Mi mano vibró. Yo suspiré sin abrir los ojos sabiendo que es la alarma de mi smartwatch. Miro a Carina la cual está aferrada a mi cuerpo. Me deslizo lentamente para salir de su brazo. Aunque estoy muerta de sueño, me levanto porque tengo que ir a correr antes de ir a la academia. Me cambio deprisa y salgo de casa evitando hacer ruido.
Después de casi una hora corriendo vuelvo a casa. Al abrir la puerta de mi piso deseo al instante no haberla hecho.
–¡No te metas, no es asunto tuyo!–grita Carina que está de pie en frente de ella.
–Si, lo es –dijo Robin alzando la voz también. Ella está sentada en el sillón con la pierna en alto.
–Buenos días –suelto pasando de largo hasta la bañera. Las dos me miraron y callaron.
Cerré la puerta del cuarto de baño, pero al poco de haberme metido en la bañera escucho cómo alguien entra.
–Siento haber venido borracha y a las horas que vine –se disculpa Carina mirando hacia otro lado–. Salí a tomar algo con los compañeros del trabajo y uno de ellos insistió en que viniera a hablar contigo.
–¿Quién convence a alguien para que vaya a arreglar las cosas borracha? –cuestiono molesta.
–Pues no acabó tan mal ¿No? –me pregunta mirándome por primera vez desde que había entrado al baño–. ¿Puedo acompañarte?
–Me encantaría, pero tengo que estar en menos de media hora en la academia y aún no he desayunado. Por cierto, ¿tú no deberías arreglarte para ir a la academia también? Recuerdas que hoy nos das clases ¿no? –le pregunto extrañada por lo tranquila que está.
–Mierda –se quejó abriendo los ojos–. ¿Qué hora es? –me pregunta. Yo miro mi reloj.
–Siete y media –le informo riendo al ver su cara cuando le dije la hora.
–"Fanculo " –suelta en italiano–. Yo tengo que estar allí a las ocho y media. ¿Me dejas ropa?
–Si, por supuesto. Busca lo que necesites en mi habitación–. Ella sale del baño mientras yo termino de ducharme.
Yo estoy peinándome cuando vuelve a entrar corriendo quitándose la ropa.
–¡Vaya! –exclamo observándola.
–¿Cómo es posible que no tengas nada elegante? –pregunta metiéndose en la bañera.
–Se va a notar qué no es mi ropa –se queja.
–Solo un poco. Igual no creo que nadie esté pendiente de lo que llevas puesto. No vas al hospital.
–Lo sé. –comenta suspirando.
–Pues despreocúpate. ¿Qué quieres desayunar?
–Un café solo y si puede ser unas tostadas con tomate.
- Está bien. Voy a prepararlo.
–Gracias "amore" –me agradece con una sonrisa–. Oye.
–Dime –digo dándome la vuelta para verla.
–Aún espero mi beso de buenos días. –pide Carina. Yo me acerco a donde está y la beso.
–Ahora mucho mejor –digo tocándome la mejilla.
–Ajá –digo tontamente hipnotizada por su mirada–. Voy a ir a preparar el desayuno antes de que se nos haga aún más tarde.
Salgo corriendo hacia la cocina. Allí en el sillón sigue Robin. Ella está con el móvil en sus manos–. ¿Qué quieres desayunar?
–No te preocupes. Como más tarde, no tengo apetito ahora mismo.
–Me da igual. Vas a comer, me dices lo que quieres o te comes lo que yo decida. Yo no dejaría que yo eligiera. –le dije amenazandola con la mirada.
–Un café solo y un tazón de cereales.
Me puse a preparar sus desayunos al igual que el mío que consiste en un batido de fruta con proteína y un pancake de harina integral. Al terminar todo, me acerco a Robin para ayudarla a levantarse.
–Yo puedo sola –me dice de malas maneras.
–¿Qué te pasa ahora? –pregunto al borde de los nervios.
–Es que no entiendo como la perdonas así de fácil después de lo de ayer.
–No te metas –le pido mirando a Carina la cual estaba entrando a la cocina.
–Ya te dije antes que si me meto.
–Robin, ya está. En mi relación con Carina no tienes que opinar. Espero que tengamos una amistad en un futuro, pero no estamos ni cerca de llegar a ese punto en que puedas dar una opinión sobre con quien estoy –le dejo en claro y veo como Carina le sonríe para molestarla.
–"Carina. No seas niña" –digo en español para que solo me entendiera ella ya que Robin no sabe español.
Le volví a ofrecer mis manos a Robin. Ella las mira por un segundo y se apoya en ellas para levantarse.
Desayunamos en un silencio muy incómodo. Robin no había comentado más nada después de lo que le había dicho. Pero la verdad es que prefería eso que escucharla discutir.
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–Esa ropa me hace pensar que quizás es bollera. No daba esa impresión el otro día con la ropa que tenía –me susurra Victoria–. Está muy distinta.
–Quizás se manchó su ropa y se la prestaron porque no tenía de cambio –argumento intentando evitar reírme.
–Eso encaja más, pero sería una pena porque entonces la probabilidad de que le gusten las tías decae –murmura Victoria.
–¿Por qué? Tu gusto en ropa no tiene nada que ver con tu orientación –opino rebatiendo su idea.
–También podría ser la ropa de su novia. Me convence más esa idea.
–Tendría propia ropa en casa de la novia –comento intentando que acertara.
–Bueno...-dice, pero vuelve a callarse al ver como Carina nos mira molesta al vernos hablar.
–Victoria, ¿qué hacemos si una víctima esta inconsciente y respira? –le pregunta mirando a Victoria seriamente.
–Mmmmm...emmm... –titubea Robin, su cara es un poema. Uno bastante angustioso.
–La ponemos en posición lateral de seguridad. Lo sabrías si no estuviera hablando con su compañera.
–Maya. ¿Qué hacemos ante una epistaxis? –me pregunta mirándome igual de seria, lo cual en vez de asustarme me enciende. Yo intento mantenerme lo más tranquila.
–Lo inclinamos un poco hacia adelante para que pueda salir el sangrado y si no deja de sangrar haremos un poco de presión en el puente de la nariz. Todo esto con una gasa fuera del orificio nasal para evitar que se manche.
–Bien, pero deja de perder el tiempo y presta atención. Las charlas fuera de mi clase –ordena mirando a ambas.
–Si. Lo siento –digo un poco avergonzada por como el resto se enfoca en nosotras.
–Como iba diciendo las compresiones torácicas serán de treinta con dos insuflaciones...- Decía ella cuando sonó la alarma del fin de la clase.
–Empollona –murmura Victoria cerrando su libro.
–No hay que ser muy lista para saber cómo actuar ante una epistaxis y menos para saber cuándo hay que poner a alguien en posición lateral de seguridad –explico riéndome a la vez que salgo de la clase viendo la mirada que me echa Carina mientras salgo. Se veía totalmente sexy al mando y me estaba volviendo loca ahora mismo.
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Su encanto tan sencillo (fanfic marina)
RomanceDesearía no perderme en sus pupilas como lo hacia. Era tan hermosa. ¿El problema? ¿Cómo iba siquiera a aprobar su asignatura si no me podía concentrar en nada mas que su belleza? Como podía haber tanta casualidad de que mi cita a ciegas también fuer...