Ya estando ahí, la buscaba con la vista, habían bastantes personas, más de las que supuso que estarían.
- ¿Cuántas personas usaban amarillo? Es irreal. – Se dijo, mientras se mezclaba entre la gente, cuando reconoció de inmediato un lazo rosa pastel que sujetaba dos mechones de cabello. Con una sonrisa en su rostro el chico tropezó con el hombro de la chica, quien volteo apenada a ver si quién había tropezado con ella estaba bien. – Oh, lo siento. No la vi, señorita.
La chica dejó escapar una risa cómplice llena de una extraña alegría.
- Oh, joven. No se preocupe, soy bastante pequeña, y me camuflo con el color amarillo de la barra.
- Eso es muy cierto. – Dijo el chico haciendo la fila con ella.
- ¿Qué haces aquí? ¿No se supone que tenías una cita con Bonnie? – Preguntó la chica caminando un puesto pues casi era su turno.
- Lo estaba, pero se me antojo un helado, de está heladería, además que dicen las reseñas que el show de luces es sorprendente. – Respondió Dante mientras metía las manos en sus bolsillos.
Juran sonrió mientras llegaba a la barra. Y no tuvo ni que abrir la boca cuando ya tenían su helado listo, era un cono de helado, con dos bolas de helado, una de chocolate y otra de banana-chips, el cono tenía chocolate por dentro, ya era algo que le agregaban los dueños a sus clientes frecuentes.
- Gracias, Jaime. – Dijo la chica tomando su barquilla mientras pagaba.
- ¿Y tu hermana? – Preguntó el chico curioso, como si deseará buscarle conversación.
- En una cita. – Respondió Dante. – Quiero el mismo que ella.
El chico sonrió de manera incomoda y asintió. Se tardo un poco consiguiendo las cosas, pero por fin se lo dio.
- ¿Este es tu helado favorito? – Preguntó Dante, mientras caminaba con Juran buscando un lugar entre las mesas para ver el show, pero ella le tomo la mano y lo llevó a su lugar especial.
En medio de las mesas para ver el show, había una especie de cuadrado de mármol que tenía grabadas una frase en otro idioma que ella desconocía y un símbolo que le recordó mucho al collar del chico de la biblioteca. Desde ahí arriba, podía verse directamente el escenario, sin personas estorbando, con un delicioso frío, y solo para ellos dos.
- Está es la semana clásica. – Dijo Juran mientras comía de su helado, y se iluminó el suelo de la tarima ante la primera nota del lago de los cisnes. Era una combinación magnífica, las luces neón con las que las bailarinas estaban pintadas, las luces en la tarima que contrastaban el sitio. Y Juran con su vestido amarillo, viendo con fascinación un baile tan usado, con eso no quería decir que no fuera bueno, realmente era increíble, como podían hacer esos movimientos, simplemente era uno de los ballets más conocidos, pero ella lo veía como si fuera la primera vez en toda su vida.
Juran alzó su mirada y volteo a verlo, mientras su cara se pintaba de vergüenza, incluso la música estaba por debajo del sonido de sus propios corazones palpitando con fuerza, perdidos en la mirada del otro como si nunca antes hubiesen sentido algo así. Sólo se veían, sin hablar o poner atención al desastroso mundo que los rodeaba.
En eso Juran le pegó su helado en la cara, sacándolos del trance y comenzó a reír.
- ¿Te crees muy graciosa, no? – Dijo Dante, mientras le embarraba de helado de chocolate la mejilla, la chica siguió riéndose mientras le lleno la nariz, en serio estaba disfrutando aquello. El teléfono de Juran sonó, y al ver que era su hermana paro un momento.
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Rebelión.
FantasyDesde que viene la rosada Aurora hasta que el viejo Atlante esconde el día lloran mis ojos con igual porfía su claro sol, que otras montañas dora; y desde que del caos, adonde mora, sale la noche perezosa y fría, hasta que a Venus otra vez envía, vu...