—Es-espera, me duele.
—Tienes que aguantar, no será por mucho.
Cinco días habían pasado desde la llegada de Yeonjun a su departamento, cinco maravillosos y hermosos días.
Soobin había convencido a sus padres de mandarle más dinero, le pereció extraño que no pregunten la razón pero tampoco le importó tanto. En esos días, Yeonjun usaba algunas de las ropas del menor y estas le quedaban muy grandes, también usó los mismos pantalones azules porque ningun otro le quedaba, todos se resbalaban por sus piernas y aunque Yeonjun quisiera solo usar una camisa no podía, era invierno, había frío después de todo.—En serio me duele mucho.
—Por eso iremos a comprar nuevos.
Soobin tomó la decisión de comprarle prendas al mayor, si iba a vivir con él, quería que esté lo más feliz y cómodo posible.
—¿No puedo ir solo así?
—No, hyung. Tienes que usar los tenis, prometo que no será por mucho tiempo.
Yeonjun estaba sentado en la orilla de la cama mientras que Soobin terminaba de atar las agujetas de sus tenis.
Yeonjun abrió los brazos cuando Soobin se posicionó en frente de él invitándolo a acortar la distancia y que lo cargase. El menor tampoco se hizo de rogar, tomó al ojiazul de los muslos y este se sostuvo de su cuello, ya era una costumbre para ellos este tipo de acciones.
Yeonjun progresaba con sus piernas, a una velocidad lenta pero lo hacía, ya casi no le temblaban las piernas y podía mantenerse de pié por más tiempo pero seguía sin poder recorrer distancias largas sin que sintiera que en cualquier momento caería.
Soobin levantó a Yeonjun de la cama y lo llevó al mueble de la pequeña sala.
—¿De chispas de chocolate o de relleno de chocolate?
—¡De chispas!
Soobin rió—no se ni por qué pregunté—se adentró a la cocina y tomó un paquete de galletas del estante para luego volver por Yeonjun.
Soobin metió su billetera y las galletas a una mochila de la misma tonalidad que la cola que el ex tritón tenía. La había comprado especialmente para Yeonjun, el menor tenía una mochila azul y el de hebras rosadas quería su propia mochila y bueno, Soobin le cumplía cada uno de sus caprichos, ese no iba a ser la escepción.
—Ten—el mayor se colocó la mochila rosada en la espalda.
Posteriormente, Soobin se arrodilló en el suelo viendo a la misma dirección que el ojiazul. Yeonjun no necesitó de ninguna palabra como la primera vez, subió a la ancha espalda del universitario aferrándose de su cuello y el menor lo sostenía de los muslos para no dejarlo caer.
—Centro comercial, allá vamos—dijo Soobin levantándose del piso.
—¡Allá vamos!—respondió emocionado Yeonjun cuando el menor comenzó a caminar hacia la puerta del departamento.
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Merman | Soojun
Fanfiction𝐓𝐫𝐢𝐭𝐨𝐧 | Algunos dicen que la curiosidad puede ser mala, de allí el refrán "la curiosidad mató al gato". Pero otros, como Soobin, no piensan así. La curiosidad puede traer cosas buenas, como un hermoso Tritón. • Soobin; top • Yeonjun; bottom...