VIII: Jess

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Jessamine

"Eric Sanderson se sentó junto a ella y enfermó por tres días"
"A Lya le dijo que no cruzará la calle el martes o moriría. Y en realidad murió"

"Que miedo, es tan rara, parece un fantasma"

- ¿Puedo jugar con ustedes? – El grito de espanto de las niñas de su salón al verla llegar, la asusto también. Retrocediendo un paso con su conejo entre sus manos.

- No, es que ya estamos completas Jess.- Dijeron retrocediendo sosteniendo las faldas de sus vestidos escolares.

- Ignóralas, son unas simplonas. – Dijo una figura pequeña y regordeta, color azul, con una nariz y orejas puntiagudas, llevaba ropa elegante, lo cual se le hacía gracioso.

- Lo sé, pero, sería más divertido si ellas también pudieran verte. – Dijo sosteniendo la diminuta manito de la criatura caminando dentro del salón. Mientras sus compañeras al verla hablar sola temblaban del miedo.

"Escuché que le rinde culto a la oscuridad"
"¿Cómo puede venir a esta escuela si sus padres son pobres? Su mamá una florista, su papá encargado de una funeraria. Y su abuela una panadera."

"Es patética"

- ¿Por qué dicen esas cosas sobre mi? – Preguntó Jess refugiándose en brazos de su padre - ¿Por qué son tan malas conmigo?

- ¿Por qué no les agrado? ¿Por qué no podemos ser una familia normal? ¿Por qué soy tan rara? – Preguntó llorando, mientras su papá veía a su pequeño capullo llorar, sintiendo impotencia de no poder llevarla a casa, aun.

- Es porque somos especiales. – Le dijo. – Por eso puedes ver lo que hay más allá.

- Vi la muerte de Lya, y todos dicen que yo la mate. – Hades asintió, acariciando el blanco cabello de su hija, mientras su esposa simplemente los veía.

- Los humanos... Son seres temerosos. Cuando sabes quién eres, Jess. Nada de lo que digan o hagan podrá afectarte. – Dijo Hades viendo con firmeza a su hija. - ¿Quieres ser como esas odiosas niñas que usan vestidos rosados y hablan mal de las otras?

Ella negó.

- ¿Quieres vivir disgustada e infeliz haciendo infeliz a los demás? –

Ella volvió a negar.

- Eres mi pequeña Jessamine Ruth. Hablas con el fuego, y acompañas a los fantasmas a cumplir sus misiones para que puedan descansar en paz. Le das vida a las flores cuando se entristecen, y haces unos panecillos con mermelada, deliciosos. Ningún simplón, tiene derecho a decirte rara o hacerte sentir rechazada. Tú ve y recházalos. Porque algún día, vas a compartir tus panecillos con gente que adore verte hablar con planta o manipular el fuego. Y van a adorarte por quién eres. Y nunca más, volverás a sentirte sola.

- Nunca más te escondas de nadie, Jess. Vive tu vida como tú la decidas. –

Aquellas palabras, se quedaron grabadas en el corazón de la albina niña. Y no volvió a sentirse triste porque la rechazarán. Ni volvió a llorar por no tener amigas. Después de eso, y de algunas pesadillas inculcadas por cierto Dios sobre protector, comenzaron a buscarla.

Cuando vieron que no podían derrumbarla, quisieron estar junto a ella.

- ¿Te gusta la nueva escuela, Jessamine? – Preguntó su padre en la llamada, mientras ella bajaba a meditar, aprovechando que sus amigos dormían. Desde que había entrado a la Élite, se sentía más motivada que antes. Sus amigos eran increíbles.

- No vas a creer quienes son mis amigos. – Dijo ella mientras se sentaba en la grama a ver la luna. Podía escucharse a lo lejos el tránsito de las calles, los autos con sus bocinas, el pequeño cuchicheo de la gente a su alrededor. Y la brisa nocturna, fría, calmada, moviendo las hojas en un vaivén hipnótico.

- ¿Tienes amigos, Jessie? – Preguntó su padre en un tono, que más que sorprendido podía sentirse... Aliviado. Quizás, feliz.

- Si, me sorprendió que el hijo de Ares estuviera entre nosotros. ¿No se supone que lo tenían oculto? Además, la hija del caos, parece de todo, menos una persona que... ayudaría a los Olympiakós. Ella es dulce. Y muy tierna. Parece un personaje de series, de esas que todavía no descubren todo lo que pueden hacer. Si te soy sincera, quisiera estar a su lado para verla.

- ¿Quién no quiere ver como sacan a Zeus de su "paraíso"? – Preguntó su padre divertido.

- Si, también mando a sus hijos. Creo que está comenzando de lo que me hablaste.

- ¿El Krísi? – Jess guardó silencio viendo la luna.

- Es irónico. – Respondió riendo. – El caos enamorado de la guerra. Y la guerra enamorado de la traición. ¿Crees que tarden en descubrir qué Bonnie es quién va a despertar el Krísi?

- Jessamine...

- Ya sé, ya sé. No voy a decir nada. Todavía no hemos comido panecillos rellenos. Y espero poder hacerlo mientras todos somos amigos. 

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2021 ⏰

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