sonrojaba por la doble interpretación de mi frase.
- Ya somos dos - dijo levantándose y ofreciéndome su mano - y ahora quiero bailar con esta hermosa rubia.
- Me encantaría - respondí aceptando su mano.
Bajamos a la pista de baile, la cuál no estaba muy llena permitiendonos bailar tranquila.
Carina me sonrió mientras me acercaba a ella para bailar la canción de salsa que sonaba.
Daba gracias en ese momento a Andy por todas aquellas clases de salsa que me obligó a acompañarla. No era muy buena, pero lo suficiente como para no parecer un pato mareado.
En cambio, Carina era tan natural como bailaba. Sus movimientos eran cómodos sin necesidad de pensarlos. Simplemente los sentía.
Verla bailar me hizo sonrojar al pasar por mi mente el pensamiento de si se movia asi de bien en otros terrenos.- No lo haces nada mal bella - dijo acercándome más a ella para hablarme al oído. Sus manos se posicionaron en la parte baja de mi espalda.
- Nada comparado a ti - dije en su oído. - sumas muchos puntos por bailar tan sexy - dije agarrandola de la cintura.
- Esa era la intención - dijo riéndose mientras me daba una vuelta que me hizo reír al verla mirándome el culo.
- ¿Buenas vistas? - le pregunté tras la vuelta.
- La verdad que sí - dijo bajando su mano un poco por debajo de la cintura.
- Que manos más ligeras.
- "Anche le mie mani sono molto abili" (También mis manos son muy hábiles) - dijo mordiendose el labio.
- ¿Qué dijistes? - pregunté curiosa porque normalmente se mordía el labio cuando decía algo sexual.
- En vez decírtelo te lo demostraré - dijo riéndose.
- "No juegues con fuego" - dije en Español.
- No se qué dijiste, pero no me resistiré a que lo demuestres también.- dijo acariciándome la mano.
- Necesito otra copa - dije rompiendo el coqueteo antes de tirarme encima de ella. Llevaba mucho tiempo sin sexo y me estaba matando.
- Te invito. - dijo para luego seguirme a nuestra mesa.
- ¿Que les traigo? - preguntó el camarero al poco de setarnos.
- Una copa de vino Brunello di Montalcino. ¿Y tu, bella? - preguntó mirándome.
- Una cerveza bien fría. Gracias.
- Perfecto - dijo volviendo a la barra.
- Me dijiste que tu hermano vive aquí,¿habias estado ya en Seattle?
- Sí, varias veces para visitar a mi hermano. Conozco algunos restaurantes italianos, algunos parques.
- Nunca he ido a un italiano - dije.
- ¿Cómo? Te has perdido la mejor comida, bella - dijo con cara de asombro - No puedo permitirlo, te llevaré a mi restaurante favorito de aquí - dijo.
- ¿No ha terminado la primera cita y ya estás pensando en la segunda? - pregunté intentando no reírme.
- Así que estamos en una cita ahora - dijo riendo.
- Eso me dijo mi prima.
- Estaba en lo cierto - dijo riéndose.
- Hey, ¿cómo va la noche? - preguntó Mike, el guardaespalda, acercándose a mi lado.
- Pues muy bien, sigue todo igual. Aunque veo camareros nuevos - le dije.
- Sí, tú en cambio estás más guapa. ¿Estás yendo al gimnasio?
- Más o menos. - dije sonriendo sin querer concretar ya que todo se debía a la preparación física para bombero. Una mano se situó en mi muslo para ver que era de Carina - Ah sí, ella es Carina.
- Encantada - dijo sonriendo de forma diferente a como me sonreía. Parecía falso.
- Igualmente. Pensé que me podrías invitar a esa copa que hablamos. - dijo con la intención de sentarse.
- Te importa que lo dejemos para otro día. - dije intentando sonar lo más amigable posible.
- Eh... Si, claro. Te llamaré - dijo yéndose.
Dirigí mi mirada hacia la mano de Carina que aún tenia en mi muslo. Parecía como si hubiera estado marcando territorio.
- Podría haber sido más descarado - dijo Carina.
- ¿De qué hablas? - pregunté sin entender.
- Estaba coqueteando contigo, bella - dijo como si fuera algo muy evidente.
- ¿Mike? - pregunté riéndome - Es sólo un amigo.
- Bella, te aseguro que no te miraba como un amigo - dijo tomando de su copa de vino que acababan de traer.
- Bella - dije imitandola - Te equivocas.
- ¿Apostamos? - me pregunta con cara desafiante - Quién gane invita a la otra a una cena. Te va a llamar y te va a invitar a una cita, si no te llama esta semana. Te invito yo al italiano. Pero viendo como te veía ni creo que tarde ni dos días en llamarte.
- Acepto - dije chocando mi cerveza con su copa de vino.
- ¿Aceptarías a invitarme a tu apartamento? - Preguntó coquetamente haciendo que me atragantara con la cerveza. Al verme toser ella se río. - ¿Te encuentras bien?
- Que lanzada tú - dije aún cortada.
- Cuando quiero algo actúo - dijo acariciandome el muslo.
- Vamos - dije cogiendo su mano para salir de allí.
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Su encanto tan sencillo (fanfic marina)
RomanceDesearía no perderme en sus pupilas como lo hacia. Era tan hermosa. ¿El problema? ¿Cómo iba siquiera a aprobar su asignatura si no me podía concentrar en nada mas que su belleza? Como podía haber tanta casualidad de que mi cita a ciegas también fuer...