La luna bañaba con su luz plateada el páramo del Clan del Viento. La hierba, antes verde y refrescante, ahora se agitaba bajo la helada brisa con un color amarillento y dorado, siluetas apresuradas cruzaban entre el brezo en completo silencio.
Sombra Diurna tenía los sentidos alerta, el aroma del Clan del Viento le colmaba las fosas nasales, apenas enmascarado por el dulce olor del brezo que atravesaban a cada paso.
"De verdad estoy volviendo a un poblado Dos Patas... ¿será que Estrella Escarchada intenta probar si soy un guerrero de verdad?", estaba pensando el siamés con la cabeza gacha desde la retaguardia de la patrulla, Meloso iba frente a él y más adelante Sinsajo y Ala de Golondrina.
—Ya casi llegamos al campamento, aprieten el paso —ordenó la voz de Ambarina desde el frente de la patrulla.
—Vaya, nunca he visto el campamento del Clan del Viento —maulló Meloso en voz baja al retroceder levemente para ir a la par con Sombra Diurna—. ¿Cómo es?
La pregunta del guerrero lo tomó por sorpresa, no había querido pensar mucho en el fallo que había sido su misión.
—Es una hondonada lisa entre las colinas, con arbustos de aulaga aquí y allá alrededor para protegerlo —contestó el guerrero siamés—. Lo poco que pude ver en el interior fue que Estrella Gris y el resto de los guerreros duermen al raso.
—¿No tienen guaridas? —continuó preguntando Meloso con las orejas agitándose por la curiosidad.
—No estoy seguro, pero hay madrigueras en las paredes, supongo que con mal tiempo se refugian ahí.
Meloso asintió con los ojos brillantes de interés, Sombra Diurna no pudo evitar ronronear ligeramente ante el vivaz gato dorado, debía admitir que así se sintió él al ver el lago por primera vez.
—Atención, ya llegamos. —Ala de Golondrina redujo el paso hasta que el grupo del Clan del Trueno se hizo una fila separada.
Sombra Diurna miró por encima de la guerrera tricolor y reconoció las aulagas meciéndose bajo la brisa, podía sentir el mismo viento agitándole los bigotes incesantemente y pegándole el pelaje al cuerpo, ¿cómo es que los gatos del Clan del Viento podían vivir así?
Pero al ver que la gran mayoría de ellos tenían cuerpos ágiles y largos, con pelo corto pegado a la piel pensó en que Nube Blanca se veía fuera de lugar entre los demás. Con su hermoso pelaje blanco, tan impoluto como la luz de la luna y la suavidad que le hacía honor a su nombre.
Pronto, Sombra Diurna se encontró avergonzado de estar pensando tan abiertamente en ella, ¿tanto la empezaba a querer como para tenerla en la mente de aquella manera?
La patrulla entera se internó en el campamento del Clan del Viento luego de que Ambarina compartiese unas palabras con el guerrero de guardia, Sombra Diurna sintió un escalofrío al recordar el día en que casi terminaban huyendo entre garras y dientes porque Canto de Azulejo no podía cerrar la boca.
—Mira eso —susurró Meloso a su lado con los ojos fijos en uno de los grandes predruscos que había alrededor del campamento, aquél enorme pedrusco era uno de los que estaba más al centro del campamento—. Apuesto que ahí es donde Estrella Gris convoca a las reuniones de clan... ¿cómo crees que se llame?
—¿Roca Alta? ¿Pedrusco Alto? —respondió Sombra Diurna al fijar la mirada también en el gigantesco pedrusco—. ¿Peña Alta, tal vez?
—Es la Piedra Alta —una voz suave se coló en la conversación. El guerrero siamés sintió que cada pelo de su cuerpo se erizaba en tensión a la vez y el corazón se le agitaba al haber reconocido la aterciopelada voz de Nube Blanca—. Dicen los veteranos que los gatos del Clan del Viento antiguo también llamaban Piedra Alta al lugar donde los líderes de antaño convocaban reuniones en los territorios del bosque.
—Nu... Nube Blanca, hola... —maulló Sombra Diurna, embobado por la bella gata blanca, no quería encontrársela de esa forma, mucho menos en medio del campamento.
—¿Ustedes dos se conocen? —preguntó Meloso al pasear la mirada entre Sombra Diurna y Nube Blanca.
—En una Asamblea, seguro recuerdas que nuestros clanes casi se arrancan el cuero esa luna llena —respondió Nube Blanca con indiferencia, aunque Sombra Diurna podía notar un brillo risueño en sus verdes ojos, tan profundos como el sotobosque en la hoja verde—, ¿no es así?
—Ah, claro... —Meloso pareció dejarse llevar por aquella Asamblea, pues no hizo más preguntas.
—Estrella Gris ya va a empezar la reunión de despedida —comentó Nube Blanca, llevando la mirada hacia la Piedra Alta, Sombra Diurna siguió sus ojos hasta lo alto del pedrusco, donde la figura ancha y peluda de Estrella Gris recortaba el cielo nocturno, cubierto de estrellas—. Nos vemos por ahí, Sombra Diurna.
Tan pronto como la bella gata se había inmiscuido en su conversación, había vuelto con los suyos, Sombra Diurna se quedó atontado por el jugueteo de la gata, pero no se atrevía a hacer nada más.
—Anda, volvamos con Ala de Golondrina —le dijo a Meloso y ambos guerreros se acercaron de vuelta a los demás miembros de su clan.
Ala de Golondrina estaba con la mirada fija en el líder del Clan del Viento, Sinsajo mantenía sus ojos azul hielo lejos del siamés.
"Ahora sí no te atreves a mirarme, ¿verdad?", se dijo Sombra Diurna con amargura al sentarse a su lado. Estrella Gris ya estaba hablando con los miembros de su clan.
—...Esta noche, cuatro miembros del Clan del Viento se unen a la patrulla de rescate, para traer de vuelta a Zarpa Negra y Brezo —decía el líder con seriedad—. Además de Liebre, que desapareció hace un cuarto de luna.
"Parece que no dejaron de llevarse miembros de los clanes...". Sombra Diurna estaba llegando a una conclusión; Sombrío no se detendría por nada con tal de cumplir su objetivo. Entonces, la voz estelar de la gata que lo había seguido todo el camino hasta el lago volvió a resonar en su mente; "sólo la sangre puede derramar sangre, solo la luz y la oscuridad juntas pueden salvar a los clanes."
—Es momento de que vayan, Clan del Trueno, Clan del Viento. Que el Clan Estelar alumbre en la oscuridad que puedan encontrarse y guíe sus pasos de vuelta a casa. —se despidió Estrella Gris.
Sombra Diurna se quedó mirando al anciano líder, estaba lleno de sabiduría, ¿pero cómo es que terminaba en buenos términos con un corazón de zorro como Estrella de Buitre?
—Sombra Diurna —llamó Ala de Golondrina con un maullido quedo—. Nos vamos.
El guerrero asintió y se unió a la patrulla de vuelta mientras salían del campamento. Sentía la mirada de los gatos del Clan del Viento; aprendices desde su lugar en claro, cachorros maullando con voz aguda desde su guarida en la densa aulaga. ¿Cómo es que los clanes soportaban entrar en guerra tan fácilmente?
—¡Hola! —escuchó a sus espaldas, era Nube Blanca de nueva cuenta.
—¿Vienes a despedirte? —preguntó el siamés al ver a la gata peluda.
—¿Por qué lo haría? Soy parte de la patrulla. —ronroneó después, Sombra Diurna notó una mirada abrasiva quemándole el pelaje y al desviar la vista se topó con los entornados ojos azules de un guerrero negro con la cara rasgada.
"¡Oh, gran Clan Estelar, van a empezar a sospechar!". Sombra Diurna se agitó alarmado y volvió la mirada a Nube Blanca.
—Bienvenida a la patrulla, guerrera. —le maulló secamente antes de despedirse con un gesto y acercarse de nuevo a su grupo, tan incómodo como una ardilla con pulgas luego de haber notado la mirada de incredulidad que le dio la gata blanca. Sería un viaje más difícil de lo que se imaginó originalmente.
![](https://img.wattpad.com/cover/217327331-288-k932761.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Los Gatos Guerreros: La Estrella del Alba - 2
Fiksi PenggemarUna amenaza se extiende a lo largo y ancho de las aguas del lago, Sombra Diurna se ha convertido en un guerrero digno del Clan del Trueno, pero su dura aventura apenas llega al principio. Luego de que la paz entre los cuatro clanes se deshiciera dur...