Aún no entendía por qué esos ocho chicos querían hablarme cada vez que me veían, incluso estando con Donato y los chicos, ellos estaban ahí saludándome de lejos, sonriéndome, tratando de acercarse cuando mi grupo no estaba conmigo. No sabía qué podían ganar de ello. Además Francesco, el último de los chicos que no pudo presentarse y darme mi apodo el día que se les ocurrió la gran idea de ponerme un apodo diferente cada uno porque no querían llamarme Celestia porque yo no les permitía llamarme Cele porque aún no son de mi confianza, y como para ellos llamarme por mi nombre y no por mi pseudónimo era "muy formal", pues me paró diciendo que su apodo para mí sería "Bella" y me explicó que a sus ojos era una chica muy hermosa y que por ello ese sería mi apodo de su parte. Debo confesarles que me tomo por sorpresa tanto el apodo como el porqué de este, me sonrojé cuando me dijo que le parecía una chica muy linda. No siempre me decían que era hermosa, linda, dulce, bella, etc. Era muy contadas las veces que un chico me decía algo así, un cumplido que me hiciera sentir bien, la mayoría del tiempo eran mis amigas de años anteriores, mis tías, mi madre o mis primas que me daban cumplidos, pero un chico casi nunca lo hacía, y había escuchado a ciertos chicos decirme otras cosas las cuales no voy a repetir porque de solo recordarme me da náuseas, pero él me lo había dicho de una forma tan sencilla y con una sinceridad tan linda que hasta me pareció un chico muy tierno.
Stella me había dicho que me hablaban solamente para seguirme molestando. Cada vez que ella los veía cerca, me alejaba lo más rápido posible. Ya la consideraba mi amiga y sentía que solo quería protegerme. Ella y yo éramos las más cercanas del grupo, aunque hablara con Pía y Fiorella de cosas triviales o de la universidad, con Stella sentía que podía hablar desde trivialidades hasta secretos íntimos, incluso a este paso, ella se estaba convirtiendo en una mejor amiga para mí.
-Vamos Cele, acompáñanos al club que está cerca de acá –Me seguía rogando Stella, ella estaba decidida a ir con Donato, Pía y los demás al club luego de clases.
-No Stella, es mejor que vaya a casa, sabes que no me gustan esos lugares
-Oh vamos Cele, no nos abandones, estoy segura que cuando estés ahí te encantará, te divertirás y cambiarás de opinión –Dijo Pía abrazándome por los hombros y sonriendo para tratar de convencerme.
-Pía, agradezco mucho su invitación, en serio, pero hoy tengo reunión familiar y les dije a mis padres que estaría ahí –Dije tratando de zafarme de ir al club, y esperaba funcionara.
-Muñeca, vamos, estoy seguro que con que dejes de asistir a una sola reunión con tu familia no sucederá nada malo y además nos divertiremos –Volvió Donato a formar parte de la presión.
-Donato, por favor, no me pidan más que vaya, esta noche ya tengo planes, quizás podamos ir otro día a un café o a comer un helado todos –Sonreí con algo de desgano, ya me estaban cansando de que me estuvieran presionando demasiado. Stella, Pía y Donato llevaban casi 15 minutos hablando de lo mismo y tratando de convencerme para acompañarlos al club luego de clases.
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El Caso de la Mariposa Monarca (COMPLETA)
Teen FictionSINOPSIS: Una mariposa vuela libremente por los prados en los campos, muestra sus bellas alas sin temor ni vergüenza alguna. Ellas simplemente existen y muestran de lo que son capaces, de mostrarse a sí mismas, de confiar en sus alas, de confiar q...